viernes, 31 de mayo de 2013

“La Calambre”, de Ángel Mosquito.





Visto lo tempestuosos tiempos que nos está tocando vivir, no deja de ser una suerte que La Cúpula siga apostando por dar a conocer en España las obras de los nuevos talentos del siempre inquieto cómic argentino. Su último acierto ha sido la publicación de “La Calambre”, de Ángel Mosquito, un inclasificable thriller social protagonizado por dos vampiros sin hogar.

Larry es un viejo vampiro que ha visto tiempos mejores y sale adelante como puede recogiendo cartones en los suburbios de Buenos Aires junto a Mogul, otro vampiro al que convirtió en chupasangre cuando se lo encontró abandonado de bebé. Larry y Mogul tiran adelante trapicheando como pueden y sufren la calambre – el hambre que afecta a los vampiros- todos los días pero cuando raptan una bebita creen que por fin su suerte de perdedores va a cambiar aun cuando sigan su pista Cordoba y Texas, los dos polis más corruptos de la zona, y el frustrado Gran Maestro Albino de los vampiros ande con sus propios líos como para serles de ayuda.

Mosquito construye un desconcertante y divertido thriller social en el que aborda bajo una óptica irónica y divertida la precariedad de la crisis de la Argentina deprimida del Corralito. En un país en el que hasta los vampiros lo tienen crudo para salir adelante, los personajes corruptos de Mosquito transitan intentando solucionar problemas muy humanos. Con un dibujo feista, abigarrado y de trazos nerviosos y sucios, de clara vocación underground, Mosquito da forma a una historia en la que la forma cuenta menos que la intensidad de una narración repleta de entrañables personajes cuyas vidas se entrecruzan para conformar un fresco de la deprimida Argentina de principios del siglo XXI.

“La Calambre” es un tebeo realmente interesante que gustará a un público muy amplio y descubre al aficionado español a un autor original que subvierte los iconos del terror y las fórmulas del thriller para hacer crítica social. Espero que las editoriales patrias sigan apostando por él y  pronto veamos más obras suyas publicadas por aquí.

jueves, 30 de mayo de 2013

“Conan El Bárbaro 2” de Brian Wood, Becky Cloonan, Vasilis Lolos, Declan Shalvey y Dave Stewart.




Tras haber leído la primera entrega del “Conan, El Bárbaro” de Brian Wood, publicado por Planeta y de la que ya comenté algo por aquí, esperaba con cierta expectación esta segunda, pero tras la lectura de este  volumen, que incorpora dos historias de producción propia, “Border Fury” y “The Death” desarrolladas a lo largo de  los números siete a doce de la serie regular de Dark Horse he de decir que me he llevado una decepción bastante grande pues a Wood parece haberle dado un ataque de divismo y cae en el que para mí es el peor de los errores posibles - y en el que no cayeron sus predecesores, Busiek ni Truman- al  querer enmendarle la plana al mismísimo Robert E. Howard con una versión de Conan excesivamente contemporánea y excesivamente alejada de la esencia icónica del personaje.
En la primera de estas historias, “Border Fury” Bélit y Conan dejan el Tigresa y la placentera vida como piratas que llevan en los mares de la Costa Negra para presentarse en la alejada y agreste Cimmeria natal de Conan donde este ha de vérselas con un suplantador de su identidad que está sembrando el terror en los poblados cimmerios. En la segunda historia, “The Death”, al hacerse con un barco a la deriva, una enfermedad mortal se propaga por el Tigresa afectando a todos los piratas menos a Conan incluida Belit  Un desesperado Conan desembarca en Bahal, una ciudad de Shem, para intentar encontrar una cura aun cuando ello suponga tener que enfrentarse a todos sus habitantes.

Wood siempre se ha mostrado como un autor arriesgado y si ya en las primeras aventuras que ideó del personaje su visión moderna de Conan y Bélit podía levantar las críticas de los más furibundos defensores de la herencia de Howard y Thomas, mucho me temo que en esta segunda  entrega las críticas van a ser unánimes al subvertir completamente a los personajes originales para ofrecer una serie de historias que partiendo de tramas simples con cierto componente de acción suponen nuevas pruebas para su historia de amor y en cierta forma le permiten ahondar y explorar esa relación.

