martes, 10 de julio de 2012

“Vengadores Secretos”, de Warren Ellis, Jamie McKelvie, Kev Walker, David Aja, Michael Lark, Alev Maleev y Stuart Inmonen.

Concluida la publicación en España de la etapa de Warren Ellis en “Los Vengadores Secretos” toca repasito tal y como hiciera con la de Ed Brubaker en su momento. El desembarco de Ellis en la serie vino motivaado por la necesidad de finiquitar definitivamente el contrato que le ligaba a Marvel y poder continuar con  otros proyectos en los que dispone de mayor control sobre su trabajo pero en lugar de limitarse a resolver el asunto de cualquier manera ha demostrado en estos números y ser el guionista que mejor ha entendido el concepto de la serie hasta el momento, incluido su propio creador Ed Brubaker,  dejándonos unos números para el recuerdo no solo por la calidad de sus historias autoconclusivas sino por el nivel gráfico de los dibujantes con los que ha contado.
Ellis ha enfocado la serie como si de una “Global Frequency” vengadora se tratase, que en el fondo es la única manera lógica de entender este concepto de grupo si se obvían los criterios meramente comerciales y, dado que su colaboración en la serie iba a ser puntual, no se ha preocupado por intentar profundizar en los personajes y las relaciones entre ellos para ceñirse a pulir el concepto desarrollando excelentes tramas autoconclusivas llenas de la imaginación e ingenio que se le presupone al creado de “Planetary” y en las que ha aprovechado  las posiblidades del género superheroicos con elementos de ciencia ficción, terror, misterio y espionaje. De este modo, hemos visto como estableciendo roles bastante definidos a los personajes – La Bestia una especie de coordinador y asesor científico de las misiones y el resto de comandos de campo dirigidos por el Capi- y como única concesión al plan editorial de la serie otorgando empaque al desdibujado Consejo de las Sombras, la organización secreta ideada por Bru para que actuase de némesis de  este grupo, haciéndolos responsables últimos de las amenazas que los superhéroes van desarticulando  antes de convertirse en un auténtico peligro.
Ellis en cada número ha planteado tramas en cada uno de los seis números de la serie que en la cicatera Marvel actual  amante del descompressive storytelling habrían dado para seis años de serie en manos de otro autor menos generoso y, en cierto modo, ha conectado en la época dorada de la Editorial en la que cualquier cuaderno despertaba expectación. De este modo, hemos visto a los héroes explorar ciudadelas secretas abandonadas y vivir extrañas paradojas temporales, desenmascarar saboteadores secretos del Consejo de la Sombra; acabar con extrañas amenazas mutantes que viajaban en camiones demoníacos en una deliciosamente loca vuelta de tuerca al “Demonio de la Carretera” y desactivar el enésimo proyecto supervillano de crear supersoldados.

Y todo ello, lo ha hecho con originalidad, gracia e ironía y con una calidad incuestionable en la que ha dado libertad a los estupendos dibujantes con los que ha contado algunos nombres completamente consolidados y sinónimo de calidad como Lark (espectacular ambientación invernal), Maleev (brillante el recurso de homenajear a la clásica  “Modesty Blaise” de Jim Holdaway en los flashback de la historia de los saltos temporales y en la que su heredera marvelita la Viuda Negra lleva el peso de la historia) o Inmonen (qué diferencia de este Inmonen con una historia que contar frente al del bodrio perpetrado por Fraction en “Miedo Encarnado”) al de otros que están a punto de serlos si no lo son ya como un genial David Aja camino de convertirse en el nuevo Steranko o un Jamie McKelvie que en su versión de la ciudadela abandonada ha sabido crear una atmósfera poética de tensión y misterio que me ha recordado al gran Moebius. Todos los dibujantes han dado lo mejor de sí y han dado un mayor empaque a las correctas y entretenidas tramas ideadas por Ellis.



En fin, tras el adiós de  Ellis (algo está fallando en Marvel dejando escapar talentos como este y encomendándose a los Fraction y Bendis) viene Rick Remender del que no tengo referencias más allá de lo leído en el número 21.1 pero que  tiene pinta de ser un esforzado de la ruta. Va a costar acostumbrarse a la mortadela tras el caviar británico.

Respecto a la edición de los cinco números de Ellis (16 a 21 numeración yanqui) por parte de Panini en grapas (15 a 18 edición española), no puedo dejar de comentar que me ha dejado totalmente descolocado y no acabo de pillar el criterio de publicación con un número suelto, dos números dobles a distinto precio por tener distinto número de páginas y un último número doble con el último número de Ellis y el primero de Remender en una maniobra para intentar enganchar al personal a la nueva etapa. Todo un descontrol cuando lo más lógico quizás hubiese sido publicar las grapas individualmente o agrupadas en dos números (2-3 respectivamente). En fin, el que lo quiera tener todo ordenadito tendrá que esperar al TPB, me temo.