jueves, 7 de febrero de 2013

“Spaceman”, de Brian Azzarello y Eduardo Risso.




Parecía cantando que antes o después los destinos de Brian Azzarello y Eduardo Risso volverían a encontrarse tras ese tour de force agridulce que fue “Cien Balas” y el reencuentro más pronto que tarde se ha producido en “Spaceman”, una curiosa distopía futurista que ECC Ediciones ha publicado en España agrupando los nueve números de la miniserie en un único volumen.

En un futuro cercano  los polos se han derretido y el agua anegado las ciudades donde los pobres malviven enganchados a los reality telvisivos. En ese gris escenario, vive Orson quien de niño alcanzó la popularidad al participar  en un proyecto experimental de la NASA para la colonización de Marte que, junto a otros sujetos, fue alterado genéticamente para soportar los rigores del espacio otorgándole una apariencia simiesca hasta que el proyecto fue cancelado años atrás y Orson olvidado. Ya adulto, Orson malvive saliendo a mar abierto en su barca a recoger chatarra espacial para ganar lo suficiente con lo que pagarse  el sexo por Internet y las drogas que le permiten fantasear con su negado destino en las estrellas. Sin embargo, cuando el destino cruza al bonachón Orson con una de las protagonistas del reality de mayor audiencia que ha sido secuestrada los ojos del planeta vuelven a fijarse en Orson.

Azzarello y Risso construyen una ambiciosa y entretenida fantasía de Ciencia Ficción distópica, pesimista y oscura que de algún modo se emparenta con las que desde Argentina inundaron el panorama europeo en los años ochenta, alguna de ellas como “Caín” dibujada por el propio Risso. En “Spaceman”, Azzarello construye un thriller negro que denuncia buena parte de los vicios y males que vivimos en las sociedades contemporánea a los que contrapone la ingenuidad de un protagonista inocentón que vive entre la realidad y la fantasía. 

La historia se desarrolla con buen pulso, especialmente en aquella parte de la trama en la que Azzarello mejor se maneja – el thrller y la road movie– mientras que la ambiciosa fantasía onírica que corre en paralelo con los hechos terrenales se torna por momentos en exceso deslavazada y la conexión entre ambas excesivamente sútil. No deja ser curioso también los elementos formales comunes que “Spaceman” comparte con otra obra contemporánea en desarrollo la recomendable “Aama” de Peeters aunque el argumento no tenga nada que ver.

El que realiza un gran trabajo como siempre es Eduardo Risso a la hora de desarrollar tanto los distintos personajes como las ambientaciones de la historia. Risso está en plena madurez y  le da una enjundia gráfica a la historia que en algunos casos da la impresión que sostiene y guía el ambicioso guión de Azzarello.

En definitiva, “Spaceman” es un más que correcto cómic de Ciencia Ficción que sin llegar quizás a cubrir en su totalidad los ambiciosos objetivos previstos por sus autores cumple con su labor de entretener que en estos momentos no es poco.