 De este modo, contra todo el canon  howardiano, Wood monta una poco convincente incursión de los personajes en Cimmeria para mostrar la capacidad de sacrificio de la pirata a la hora de seguir a su hombre en un terreno terriblemente hostil para ella mientras que la segunda historia más cercana a los referentes habituales de la relación Conan/Belit es a Conan a quién tiene a prueba al tener que decidir si abandona a Belit y sus compañeros a una muerte segura por la enfermedad o se mantiene fiel a ellos.
El defecto que yo veo que hace rechinar ambas historias es que para presentar esos problemas complejos Wood no tiene en cuenta para nada ni la esencia de los personajes ni su contextualización dentro del universo de espada y fantasia howardiano con lo que la decisión de sus reacciones y su presentación resulta poco creíble e ilógica. A ello poco ayuda, en esta ocasión, el redundante sobretexto con el que Wood pretende aclarar esas reacciones de los personajes – a mí me da la sensación que quiere imitar malamente a Roy Thomas- lastrando en parte la efectividad minimalista del buen hacer gráfico de Becky Cloonan,  Vasilis Lolos y Declan Shalvey, soberbiamente coloreados por Dave Stewart. También resultan especialmente destacables las bellas portadas de Massimo Carnevale.
 La versión deconstruida, excesivamente realista y antiépica, del Conan de Wood en esta ocasión nos ha dado la de arena centrada en desarrollar de una manera obsesiva la historia de amor de los protagonistas aunque ello suponga ir contra las mismas personalidades de los personajes. Una visión a ras y contracorriente, que rechaza las convenciones propias del género en que se han desarrollado estos personajes desde su gestación y que precisamente por ello fracasará ante los aficionados a ultranza de las aventuras del bárbaro que encontrarán algo muy alejado de lo que esperaban o están acostumbrados. Esperemos que en las próximas entregas, Wood vuelva a cogerle el aire al personaje y lo reconduzca a unos parámetros más reconocibles.

miércoles, 29 de mayo de 2013

“Mundo putrefacto 1: El reino verde”, de Scott Snyder, Jeff Lemire, Yanick Paquette, Steve Pugh, Marco Rudy y Becky Cloonan.



ECC Ediciones inicia la publicación de “Mundo Putrefacto”, el  primer megaevento del NUDC que aparentemente introduce un nuevo modelo en este tipo de acometer este tipo de historias que involucran varias colecciones al prescindir de la miniserie troncal con la que se cruzaban con más o menos relación las diversas cabeceras regulares por un modelo transversal en el que la historia se desarrolla en paralelo en dos o tres series más o menos en paralelo pudiéndose seguir de manera independiente. ECC parece que ha optado por publicar el megaevento en una cabecera propia e independiente en la que irán apareciendo los distintos episodios relacionados con la serie estando este primer tomo subtitulado “El reino verde” dedicado prácticamente aLa Cosadel Pantano al incluir los números 12 a 16 de la serie regular más su primer anual  y el número  12 de “Animal Man” que es una especie de prólogo de la saga putrefacta.

En esta primera entrega, se narra cómo La Cosa del Pantano y Animal Man, los adalides del Verde y el Rojo, se internan en la dimensión de la Putrefacción para enfrentarse a Antón Arcane, el campeón de la Putrefacción, en lo que se antoja el enfrentamiento final entre estos poderes. Sin embargo, los héroes caen en la trampa urdida por Arcane y cuando son expulsados de sus dominios en la Tierra ha pasado un año y se ha convertido en un Mundo Putrefacto en el que la mayoría de los héroes y villanos han muerto o han sido convertidos en esclavos de la Putrefacción y los núcleos de resistencia del Rojo y el Verde casi han desaparecido. Sin embargo, el regreso de La Cosa del Pantano puede suponer un giro y una nueva esperanza para los escasos resistentes siempre y cuando a través de la búsqueda que inicia de una supuestamente muerta Abigail logre vencer a Arcane y las hordas de la Putrefacción.
Jeff Lemire y Scott Snyder inician por fin la historia que llevan un año urdiendo en las cabeceras de “Animal Man” y “La Cosa del Pantano”, respectivamente. En esta primera entrega, comprobamos lo que Snyder ha urdido para el bueno de Swampy quién una vez más a lo largo de su carrera se verá separado de su amada Abigail e intentará contra todo y todos reencontrarse con su amor perdido. Sin embargo, si en otras etapas esta separación no era más que una actualización oscura del clásico de “La Bella y la Bestia”  en la que la separación de los amantes se debía más a factores intrínsecos y se convertía en una exaltación romántica del amor imposible en esta saga la separación es fundamentalmente física convirtiéndose en la excusa para que Snyder convierta a Swampy en una especie de Ulises del Mundo Putrefacto, un héroe de blockbuster superheroico, cuyos peligros en forma de espantajos y superhéroes corruptos ha de acometer para lograr su meta.

