jueves, 3 de enero de 2013

“Intachable: 30 años de corrupción”, de Víctor Santos.




Desde hace años tengo la sensación que Víctor Santos es un autor que no ha tenido todo el reconocimiento que se merece por los medios especializados aunque sus obras siempre cuenten con el respaldo que realmente merece la pena, el del público. Quizás sea debido a su apuesta ultranza  por los despreciados géneros – desde el Negro a la Fantasía Heroica ha cosechado grandes éxitos locales-  quizás por no frecuentar los cenáculos adecuados o quizás porque el hombre no es muy sociable y no se ha sabido promocionar…Quién sabe. Y, sin embargo, de justicia sería que esa sensación mía –errada, seguramente- empiece a cambiar a partir de su última obra como autor completo publicada recientemente por Panini, “Intachable: 30 años de corrupción” en la que Santos sin abandonar sus propias posiciones haciendo los tebeos de género que le gustan  da un paso adelante como autor de cómics en un tebeo adictivo en el que aborda un tema tan actual y espinoso como los círculos de corrupción generados en torno a la burbuja urbanística en la España mediterránea desde finales de los ochenta hasta nuestros días desde una perspectiva amarga y desencantada que solo el género negro permite.




A partir de la historia de amistad de dos amigos de colegio, César y Gabriel, Santos toma como escenario para su historia la España mediterránea del pelotazo en la que el aparentemente íntegro César Gallardo construye su meteórica carrera política a partir de sus negocios urbanísticos y los menos lícitos negocios turbios que controla clandestinamente su mano derecha, Gabriel Solís. A pesar del acoso de la policía y la judicatura, César y Gabriel están dispuestos a no pararse ante nada porque su ambición es infinita y ellos son intachables.

Hacia tiempo que Víctor Santos era uno de los autores patrios que mejor venía trabajando el género negro en el cómic en España, pero “Intachable: 30 años de corrupción” es sin duda su obra más madura, ambiciosa y lograda hasta la fecha, en la que a partir de una trama clásica en torno a la amistad de dos jóvenes ambiciosos y sin escrúpulos desgrana, sin señalar directamente a nadie aunque tampoco oculte modos y maneras que a quién más y a quién menos resonarán de prensa y televisión, buena parte de los males de la España contemporánea consecuencia directa de las “culturas” del ladrillo y el pelotazo que nos ha dejado estos lodos en los que estamos empantanados, denunciando sin señalar abiertamente a nadie una corrupción que penetra en todas las esferas de la sociedad.

Junto a Sánchez Abulí, Víctor Santos es el autor español que mejor dialoga sus obras y en “Intachable: 30 años de corrupción” lo borda una vez más con textos secos, lacónicos y tajantes que caracterizan perfectamente el universo corrupto y sin medias tintas en el que sitúa a sus personajes. Pero, además, en esta obra evoluciona en su faceta de dibujante para adaptar a una temáticamente netamente española las últimas tendencias estéticas en el cómic negro norteamericano, construyendo una obra atractiva, visualmente muy potente y  netamente expresionista,  en la línea que autores como Sean Phillips, Michael Lark o Darwyn Cooke vienen haciendo desde hace años para  dar brillantez a una historia de por sí lo suficientemente interesante como para no tener nada que envidiar a las que esos autores nos importan (Brubaker toma nota). En especial, cabe destacar el tratamiento del color para marcar las transiciones y cambio de escenario o como en las secuencias de acción se renuncia a todo diálogo para volcar toda la narración en el apartado gráfico con espectaculares resultados.

Intachable: 30 años de corrupción” es un tebeo actual y moderno que se encuentra entre lo mejorcito que nos dejó el 2012  y marca la madurez creativa de un autor del que solo podemos esperar cosas positivas. Y es que si en Grecia tienen a Petros Márkaris, en España tenemos a Víctor Santos. Que nos dure muchos años.