martes, 20 de marzo de 2012

“Los Muertos Vivientes: Encontrarnos a Nosotros Mismos”, de Robert Kirkman y Charlie Adlard.

Resulta curioso, dados los tiempos que corren en el cómic mainstream norteamericano y deja patente lo consolidada que está esta serie que en el décimo quinto recopilatorio que acaba de publicar Planeta y reúne los números 85 a 90 de la serie original, como Kirkman es capaz de ir contracorriente de las modas imperantes en las que apenas se esbozan esquemáticamente los personajes dejando a partir de unas pocas referencias que sea cada lector quién mal que bien rellene los huecos, y dedique prácticamente todo el TPB al análisis de la conducta de los personajes tras los acontecimientos de la entrega anterior, poniendo especial atención a los diálogos y practicando, como ya es habitual por otro lado, una pausa para ir preparando nuevos giros de la historia.

Mientras el pequeño Carl continua comatoso, Rick intenta demostrar fortaleza asumiendo el mando de la comunidad para intentar sacarla adelante estableciendo nuevas medidas para enfrentarse a los zombis sin ser consciente que entre los antiguos miembros de la comunidad el nuevo liderazgo no está siendo bien acogido. Mientras tanto, el resto de los personajes principales –Samuel, Andrea, Michonne- se replantean sus propias relaciones personales en un nuevo mundo en el que cada vez resulta más complicado mantener la ilusión de humanidad.

A pesar del desgaste que conlleva alcanzar los noventa episodios, Kirkman continua siendo capaz de dar una vuelta de tuerca más a sus queridos personajes y mantener nuestro interés en torno a las comeduras de tarro de Rick y compañía en un tomo en que los zombis tienen una presencia testimonial y se centra en profundizar y analizar las relaciones entre los personajes. Es cierto que vistas desde fuera algunas de las reacciones y comportamientos de estos pueden resultar al lector poco creíbles o comprensibles, pero para ello un siempre inteligente Kirkman se preocupa de justificar a estos a través de unos eficaces y magníficos diálogos, algunos de los cuáles se encuentran entre los mejores de toda la serie (especial atención a la conversación entre Samuel y Rita…Tremendo).

En el aspecto gráfico, Adlard me ha gustado más que en otras ocasiones, aprovechando las posibilidades del clarooscuro para reflejar la tensión psicológica a la que están sometidos los personajes y demostrando en mi opinión que es un dibujante más adecuado para estos números en los que la acción queda en segundo plano y el ritmo se modera que para aquellos más trepidantes y terroríficos.

Esta nueva entrega de Planeta –bastante ajustada de precio- incluye un nuevo cuadernillo extra con las portadas de los números 17 a 24 con lo que poco a poco podremos ir contando el resto de las portadas de la serie. Un buen detalle por parte de la editorial que merece la pena destacarse.

4 comentarios:

Alfonso Grueso dijo...

Hay que reconocer que la serie mantiene el tipo a pesar de ser casi centenaria, pero tengo que reconocer que me da miedo que estiren la historia en demasía y termine por decaer.

PAblo dijo...

Alfonso Grueso,

Bienvenido. El tuyo es un temor muy razonable e inevitable en las series de éxito y larga duración. Creo que a estas alturas que Kirkman logre contentar a todo el mundo cuando concluya la serie será difícil, pero hasta el momento -y dados los tiempos que corren en que es tan difícil que una serie de cómics alcance tantos números y trascienda el medio- se merece que se tengan en cuenta sus méritos.

Creo que haciendo equiparación sería algo parecido como con la serie "Perdidos"...;-D

Impacientes Saludos.

Alfonso Grueso dijo...

Hombre, por buscar similitudes con Perdidos, pienso en la construcción de los personajes. Es dónde hilan más fino en las dos series.

Respecto a la trama, espero sinceramente que no sea como Perdidos, donde la falta de planificación y la improvisación nos regalaron una serie llena de incongruencias, cabos sueltos y mil fans dándose golpes en el pecho diciendo que era "una serie de personajes"... ¿Acaso no lo son todas?

Cuando escribes una historia, debes tener claro el principio y el final, para poder desarrollar un nudo consecuente con esas dos primeras premisas. Perdidos murió de éxito y la alargaron - la pela es la pela - hasta darse cuenta que habían creado un monstruo con demasiados frentes abiertos, imposibles de cerrar. Y no hablo de explicarlo todo, hablo de pura y dura coherencia.

Espero de verdad, que Robert Kirkman tenga clarito el final de "Los Muertos Vivientes". Me conformo con eso.

PAblo dijo...

Alfonso Grueso,

Bueno, el sentido del comentario anterior era referido más a la comparativa que se formó con el tema del final de "Perdidos" y el que se baraja respecto a "The Walking Dead". Yo creo que Kirkman tiene pensado desde el principio como acabar la serie, lo que no sé es si ese final gustará a todo el mundo (imagino que no).

"Perdidos" pasó por diferentes fases. Fue una excelente serie de personajes que aportaban solidez a las constantes expectativas que generaba una trama artificiosa. Cuando se vieron obligados a concluirla eso provocó el desencanto de muchos.

Impacientes Saludos.