Bajo este planteamiento, Snyder monta sin demasiado esfuerzo una efectiva “road movie”, en la que Swampy avanza por unos Estados Unidos tomado por los putrefactos desplegando sus poderes ayudado por contados aliados,  cuyo máximo aliciente es comprobar los estragos que los monstruos han provocado en su ausencia. Un planteamiento más propio de un videojuego lineal en el que el héroe va pasando fases para encontrar en cada nueva misión (en este caso nuevo número) un enemigo peor que el anterior y que mantiene la atención mientras se desarrolla la lectura  gracias al talento desplegado por los dibujantes Yannick Paquette y Marco Rudy para hacer atractiva tan sencillo planteamiento.

Por otro lado, me ha hecho gracia como en el Anual, Snyder referencia la historia a los primeros episodios del “Drácula” de Stoker al convertir a un joven Alec Holland, todavía humano antes de transformarse en la Cosa del Pantano, en un trasunto de Jonathan Haker al que un Arcane/Drácula atrae bajo engaño a sus dominios. Allí, Alec y Abigail tendrán un primer encuentro que Snyder incorpora con oficio a la biografía de los personajes en una historia que se lee con agrado en buena medida gracias también al vistoso trabajo de una Becky Cloonan que en el maisntream sirve para un roto y un descosido dando con su estilo indie un tratamiento fresco a las versiones juveniles de los personajes  que salva correctamente la historia.
En fin, el “Mundo Putrefacto” de La Cosa del Pantanode Snyder se desarrolla con oficio pero sin excesiva originalidad en sus propuestas e interesará especialmente a aquellos que sean ya seguidores de la serie siendo bastante complicado que los que quieran seguir exclusivamente  esta saga aprovechando su publicación independiente logren enterarse de algo sin un conocimiento de lo anteriormente publicado. Veremos en las próximas entregas como va desplegándose la historia en el resto de las series involucradas en "Mundo Putrefacto".

martes, 28 de mayo de 2013

“Videojuegos”, de David Sánchez.





Astiberri ha inaugurado “Leyendas Urbanas”, una nueva colección de minicomics  - reflexión, los minicómics a diez euros hacen que pasen por baratos los integrales a cuarenta y cinco – en la que la penúltima hornada de autores patrios desarrollarán una historia a partir de una de estas supuestas leyendas, con este “Videojuegos” de David Sánchez en la que el autor de “Tú me has matado” y No cambies nunca” actualiza  el neomito del “Polybius”, un supuesto videojuego de los ochenta que causaba la locura y la muerte en aquellos que lo jugaban pero al que nadie realmente jugó.

Tomando esa historia como base, Sánchez monta una escueta trama conspiranoica en la que presenta la leyenda y a unos misteriosos hombres de negro –otro guiño al nuevo acervo contemporáneo- que van detrás de las víctimas que deja la dichosa maquinita borrando sus huellas.

Quizás por las propias limitaciones del formato minicómics o el estilo de Sánchez, para mí excesivamente tributario de los Clowes, Burns o Jason que toma sin pudor como modelos, este cómic me ha dejado bastante frío a pesar del talento que el autor muestra en su planteamiento formal. Sánchez se ha centrado completamente en desarrollar los elementos formales de la conspiración y las características obsesivas e insanas que rodean la cultura de los videojuegos manteniendo un distanciamiento total respecto a los esquemáticos hechos que presenta y demandando la total implicación del lector a la hora de buscar un sentido, una explicación razonada de los mismos, sin ofrecerle más allá de la enigmática presentación que propone un posicionamiento  o una explicación propia.
Un planteamiento arriesgado que desperdicia  el atractivo punto de partida del que parte al no formular una explicación propia de los hechos por los que difícilmente se puede llegar a desarrollar una mínima empatía que permita la implicación del lector una vez desentrañado el enigma gráfico hábilmente planteado.

