jueves, 11 de abril de 2013

“Ab Irato: La naturaleza de la bestia”, de Bernet y E.S. Abulí.



No deja de ser una buena noticia que con la que está cayendo desde EDT sigan apostando por recuperar clásicos del cómic patrio. De este modo, poco a poco, han ido reeditando en excelentes ediciones la mayor parte de la obra del tándem formado por el dibujante  Jordi Bernet y el guionista Enrique Sánchez Abulí quedando únicamente pendiente, de su producción común, la obra que hoy nos ocupa titulada originalmente únicamente como “La naturaleza de la bestia” para su primera edición seriada en la revista “Tótem” a mediados de los ochenta y posteriormente editada en álbum por Glénat en los noventa, rebautizada para esta nueva edición en blanco y negro como “Ab Irato: La naturaleza de la bestia”.

Abby es una espectacular mujer casada con un rico depravado mucho mayor que ella que la hace participe de sus fantasías sexuales. Cuando conoce a Tom, un antiguo boxeador que se gana la vida como leñador junto a un chico algo retrasado que procura imitarle en todo, surge la pasión. Abby  convencerá a  Tom para planear la muerte de su marido,  pero es entonces cuando las cosas empiezan a complicarse.

Ab Irato” es una entretenida lectura de género negro en la que la influencia de “El cartero siempre llama dos veces” de  James M. Cain es más que notoria. Sin embargo, más allá de esa referencia evidente, Sánchez Abulí no se limita a la mera reproducción de las fórmulas de la obra que le sirve de inspiración sino que va más allá para construir una acida metáfora en torno a la naturaleza perversa del ser humano mediante unos personajes llenos de flaquezas y crueldades. De este modo, Sánchez Abulí incorpora su particular y enriquecedora visión del Hard Boiled introduciendo constantemente elementos cómicos que atemperan el trasfondo pesimista de su obra y lejos de dotar a la obra de esa atmósfera reconcentrada y violenta típica de Cain la otorga un tono ligero y socarrón que atempera la violencia latente de la historia, reproduciendo de nuevo una fórmula que el equipo creativo venía desarrollando con éxito en la inigualable “Torpedo 1936”, obra con la que guarda muchas notas en común. En esa capacidad para incorporar el guiño socarrón a tramas dramáticas, Sánchez Abuli me recuerda al mejor Caniff, aunque el humor de aquél sea más negro y sucio y, por lo tanto, más cercano a nosotros que los guiños del artista norteamericano.

En el aspecto gráfico, Bernet vuelve a demostrar que es un maestro del claroscuro, aun cuando la obra orginalmente apareciese a color, siendo capaz de reflejar con maestría cualquier escena ideada por Sánchez Abulí para pasar sin dificultad del gag cómico, a la fantasía erótica o al dramatismo de un suicidio en un parpadeo y sin que la historia pierda claridad ni interés. Es cierto que en sus inicios Bernet acusaba una marcada influencia del gran Alex Toth pero en el momento de la publicación inicial de esta obra ya era un autor maduro que había desarrollado su personal e identificativo estilo basado en la expresividad de sus personajes, especialmente los femeninos.

Así, “Ab Irato” es una deliciosa obra menor en la producción de estos dos monstruos del tebeo patrio, ideal para que el lector que todavía no los conozca se haga una  idea de sus capacidades y el despliegue de talento que se está perdiendo, al tiempo que sus rendidos admiradores encontrarán a un equipo creativo especialmente inspirado con el que volver a disfrutar. Todo un acierto por parte de EDT su recuperación.