miércoles, 5 de febrero de 2014

“Batman: Gotham a Luz de Gas" y “Batman: Amo del Futuro”, de Brian Augustyn, Mike Mignola y Eduardo Barreto.





ECC Ediciones ha recuperado en un único prestigio dos de las historias más populares y conocidas de la línea Elseworlds y a cuyo éxito se debe la consolidación en los años siguientes de la línea, obras amba del guionista, aunque habitualmente haya desempeñado tareas de editor, Brian Augustyn y los magníficos dibujantes Mike Mignola y Eduardo Barreto, respectivamente. Se trata de “Gotham a Luz de Gas” y su continuación “Batman: Amo del Futuro”.

Es 1889 y en el mismo barco en el que el joven heredero Bruce Wayne regresa a su ciudad natal Gotham tras largos años alejado de ella formándose en Europa tras el asesinato de sus padres, regresa también una presencia más siniestra el célebre asesino en serie por antonomasia Jack El Destripador. Coincidiendo con la aparición de Batman, en los arrabales de Gotham empiezan a aparecer los cuerpos de prostitutas muertas con las mismas características de los asesinatos de Whitechapel  Cuando Bruce Wayne es acusado de haber cometido los crímenes y ser el célebre Destripador, Batman tendrá que actuar para demostrar su inocencia y detener al autentico asesino. Unos años más tardes, en Gotham se va a celebrar una fastuosa exposición universal que se ve amenazada por la presencia del egocéntrico Alexandre Leroi, el autonombrado Hombre del Mañana, quién desde su dirigible amenaza con atentar impunemente contra la indefensa Gotham si no se cumplen sus condiciones, siendo Batman el único capaz de pararle los pies.

A partir de las premisas marcadas por el editor Mark Waid para poner en marcha la línea Elseworlds, Augustyn supo sacar el máximo partido a la fórmula en la primera obra de la línea  Gotham a luz de gas” entremezclando la riqueza y versatilidad del universo batmaniaco adaptado a la idiosincrasia del siglo XIX con la ascendencia y permeabilidad que siempre ha dado en el cine, la literatura o el cómic la mítica figura del misterioso y escurridizo Jack El Destripador. Con esos mimbres, Augustyn hilvana una trama efectiva que se beneficia de la magnífica labor gráfica de un Mike Mignola que se encuentra muy a gusto en un proyecto ideal para su lucimiento.

Fue tal el éxito de “Gotham a Luz de Gas” que propició que pocos años más tarde Augustyn continuara la historia de su Batman decimonónico en “Amo del Futuro” una historia que localizada en los inicios del siglo XX para enfrentar al Hombre Murciélago con un villano directamente inspirado en “Robur, El Conquistador” de Julio Verne. Sin ser tan reconocida y famosa como su predecesora, “Amo del Futuro” es una historia que poco tiene que envidiarle gracias al cuidado que pone Augustyn para ofrecer una trama sólida y ajustada a la caracterización verniana que explota y al gran nivel gráfico que desplegó el finado dibujante uruguayo Eduardo Barreto quién realiza la que para mí es su mejor obra para el mercado estadounidense. 

Barreto dejó marcadas evidencias de su conocimiento de clásicos como Foster y, sobre todo, José Luis Salinas en una historia con un acabado más clásico que la anterior pero no por eso menos efectivo y espectacular que tiene en el impresionante duelo a espada a bordo del dirigible su momento álgido.

En definitiva, las dos historias reunidas en este tomo no hacen más que demostrar las enormes posibilidades de Batman para adaptarse a cualquier localización y situación con éxito, siempre y cuando la historia y los autores estén a la altura. Es lo que tiene ser todo un icono pop.

2 comentarios:

Parménides dijo...

Hola Pablo!

Tan sólo quería agradecer la continuidad y el nivel mostrado en tus reseñas. Me haces descubrir nuevas cosas, solemos coincidir en la crítica de las que ya conozco, y en las que no, me haces descubrir nuevas perspectivas que no había tenido en cuenta.

En este ejercicio de nostalgia que ECC nos hace gozar, me fijo en dos de tus últimas reseñas:

Por un lado este Batman victoriano que, a mi juicio, brilla mucho más con Mignola que con Barreto. Sobre el primero, en el que posiblemente fuera su trabajo de consolidación como artista grande, no me queda más que decir que su estilo parece nacido para este cómic. Y a partir de ahí no hizo más que mejorar. Sobre el segundo, quizá le pasó lo contrario: Recuerdo con mucho agrado su etapa en los Nuevos Titanes, con algo menos su involución en Marvel Knights (aunque el horroroso guión de Dixon no ayudaba) y con tristeza sus últimos trabajos (como Irredeemable, donde ya no fuera la sombra del que fue).

Y por el otro, el Marshal Law del infravalorado Mills y sobrevalorado O'Neill. Con éste último, pese a gustarme, tengo una pega; y es que lo veo autor limitado, con un estilo sólo adecuado a idas de olla esperpénticas, exageradas, desopilantes. Recuerdo de su edición original Forum, comentarios de algún articulista que lo tildaba de mal dibujante pero excelente colorista, con lo que estoy más o menos de acuerdo. En cualquier caso, más allá del barroquismo visual, Marshal Law es un tebeazo. De haber sido dibujado por un, pongamos, Alan Davis, ¿estaríamos hablando de otro Miracleman? (perdón por la referencia pero ahora que Marvel está reeditando estos tebeos...).

Abrazos!

PAblo dijo...

Parménides,

Creo que el punto clave en cuanto a la hora de comparar entre el cómic de Mignola y el de Barreto está en la distinta ambientación pero cada uno a su estilo creo que los dos realizan magníficos cómics.

Sobre O'Neill me temo que le acompañara durante toda su carrera el sambenito de mal dibujante. A mí no me lo parece en absoluto y creo que su estilo al final es el idóneo para la obra y que la hace tan reconocible y única. El problema con O' Neill como con Sienki en su momento es que cuando optan por salirse de los canones prestablecidos parece que ya no pueden ser buenos dibujantes. Para mí O'Neill es excelente y, de hecho, está entre mis favoritos.

Ah, de acuerdo con que Mills está infravalorado pero también es cierto que tampoco ha hecho tantas obras de nivel quitando esta.

Impacientes Saludos.