miércoles, 4 de septiembre de 2013

¿Se murieron los blogs de tebeos? No, hombre, se han ido de parranda.


 
El compañero Pedro Garcia escribió anoche una apocalíptica entrada en UTCON titulada “Los blogs de cómics han muerto” (que podéis leer aquí) que casi me corta la digestión de la cena….Leches, que se me ha matado El lector impaciente y ni me he enterado. Pero no, ahí seguía la entrada de ayer tal y como la había escrito y no había sido sustituido por la consabida y educada esquela de despedida. Buff, menos mal…

Más allá de la introducción graciosilla, no le falta algo de razón a Pedro en su exposición y sus argumentos que no hacen más que constatar una tendencia que los que llevamos tiempo en esto de la Blogosfera comiquera hemos venido constastando. Menos visitas, menos comentarios y un cierto hastío frente al bullicio y el entusiasmo de otros años. Es cierto que la Blogosfera comiquera tras su gloriosa explosión inicial poco a poco fue perdiendo inercia hasta los tiempos actuales en las que muchos de los blogs punteros de la primera oleada están completamente inactivos y la mayor parte no se actualiza con regularidad.

Las razones variadas, las principales (como apunta Pedro), la irrupción de unas redes sociales, que permiten con un esfuerzo mínimo compartir y difundir una opinión –así como el hipotético debate que provoque- aunque esta acabe a los pocos días perdida en el éter y el cansancio de los autores frente al esfuerzo acumulado que conlleva la preparación y desarrollo de temas a tratar en cada entrada para un público anónimo incierto y poco agradecido que acaba provocando que se pierda la ilusión inicial.

Todo eso es cierto, pero no son las únicas razones. Para mí la más importante es la consabida Crisis, que provoca que la gente haya cambiado sus hábitos de consumo y por tanto compre menos cómics y/o se retraiga de enterarse de las novedades para evitar caer en la tentación. Por otro lado, se ha ido conformando un tejido social que ha llevado que diversos blogueros hayan “fichado” por otras páginas en busca de una mayor difusión dejando de lado sus propias bitácoras o que directamente blogueros en potencia empiecen a colaborar en esas páginas sin pasar por el escalón intermedio que supondría tener su propio blog.

A pesar de todo est, me resisto a ser pesimista porque entonces sí que cerraría El Lector Impaciente. Creo que el soporte Blog es válido e idóneo para desarrollar un terreno fértil para la divulgación del Cómic, aunque evidentemente suponga un mayor esfuerzo y compromiso que las redes sociales que pueden servir como estupendo complemento de las Bitácoras sin llegar a sustituirlas. Por otro lado, más allá de la efímera moda y excluyéndome, para mí los blogs que quedan son los que valen y la mayoría vienen marcados por su calidad y el carácter vocacional de sus autores más allá de elementos accesorios como su repercusión. Me refiero a blogs como La Canción de Tristán, COMIC IS ART, Frog2000  o Yo digo No o los más recientes como Man of Bronze o Comic Para Todos que desmienten esa falta de relevo. (No cuento los blogs realizados por autores en los que difunden sus propios trabajos y que no se me ofenda Pedro Angosto si no lo incluyo entre estos al ser el suyo un blog de opinión, principalmente).

En un medio tan dinámico y fluctuante como Internet es normal el movimiento y que los blogs desaparezcan o sus autores se vayan de parranda en función de sus circunstancias personales y aparezcan y desaparezcan. Lo importante es que nuevos aficionados y seguidores tomen el relevo y no sean –seamos- siempre los mismos los que tiren (tiremos) del carro. Las redes sociales no son en ese sentido un enemigo, sino una herramienta para difundir una Blogosfera que debe seguir resultando interesante para los aficionados y cuya crisis actual para mí es un reflejo más de la del propio Cómic.

Por la parte que me toca, El lector impaciente de momento no se muere aunque eso no quite que de vez en cuando su autor se pueda ir de parranda. Seguiré informando y compartiendo mi opinión diaria sobre los tebeos que lea mientras las ganas y el cuerpo aguanten. Espero que no me pase como en la novela de Matheson y finalmente tenga que escribir eso de…Soy leyenda. De vosotros depende.