lunes, 10 de marzo de 2014

“47 Ronin”, de Stan Sakai, Mike Richardson y Kazuo Koike.




Planeta acaba de publicar “47 Ronin”, la adaptación en cómic de una historia popular japonesa, empeño personal de Mike Richardson,  editor fundador de Dark Horse y ocasional guionista, a quién le ha costado décadas verlo cristalizar y para el que ha contado con dos colaboradores excepcionales, el mítico Stan Sakai, en el apartado gráfico, en el que es su trabajo en colaboración más ambicioso a lo largo de su larga y premiada carrera, y Kazuo Koike, el legendario guionista de “El lobo solitario y su cachorro”, quién ha realizado tareas de asesoramiento e investigación sobre diversos aspectos de la leyenda y la cultura japonesa.

En “47 Ronin” se nos narran la caída en desgracia del señor Asano, un daimyo rural del siglo XVII, como consecuencia de las malas artes de un funcionario de la corte del Shogun al que no quiso sobornar. Asano es condenado a hacerse seppuku y sus bienes son confiscados, su linaje es extinguido y  sus samuráis  obligados a convertirse en ronin y vagar por Japón. Sin embargo, Oishi  el jefe de los antiguos samurais de Asano, ha ideado un plan para vengar a su señor y acabar con el protegido del Shogun,  aunque para conseguir su objetivo deba perder su honor y provocar su propia ignominia, pero Oishi y sus 46 compañeros están dispuestos a todo para vengar a su señor y restablecer el  honor de su Casa.

Mike Richardson, quien al parecer se ha pasado décadas reuniendo ingente cantidad de documentación obsesionado con esta historia, por fin se ha decidido a llevarla al cómic con excelentes resultados. Y es que Richardson, con el asesoramiento de Koike, ha tenido que hacer un verdadero esfuerzo de síntesis para poder reducir a una miniserie de cinco números una historia que partiendo de un hecho real cuenta con diversas versiones al formar parte del folklore popular japonés y haber inspirado asimismo numerosas. Richardson realiza una notable labor de síntesis y va directamente al grano en un cuidadoso guión que sabido transmitir al lector occidental toda la grandeza de los hechos que narra sino la propia esencia que según dice retrata como ninguna el carácter japonés..

Sin duda, uno de los grandes aciertos de Richardson ha sido contar para esta historia con todo un experto en el tema como es Stan Sakai, quién desde hace décadas lleva demostrando su conocimiento y talento en esa magnífica novela río sobre samuráis antropomórficos que es Usagi Yojimbo. Lo mejor que se puede decir de la colaboración es que Richardson  amolda de tal modo su guión al estilo de Sakai que “47 Ronin” parece un tebeo realizado en exclusiva por el artista hawaiano. Sakai aporta a la historia su fluida narrativa e inspira muchas de sus composiciones en la obra del grabador Ogata Gekko
  Por otro lado, las dos grandes dudas que podría despertar este trabajo de  Sakai, su capacidad para el tratamiento de la anatomía humana y la expresividad de sus rostros y el efecto del color sobre sus líneas, son disipadas con acierto por el gran Sakai quién adapta perfectamente su método de trabajo a la labor de equipo en la que hay que destacar el cuidado y elegante trabajo del colorista Lovern Kindzierski que se adapta como un guante al trazo de Sakai..

Se puede decir que Richardson y Sakai han cumplido con su objetivo y han puesto a disposición de los lectores occidentales un cómic de acción intenso al tiempo que respetuoso con la obra y la filosfía que lo inspira. Misón cumplida.

3 comentarios:

Jolan dijo...

Lo pillé el otro día. Tenía mucha curiosidad por ver desenvolverse a Sakai en algo distinto a Usagi (aunque tampoco es que sea algo muy diferente). Tras ojearlo y leer tu opinión me queda claro que va a estar de sobra a la altura. :)

Saludos.

Anónimo dijo...

Me parece una obra fallida, precisamente en su parte gráfica, el trazo de Sakai, que es japones, ahí es donde nació,es muchísimo menos fluido que el que nos regala con Usagi.

PAblo dijo...

Jolan,

No vas a encontrar diferencias. De hecho, por momentos parece que toda la obra es suya y creo que eso es un mérito de Richardson.

Anónimo,

Yo no lo he notado menos fluido para nada. Pero, bueno, es cuestión de gustos.

Impacientes Saludos.