Videojuegos” es un efectista y brillante ejercicio de estilo antes de la efectiva historia de terror contemporánea que se presupone, una historia que por su  potencial  seguramente en otro formato y con una mayor extensión de páginas, habría servido para mostrar mucho más de las capacidad de un autor que demuestra estar sobrado de recursos como para  esperar de él obras más ambiciosas.Game Over.

lunes, 27 de mayo de 2013

“The Red Wing”, de Jonathan Hickman y Nick Pitarra


 


Buscando más obras de Jonathan Hickman tras la buena impresión que me causó Los proyectos Manhattan”he eontrado esta interesante  miniserie de Ciencia Ficción - editada por Image en EEUU y  publicada por Panini en España-, dibujada también por Nick Pitarra en la que indaga con un original punto de vista en torno a los viejos en el tiempo.
En un futuro no muy lejano, las guerras no se desarrollarán en el espacio sino a través del tiempo. De este modo, a través de las eras y las épocas, los pilotos terrestres se enfrentan al mando de unos cazas que les permiten saltar en el tiempo con unos misteriosos adversarios dotados de una tecnología superior que se dedican a despoblar y acabar con los recursos de las diversas épocas terrestres. Con este panorama, dos nuevos cadetes entran a formar parte del programa de entrenamiento terrestre sin sospechar que uno de ellos, Dominic Dorne, es la clave del conflicto.
 He disfrutado enormemente de “The Red Wing” un aparentemente sencillo cómic de Ciencia Ficción que sin embargo propone ideas enormemente complejas en torno a los viajes en el tiempo. En “The Red Wing”, Hickman consigue conciliar buena parte de los tópicos de los Space Opera de la Ciencia Ficción con una historia compleja basada en la negación de la convención más aceptada en torno a las historias sobre paradojas temporales, la linealidad del tiempo.
En realidad, como bien señala Hickman, esta linealidad no es más que una convención humana  y, por tanto, las manidas paradojas temporales de las que tanto partido se ha aprovechado el género no existen. Hickman fundamenta la historia de “The Red Wing” en  obviar la linealidad para intentar abrir nuestras mentes a una nueva concepción del Tiempo circular en la que presente, pasado y futuro transcurren en el mismo momento consistiendo el reto en ser capaz de trasladar la idea a la historia sin que esta resulte confusa e ilegible. Pues bien, se puede considerar que Hickman supera el reto con estilo aunque deje con la sensación que la elíptica historia podría haber dado más de sí, si hubiera contado con algunas páginas más para acabar de perfilar a los estereotipados personajes y algunos de los novedosos y complejos conceptos propuestos.
Hickman juega con tópicos habituales en la Ciencia Ficción – la amistad entre los jóvenes cadetes novatos, su período de aprendizaje y los combates entre naves- pero no se detiene demasiado en estos detalles tan trillados para mantener el interés de su historia conforme va desvelando las consecuencias de su teoría sobre el viaje en el Tiempo en una historia que acaba teniendo una estructura elíptica. 
El otro reencuentro agradable que me ha proporcionado “The Red Wing” ha sido con Nick Pitarra, el dibujante de “Los Proyectos Manhattan”, que ha certificado en esta nueva obra las gratas impresiones que me causo en la anterior. Pitarra es como un Quitely primitivo, un dibujante lleno de energía y que toma muchos de los detalles de Quitely a la hora de construir la narración, pero que carece de la finura de trazo del británico, que se asemeja más al grueso  de Paul Pope,  lo que suple cuidando los detalles y la caracterización de los personajes. Si acaso en este “The Red Wng”, las influencias de Quitely son si cabe aun más evidentes que en “Los Proyectos Manhattan” pero el artista sabe sacar buen partido del moderno diseño de página, la concatenación de viñetas y los fundidos en blanco o en negro para transmitir al lector la sensación de los viajes temporales.
 "The Red Wing” es un excelente cómic de ciencia ficción que gustará a los que simplemente quieren una lectura evasiva para pasar un buen rato de lectura como a aquellos que además gusten de reflexionar sobre las ideas que el guionista vierte en torno al Tiempo, abriendo nuevas vías y soluciones acordes con las nuevas teorías de la Física Cuántica  para contar nuevas historias.

viernes, 24 de mayo de 2013

“Fábulas: Hombres Lobo en el Corazón de América”, de Bill Willingham, Craig Hamilton y Jim Fern.





ECC Ediciones publica una nueva miniserie englobada en el Universo “Fábulas” pero ajena a la numeración regular de la serie, guionizada por el omnipresente Bill Willingham y dibujada por Craig Hamilton y Jim Fern, en una aventura en solitario de uno de los personajes más carismáticos, Feroz.

