lunes, 21 de abril de 2014

“The Black Beetle: Sin Salida”, de Francesco Francavilla.




Si el Pulp ha encontrado un último bastión en el que hacerse fuerte en este nuevo siglo ha sido sin duda en el Cómic, donde una y otra vez se vuelven a dar oportunidades a sus viejas glorías  – La Sombra, Doc Savage- y la alternativa a nuevas versiones con las que recontar recontar las viejas y efectivas tramas de siempre con una leve –levísima, en ocasiones-  patina de formalidad normal. 

No es de extrañar esta estrecha relación pues los propios superhéroes, tan de moda últimamente en la imagen real, no son más que una evolución de esos primeros héroes pulp de antaño pero lo que no suele ser habitual es encontrarse con una propuesta como "The Black Beetle", tan convencional argumentalmente como para gustar a los más ortódoxos puristas del Pulp pero al tiempo tan atractiva y moderna formalmente como para no avergonzar su lectura por las redes sociales al más moderno hipster, por obra y gracia del italiano Francesco Francavila, editada por  Dark Horse y que en España acaba de publicar Planeta el primer recopilatorio que recoge los cuatro números de la miniserie “No way out” (Sin Salida)  y el número único “The Night Shift” (En turno de noche).

Es 1941 y The Black Beetle es un justiciero enmascarado con un traje que emula al escarabajo que le da nombre y lo mismo se enfrenta a siniestros nazis ocultistas en busca de una olvidada reliquia en el museo arqueológico de Colt City que debe averiguar quién está detrás de las muertes de los principales jefes del hampa de la ciudad cuando se reunían para firmar la paz entre ellos.

Francesco Francavilla, en este su primer trabajo en solitario de éxito tras su interesante labor para las editoriales mainstream y con el que ha logrado estar entre los nominados a los Eisner de este año en la categoría de Mejor Serie Limitada, nos presenta en esta primera miniserie un personaje convencional dentro de una trama igualmente convencional que repite todos los tópicos propios del género y que el autor italiano resuelve con sencillez.

 Como no podía ser de otro modo, el punto fuerte de  “The Black Beetle”  no es otro que el apartado gráfico en el que el dibujante italiano derrocha talento para dar un tono sombrío y  a la historia captando perfectamente la esencia del Pulp al tiempo que incorpora vistosos recursos gráficos y composiciones de página que le ponen en la estela de Steranko y, su alumno aventajado de los últimos tiempos, David Aja con detalles que recuerdan a otros autores contemporáneos como Mignola, Cooke o Stevens .

En fin, lo mejor de esta entretenida primera entrega de la serie es que deja con ganas de saber más en torno al misterioso protagonista – el autor astutamente se ha guardado la carta de su identidad y origen- y el vistoso dibujo asegura disfrutar de posteriores relecturas y seducirnos con su acabado a pesar de lo trillado de la propuesta gracias a su correcto acabado. Veremos, una vez asentados los conceptos, como evoluciona la cosa en posteriores entregas. De momento, promete.