lunes, 12 de agosto de 2013

“Lobezno y la Patrulla X: Aprendizaje Salvaje”, de Jason Aaron y Ramón Pérez




Continuo con el seguimiento de “Lobezno y la Patrulla X”, la serie más divertida de las que sigo actualmente con una nueva aventura recogida en los números 14 y 15 de la edición española de Panini que recoge los números 25 a 28 de la edición norteamericana, y que supone el regreso de Perro Logan, el hermano perdido de Lobezno.

Lobezno se lleva a los alumnos más inadaptados de su escuela nada menos que a la Tierra Salvaje para que aprendan a colaborar entre sí en unas particulares jornadas de supervivencia. Mientras los chavales intentan ponerse de acuerdo y sobrevivir a los peligros de la inhóspita Tierra de Ka Zar, la cosa se complica cuando aparece por sorpresa Perro, el hermano perdido de Lobezno, quién ha conseguido unos diamantes temporales que le han permitido hacerse con armamento del futuro para hacerle la chincheta a su hermano. Y es que Perro Logan está obsesionado por demostrar que es mejor que su famoso hermano, incluso como profesor de supervivencia.

Me lo paso bomba y me quito el sombreo con lo que está haciendo Jason Aaron en esta serie en la que con mucha valentía e inteligencia está renovando las convenciones y fórmulas que en su día hicieron de La Patrulla X” de Chris Claremont la serie más leída de Marvel Comics durante décadas. Tramas sencillas y aparentemente originales pero que en el fondo no hacen más que repetir los recursos propios del oficio marvelita, diálogos chispeantes, una acertada caracterízación del amplio reparto de personajes que maneja y un tratamiento en el que prima el dinamismo y el sentido del humor frente al melodrama del que tanto se ha abusado en la franquicia mutantes desde sus orígenes convierten a esta serie en un soplo de aire fresco dentro del género superheroico.

En concreto, en este nuevo arco Aaron reinventa situaciones típicas del Universo Marvel planteando un escenario habitual en los mutantes clásicos, la Tierra Salvaje, cambiando completamente el concepto de la aventura al convertirlo en un parque temático para que los jóvenes mutantes del siglo XXI se explayen al tiempo que explota la socorrida rivalidad entre hermanos reinventando a un personaje tan aburrido como el ideado por Paul Jenkins en “Lobezno: Origen” Perro Logan convirtiéndolo en un pirado divertido a medio camino entre Kang El Conquistador y Kraven El Cazador. El guión se desarrolla frenético y con dinamismo, lleno de chistes y referencias al tiempo que mantiene la continuidad de la historia para hacernos presumir que este no será el primer encuentro entre Lobezno y Perro.

En el aspecto gráfico, se presenta un nuevo dibujante en la serie, el talentoso canadiense Ramón Pérez que viene avalado por la consecución de variios premios Eisners. Pérez se muestra como un dibujante fresco y solvente que otorga dinamismo y espectacularidad a un cómic eminentemente de acción como es este en el que los personajes van de un lado para otro sin parar, aunque en ocasiones me ha descuadrado con su versión de alguno de ellos, como La Bestia a la que dibuja su pelo y con un aspecto que recuerda más al de un “Metal Men” que a un personaje peludo (yo le daría el premio a la Bestia menos lograda, aparte de los Eisners).
En fin, a la espera quedo de una nueva entrega de esta divertida serie y lo que reinventa un Aaron dispuesto a mostrarnos lo divertido que es ser un joven mutante y tener superpoderes frente al estereotipo amargado impuesto durante décadas. Ojalá le duren las ganas y las ideas durante muchos años.