A la búsqueda de una nueva ubicación para la Granja de las Fábulas, Feroz llega a Story City, un apartado, olvidado y aparentemente normal pueblecito de la Norteamérica rural. Sin embargo, nada es lo que parece y pronto descubre que se encuentra en una comunidad en la que todos sus miembros son hombres lobo cuyo origen se remonta a su propio pasado y le toman por su dios. Sin embargo, la presencia divina no es bienvenida por todos los habitantes de Story City y pronto diversos grupos empezarán a conspirar para acabar con su vida. Si pueden…

Fallido intento de Bill Willingham de encajar una estructura tópica del género de terror en el Universo que creó junto a Mark Buckingham ya que la historia resulta bastante insulsa y deslavazada careciendo de cualquier tipo de lógica interna. A Willlingham le vendría bien repasarse algunos de los trabajos de John Byrne, un auténtico maestro en este tipo de adaptaciones como ya demostrase en “Superman” y “Los Cuatro Fantásticos”…  Willingham enlaza con oficio la historia con la continuidad de la serie regular y lo que sabemos de la biografía de Feroz, sin embargo, la trama es tan desvaída, facilona y  llena de contradicciones que seguramente se encuentre entre los peores trabajos de este, por otro lado, habitualmente solvente guionista.

Tampoco ayuda demasiado el dibujo a cuatro manos entre Jim Fern, un esforzado habitual de la serie, y  Craig Hamilton, un dibujante que prometía mucho a los que le conocimos en aquella interesante miniserie de “Aquaman” que publicara Zinco hace décadas pero que con los años más que mejorar parece que ha ido empeorando. Los personajes del duo Fern/ Hamilton son endebles y hieráticos y su estilo fino y limpio se adapta mal al género de terror por mucho gore, tajos y mordiscos con los que quiera poblar sus páginas.

En fin, “Fábulas: Hombres Lobo en el Corazón de América” es una historia aburrida y mediocre, solo recomendable para los completistas del universo creado por Willingham y Buckingham. Creo que el guionista debería replantearse si a largo plazo le interesa más seguir apostando por la cantidad  antes que por la calidad de sus historias.

jueves, 23 de mayo de 2013

“Invictus: Cosntantino, el emperador guerrero”, de Simone Sarasso.

Acabo de terminar esta novela histórica, editada por Planeta,  que el italiano Simone Sarasso ha realizado en torno a la vida del emperador Constantino el Grande, el último gran emperador romano y me ha gustado por diversos motivos. Os cuento.

Sarasso ha tenido buen ojo a la hora de elegir como protagonista de su novela al emperador Constantino El Grande, una de las figuras más influyentes y carismáticas del Imperio Romano, todavía virgen dentro del género histórico, aproximando al gran público su vida sin caer en la hagiografía o la mera sucesión de batallitas. No, Sarasso antepone a la persona -o el personaje- a la figura histórica y antes de caer en la mera novelización de hechos históricos, opta por el acercamiento introspectivo y subjetivo describiéndolo con sus luces y sombras mediante un estilo directo, moderno y conciso, poco habitual en los cultivadores del género histórico y que se acerca más al reporterismo gonzo al  incorporar el narrador su propio punto de vista subjetivo cargado de humor e ironía .

De este modo, y de una manera fluida, las poco más de seiscientas páginas de la novela se convierten en una amena lectura en la que se nos narrará  la vida de Constantino desde su nacimiento hasta su muerte, una vida en la que el emperador fue protagonista de un tiempo turbulento y trascendental en el que volvió a unificar el Imperio bajo su mando hasta alcanzar su máxima extensión territorial y legalizó y protegió el Cristianismo con el famoso Edicto de Milán, como grandes logros históricos aun cuando para ello tuviera que guerrear, conspirar y sacrificar a sus seres queridos.

Sarasso realiza un documentado recorrido de la vida del hombre centrando la novela en el desarrollo introspectivo del personaje para que, a lo largo de la novela, asistamos a su evolución desde sus inseguridades infantiles como hijo de Helena, una stabularia, y Constancio Cloro, un César ausente, a los que abandona para ser tutelado por el todopoderos Diocleciano y convertirse en un soldado hasta su conversión en un solitario y amargado todopoderoso Emperador anciano. Sarasso rellena con sus propios comentarios subjetivos, en ocasiones sardónicos, los huecos que los cronistas dejaron en la vida –sobre todo íntima del emperador- logrando en conjunto que los hechos históricos probados y su opinión de los mismos vertebren una narración entretenida.

