jueves, 5 de septiembre de 2013

“Paseo Astral”, de MAX.







Probablemente,no ha habido ningún autor de cómics español que haya sido considerado por los popes de la alta cultura como uno de los suyos, equiparando su labor de vulgar juntaviñetas con las formas más elevadas de arte reconocidas y abriéndosele las puertas de cenáculos, museos y exposiciones, como el laureado mallorquín Francesc Capdevila, MAX. Un reconocimiento de Artista con mayúscula que le otorga libertad para hacer lo que le dé la gana y encontrar un aplauso unánime a sus propuestas aunque sean tan controvertidas como este “Paseo Astral” que La Cúpula ha editado en una lujosa edición.

Paseo Astral” es una obra difícil de catalogar y valorar ya que su análisis se me antoja diverso en función a su formato. Si consideramos la obra tal y como fue ideada originariamente, para ser mostrada en grandes paneles en el stand de el periódico El País en ARCO podemos decir que estamos ante uno de los intento serio y original para equiparar y reivindicar el puesto del Cómic entre las demás manifestaciones artísticas destacando los antiguos lazos entre el Cómic y la Prensa con una representación moderna y sorprendente entroncada con los mandamientos del Pop Art que tanto se han aprovechado del Cómic.

Pero, sin embargo, si consideramos “Paseo Astral” exclusivamente en función del formato seleccionado por La Cúpula en la que se adapta en un cuidado volumen reproduciendo en cada página uno de los paneles originales  nos encontramos ante una historieta experimental de trama  bastante sencilla en la que el autor mediante la técnica del collage replantea con los mínimos argumentos el manido tema las dudas del creador y su búsqueda de inspiración reinterpretando tópicos como el de la consabida venta del alma al diablo planteado en Fausto y homenajeando a personajes de ficción como Pinocho y talentosos dibujantes de prensa como El Roto. 

MAX superpone e interconecta su historia fluida y minimalista con la localización en el Diario a veces complementando una con la otra o simplemente sirviéndole de fondo con lo que “Paseo Astral” situaría a MAX a pesar de su simplismo argumental en la cresta de la ola de los autores de cómics más arriesgados, experimentales y modernos a la altura del complejo Chris Ware, Art Spiegelman o en su momento Moebius.

Por otro lado, sospecho que si La Cúpula hubiera simplemente optado por un formato sencillo, barato, clásico y popular, como podría haber sido la reproducción de “Paseo Astral” como si de un periódico se tratase o como un humilde pero digno comic book ochentero, seguramente la genialidad de MAX  habría brillado igual y se vincularía más con la tradición experimental y de originalidad asociada a los orígenes del autor en el Underground español, rmovimiento repleto en su momento de mayor esplendor de tanta o mayor brillantez a pesar de sus formatos humildes pero que permitían su acceso a un público mayor. Pero, bueno, son los tiempos de la novela gráfica, ya sabéis...
 Y es que en el fondo “Paseo Astral”  es un compendio perfecto del actual Cómic español, su ingenio puntero y sus pretensiones, sus aciertos y sus errores frente a la encrucijada planteada en los tiempos inciertos que vivimos. En fin, que cada cuál lo lea, y saque sus propias conclusiones, que para eso se supone que es el arte, ¿no?