lunes, 5 de diciembre de 2011

“Savarese”, de Robin Wood y Domingo Mandrafina.

Una excelente noticia que parece haber pasado un tanto desapercibida entre los aficionados a los buenos cómics es la publicación por parte de 001 Ediciones de la primera enterga de “Savarese”, uno de los mejores títulos de ese maestro del noveno arte tan desconocido en España como es el paraguayo Robin Wood.

En “Savarese”, Wood narra la historia de un joven emigrante italiano, Giovanni Johnny Savarese, quién obligado a dejar Italia tras haber sido testigo de la muerte de toda su familia en una vendetta siciliana se acaba enrolando rumbo al sueño dorado de los Estados Unidos. En el país de las oportunidades, Giovanni irá descubriendo que la realidad no es tan bonita como se la imaginaba y, mientras intenta salir adelante desempañando todo tipo de oficios, se topará en más de una ocasión en el camino de la Cosa Nostra, que también se ha implantado en ese nuevo país.

Si alguien tiene alguna duda por qué Robin Wood está considerado como uno de los mejores guionistas de cómics en Italia y Argentina de todos los tiempos en esta obra tiene una buena oportunidad de descubrirlo. Wood, con precisión y planificación, va construyendo episodio a episodio –hay que tener en cuenta que “Savarese” se publicaba por episodios originalmente en la revista argentina “D’Artagnan”- la apasionante biografía de un chaval que poco a poco va madurando a golpe de calamidades.

A pesar que el principal interés de Wood es precisamente ese crecimiento de su protagonista, el guionista no olvida que se debe a una historia de “gangsters” –género enormemente popular a finales de los años setenta gracias a la novela de PuzoEl Padrino” y la adaptación cinematográfica de Coppola que en parte sin duda sirvieron también de inspiración a Wood- y se sirve de su protagonista para hacer un repaso por la historia del crimen organizado en Estados Unidos incorporando a las tramas personajes reales como Al Capone y tramas de ajustes de cuentas entre bandas, sobornos, venganzas y traiciones en las que el joven e inocente Savarese se ve envuelto a su pesar. Pero, todo ello, barnizado de una reconocida sensibilidad para presentar el trasfondo humano de la historia más allá de los tiroteos y los asesinatos a través de la descripción de los fantásticos secundarios que pueblan sus páginas – el policía irlandés, el sastre judío, el camionero…- y el desarrollo de la personalidad del protagonista a través de los dilemas que episodio episodio enfrenta en su paso de la adolescencia a la madurez hasta llegar al punto de inflexión que supone el fin de este primer volumen en qué elegirá definitivamente bando.

Los detractores de Wood le podrán achacar el defecto de siempre (que a mí no me lo parecen, si se contextualizar sus historias en la época en que aparecieron originalmente sus obras) un exceso iterativo de prosa escrita que, en mi opinión, sirve para complementar la labor gráfica de un Domingo Mandrafina que en uno de sus primeros trabajos ya deja patente su enorme calidad. Mandrafina va reflejando los cambios físicos que se van produciendo en el joven Savarese paulatinamente con lo que si al principio de la obra estamos ante apenas un niño en el episodio que cierra el tomo ya nos encontramos con un joven adulto. Por otro lado, prescinde de su minucioso detallismo narrativo en el desarrollo de la historia para, a través de ingeniosos recursos (cristales que se rompen, sabio manejo de las onomatopeyas y las siluetas) para reflejar toda la violencia de los tiroteos y palizas sin mostrarlas explícitamente.

Ojalá las ventas acompañen y podamos ver por fin editada en nuestro país esta magnífica obra. Desde aquí, mi felicitación pública a 001 Editores por haber apostado tan firmemente por la publicación de la obra de Robin Wood. Seguiremos informando.