En fin, “Invictus: Cosntantino, el emperador guerrero” es una más que notable novela histórica, bastante por encima de la media de los peplums que periódicamente aparecen en el género, y Sarasso se presenta como un interesante autor a seguir. Una novela llamada a convertirse con los años en la continuación natural y contemporánea de los “Yo, Claudio”, Anibal (el bueno, el de Gisbert Haefs) y “Memorias de Adriano” y conocer un poco mejor la imprescindible civilización romana de un modo ameno y entretenido.


miércoles, 22 de mayo de 2013

“El Día D: ¿Quién mató al presidente?”, de Pécau, Duval y Wilson.



Resulta sorprendente la decisión de Planeta de iniciar la publicación de la serie “El Día D” que en Francia ya ha pasado de la decena de ejemplares nada menos que  por la quinta entrega.  Se trata de una serie en la que se plantean sugerentes distopías históricas – parece que en tiempos de crisis este género está en auge- a partir de una fecha clave, el día D, resueltas en álbumes autoconclusivos, dibujados por artistas distintos aunque algunos de ellos repitan en distintas entregas, manteniendo el mismo equipo de guionistas formado por Duval y Pécau. Probablemente, la editorial ha decidido directamente empezar por esta entrega para aprovechar el tirón comercial que siempre suscita la muerte de un presidente de Estados Unidos y el estupendo trabajo que se marcan los guionistas y el dibujante Colin Wilson, injustamente omitido en los créditos de la portada.

A lo largo de la década de los sesenta, Estados Unidos se ha convertido en un país más reaccionario e inseguro liderado por un presidente alcohólico dispuesto a cualquier cosa para ser reelegido una y otra vez. Visto el panorama, una serie de altos funcionarios y hombres de negocios deciden atentar contra su vida en Dallas el 22 de Noviembre de 1973 para lo que contactan con French, un duro ex marine y pandillero de origen alsaciano cuyo padre luchó en la II Guerra Mundial antes de emigrar a Estados Unidos. Con un largo historial de violencia a sus espaldas, French parece el hombre idóneo para matar al presidente.

Jean Pierre Pécau y Fred Duval, asesorados por Fred Blanchard, los guionistas de este álbum y la serie desarrollan un estupendo thriller distópico partiendo de hipótesis realistas y guardando hasta el final la identidad del presidente de Estados Unidos que es objeto del atentado y cuya personalidad marca ese hipotético contexto histórico imaginado. Pécau y Duval construyen un entretenidísimo thriller repleto de referencias históricas, imaginadas pero plausibles, que hará las delicias de los conspiranóicos, aprovechando perfectamente las páginas para ir engarzando las diversas subtramas con la  presentación del atentado en el momento presente como con mediante inteligentes elipsis y flashbacks narrar el pasado del terrorista - un duro clavado a Steve Mcqueen- así como sus motivaciones. Pécau y Duval consiguen enganchar desde el principio de la historia y que las diversas subtramas converjan en el momento climático del atentado realizando un excelente trabajo.

En el apartado gráfico, un más que interesante Colin Wilson – y no Phillipe Buchet, como erróneamente se acredita en la portada del álbum- realiza un fantástico trabajo aprovechando su habilidad para dibujar todo tipo de ambientes y situaciones merced a un  estilo realista influido por autores como Cosey, Risso y Vance que dota a sus personajes de detalle, dinamismo y fluidez al tiempo que gracias a su sentido narrativo y una cuidada estructuración de la historia desarrolla la trama sin que el ritmo de lectura se resienta, introduciendo además pequeñas intrahistorias que se desarrollan en un segundo plano e ilustran las diferencias de los Estados Unidos imaginados por los guionistas con los reales. Como anécdota, señalar que una de las características de la serie con la que sus autores pretenden dotarla de mayor realismo es que el diseño de todas las portadas emula al de la prestigiosa revista “Newsweek”  y evoca fotografías y cuadros históricos.
En fin, “El Día D” es una estupenda y entretenida serie de evasión y “¿Quién mató al presidente?” exprimer con habilidad y talento todo el potencial de la atractiva premisa de la que parte. Esperemos que venda lo suficiente como para que próximamente Planeta retome pronto, de una manera ordenada a ser posible, la publicación del resto de los álbumes que componen la serie.

martes, 21 de mayo de 2013

“Frankenstein, agente de S.H.A.D.E.: La Guerra de los monstruos”, de Jeff Lemire, Dan Didio, Matt Kindt, Keith Giffen, Alberto Ponticelli y Tom Derenick.


