jueves, 31 de octubre de 2013

“Desastre”, de Fran Fernández.

 


Consecuente con su objetivo de promocionar y dar a conocer nuevos talentos desde Underbrain Books nos ofrecen “Desastre”, el primer cómic del multidisciplinar e inquieto murciano Fran Fernández, un cómic de Ciencia Ficción oscura y paradojas temporales.
 Dashiell es un buen padre de familia y mejor policía en un pueblo de la Louisiana profunda de los años veinte que por los azares de la existencia cae en un pozo y viaja en el tiempo hasta el año 2074. Sin posibilidad de volver a su tiempo, prisionero de una era que no es la suya y convertido en una celebridad local, el deprimido Dashiell intenta adaptarse a su nueva vida en el futuro al tiempo que unos macarras extraterrestres llegan a la Tierra con ambiguas intenciones.
Fran Fernández nos ofrece una entretenida, pesimista y disparatada distopía sobre paradojas temporales, hombrecillos azules y extrañas enfermedades cronembergianas. En poco más de 130 páginas y a toda pastilla, Fernández abruma al lector con toda la amplia y variada galería de personajes imposibles y situaciones de serie Z que su imaginación irremediablemente perjudicada por iconos de la cultura popular de derribo reune junto a otras referencias más evidentes que van desde “Hellblazer” o “Predicador” a “ExistenZ”, “Terminator” o “Doctor Who” para entremezclarlas  en una elaboración frenética en la que va presentando en capítulos aparentemente inconexos una historia relativista sobre lo absurdo de la condición humana en unos Estados Unidos futuros, racistas y crueles que en el fondo no han variado tanto de los presentes.
Fernández, que estética y narrativamente maneja influencias eclécticas, que van de Toriyama al underground contemporáneo de un Peter Bagge o un Daniel Clowes, derrocha energías y entusiasmo en un cómic que parece elaborado de una manera febril, automática y salvaje estirando una trama poco evidente en torno a tantos elementos y personajes como al autor se le ha ocurrido en ese momento incorporar para cimentar un mensaje quizás demasiado sutil en torno a nuestro pequeño lugar en el universo y lo solitario de nuestra condición que puede pasar desapercibido al pacífico lector que solo busque la tranquilidad de la lógica y el tópico y se pierda en la superficie de la historia gamberra que el autor se marca.
En fin, “Desastre”, lejos de hacer honor a su título,  es un cómic caótico, original y talentoso que muestra en bruto la capacidad y potencial de un autor novel del que en próximas obras, más asentado, refinado y contenido debéremos esperar cosas todavia más interesantes. “Desastre” es su sonora carta de presentación y creo que no dejará a nadie indiferente.