 
ECC Ediciones se ha animado al fin a publicar en España "Frankenstein, agente de S.H.A.D.E.", una de las apuestas más extravagantes y divertidas del penúltimo relanzamiento de  DC que supuso el  mesiánico proyecto “The New 52”, con  un primer tomo que reúne los ocho primeros números de la serie original más los cruces con otras series de la misma línea como “OMAC” y “”Men of War”.

El monstruo de Frankenstein ha vuelto al Universo DC y es un miembro de S.H.A.D.E., una organización ultrasecreta que vela para preservar el mundo de todo tipo de amenazas paranormales. El trágico y caballeresco Frank, armado con un espadón y secundado por los miembros del Comando de los Monstruos, la mayoría representaciones actualizadas de los monstruos icónicos, acometerá misiones imposibles que ningún superhéroe se atrevería a llevar a cabo usando los más expeditivos métodos.

Frankenstein, agente de S.H.A.D.E”  fue –uso el pasado porque la serie ha sido cancelada ya en Estados Unidos- una de las apuestas más sorprendentes y arriesgadas surgidas de “The New 52, introduciendo en el NUDC a una versión de Frankenstein más cercano al Karloff cinematográfico y, sobre todo, al Frankesntein ideado por Grant Morrison para sus “Los 7 Soldados de la Victoriaque al  monstruo original creado por Mary Shelley  en una serie de aventuras de acción tributarias  del universo ideado por Mike Mignola en sus series “Hellboy” y “AIDP” y, sobre todo, su traslación cinematográfica por Guillermo del Toro.


Bajo estas premisas en principio tan poco halagüeñas, hay que decir que  Jeff Lemire en este volumen se marca un estupendo trabajo cumpliendo con las expectativas generadas, desarrollando una frenética serie de acción en la que sus monstruos y espantajos andan constantemente de un lado para otro haciendo frente a las más desconcertantes amenazas. Lemire no le da respiro a la serie, enlazando sin pausas unas tramas con otras, no ahorrándose nada sabedor quizás que se encontraba en un proyecto con fecha de caducidad, con lo que los macguffin se van resolviendo sobre la marcha de una manera efectiva y coherente.

 Tras el derroche de testosterona que supone el arco argumental inicial de cuatro números en que se presentan a los principales personajes, resulta curioso comprobar en el cruce de la serie con "OMAC" – serie también cancelada-  como Lemire, por un lado, y Didio y Giffen por otro contraponen las diversas versiones del enfrentamiento entre sus criaturas, antes de enfrascarse en otra entretenida trama que acabará descubriéndonos el motivo de la frialdad en la relación entre Frankenstein y su esposa. Finalmente, la aparición de Frankenstein en la también cancelada “Men of War” supone un interesante punto de inflexión entre las etapas de Lemire que finaliza en estos números y la llegada de un Matt Kindt que se hará frente de la serie en las siguientes entregas hasta su conclusión.

En el aspecto gráfico, el italiano Alberto Ponticelli me parece que hace un trabajo efectivo y espectacular muy acorde con lo que la serie demanda derrochando imaginación en la plasmación de los fantásticos escenarios donde se sitúan las aventuras de Frank y su panda. Solo en los dos últimos cuando le cede las tintas a Walden Wong la aportación de este merma un poco el resultado final. 

Como curiosidad, en el episodio de “OMAC” podemos disfrutar de un clásico como Keith Giffen y comprobar como para la misma historia sus soluciones, inspiradas en los hallazgos de Kirby, y las de Ponticelli, más en la línea de un McFarlane o un Mignola, consiguen similares cotas de espectacularidad desde sus personales perspectivas. Tom Derenick, el dibujante del número de “Men of War” realiza una aportación discreta y se limita a cumplir sin excesiva brillantez con las demandas del guión ideado por Kindt.

En definitiva,  “Frankenstein, agente de S.H.A.D.E.”, en la etapa  de Lemire y Ponticelli, resulta una lectura muy honrada, entretenida y eficaz teniendo en cuenta que esa es su genuina y única finalidad  y no engaña a nadie ni genera falsas expectavias respecto a sus ambiciones Un divertimento que ayudará a incorporar a un personaje tan complejo como Frankenstein al amplio panteón DC por derecho propio. Pronto veremos si la segunda etapa de la serie con Matt Kindt a los guiones supo mantener el nivel.

lunes, 20 de mayo de 2013

“Fatale 1: La muerte me persigue “, de Ed Brubaker y Sean Phillips.


 
Esperaba con muchas ganas la edición de Panini de "Fatale",la primera obra publicada por el equipo formado por Ed Brubaker y Sean Phillips en el sello Image tras la desvinculación del guionista de la Casa de las Ideas. Y es que el tándem Brubaker/Phillips desde ya la lejana “Sleeper” es sinónimo de calidad,  refrendada además en trabajos posteriores como Incógnito” o “Criminal”. Y lo cierto es que la espera ha merecido la espera. 
 
Nick Lash se convierte en el albacea del legado de Dominic Raines, un excéntrico y solitario escritor de novelas de detectives amigo de su padre. En el funeral de Raines conoce a Jo, una atractiva y misteriosa mujer por la que se siente inmediatamente atraído. Mientras revisa los papeles de Raines, Lash descubre un manuscrito que podría suponer el bien preciado que este le legara pero antes de poder revisarlo unos siniestros gorilas fuerzan la entrada en la casa. Ayudado por Jo, Lash escapa pero en la persecución perderá una pierna. Tras su rehabilitación y con la única pista del manuscrito de Raines, Lash se embarcará en la búsqueda de la esquiva Jo y una endemoniada historia de terror, violencia y fatalidad que se remonta al San Francisco de los años Cincuenta.
Si algo ha demostrado Ed Brubaker a lo largo de sus múltiples trabajos junto a Sean Phillips es que es un maestro del hard-boiled incorporando a sus tramas diversos elementos sabiamente dosificados que robustecen y aportan originalidad a sus obras. Así lo hemos podido comprobar en la ortodoxa “Criminal” o en “Sleeper” e “Incógnito” en las que al entramado de intriga incorporaba unos mesurados elementos superheroicos. Cuando podría pensarse que poco más podría aportar a este género sin caer en la repetición, Brubaker vuelve a sorprendernos descolgándose con otro hard boiled igualmente intenso e hipnótico que en esta ocasión introduce como novedad elementos de puro terror lovecraftianos que hasta el momento Brubaker no había incorporado en obras anteriores.
En estos primeros cinco números recogidos en este primer recopilatorio de Panini, Brubaker deja muestras de su buen hacer y sus ganas a través de una historia intensa y compleja que se desarrolla en dos momentos temporales distintos, los años cincuenta y la actualidad, dos historias en paralelo enlazadas por la ubicua y escurridiza Jo, una femme fatale escurridiza y misteriosa de armas tomar que se torna en el primer personaje femenino protagonista en la carrera de Brubaker -exceptuando su excelente "Catwoman", claro- destinada a llevar a su perdición, a veces a su pesar,  a los hombres que se cruzan en su camino.Un tema que de un modo u otro ya aparecía planteado en anteriores obras del duo pero que en "Fatale" parece erigirse como elemento nuclear sobre el que girará la historia.
Brubaker da con la tecla para encontrar el punto justo entre el hard boiled sucio de tintes ellroinianos e insertar los elementos demoniacos justos en una localización ideal como San Francisco en la que el thriller y el terror han situado algunas de sus obras maestras. Más allá de esta novedad terrorífica que da un lavado de cara a la trama, Brubaker tira de repertorio para volver a encandilarnos con sus personajes sólidos y sus estupendos diálogos insertados en una cuidada historia en la que deja abiertos más interrogantes a responder en futuras entregas que revelaciones desvela en este excelente primer arco. 
En el aspecto gráfico, Sean Phillips vuelve a responder con su cuidado y elegante estilo noir y su característica sobriedad. Phillips se encuentra muy a gusto en las historias ideadas por Brubaker que permiten perfectamente su lucimiento y añade a su habitual solvencia a la hora de desarrollar el thriller, evocando a recursos e imágenes a las que nos hemos familiarizado de otras obras, su facilidad para introducir elementos de terror sin caer en el ridículo ni en la truculencia para darle una patina de realismo que refuerza la credibilidad de la historia.
En “Fatale”, Brubaker lo vuelve a hacer y consigue encandilarnos con los misterios que su Jo nos propone. Esperemos que Panini se ponga las pilas y veamos pronto la continuación de una serie que deslumbra en sus primeras entregas.