miércoles, 2 de noviembre de 2011

“Batman: El Largo Halloween”, de Jeph Loeb y Tim Sale.



Ya le debía yo una entrada por estas fechas a “El Largo Halloween” pero, año tras año, siempre había algo que se me cruzaba quedando la entrada –y la relectura - aparcada para el año siguiente. Sin embargo, este año sí que sí y a instancias de algún comentario que me habéis dejado me he puesto por fin a darle un repaso a esta obra que dio el respaldo definitivo al dúo formado por el guionista Jeph Loeb y el dibujante Tim Sale.
En Gotham, hay un nuevo asesino en serie que solo actúa en fiestas señaladas diezmando a las principales familias mafiosas de la ciudad sin que nadie sea capaz de detenerlo. Mientras Batman, la policía y los mafiosos mueven sus piezas para descubrir la identidad del asesino festivo, la tensión se adueñará de Gotham durante todo el año hasta que un villano de doble cara entra en acción. Como imagino que todos habéis leído el cómic, tampoco me voy a extender más allá en su resumen.

El tiempo pasa y coloca a cada uno a su sitio. Si “El largo Halloween” fue una de las historias más importantes de Batman en los noventa probablemente sea debido a los desméritos previos de los demás y no tanto a la originalidad de esta historia evocadora del género negro que tan bien le sienta al universo de Batman desde el título que no esconde su homenaje al clásico de Chandler. La trama, tan entretenida como correcta, encontraba en el “continuara…” a lo largo de los treces números que la componían su principal baza y, perdido ese efecto en las ediciones en tomo, deja ver más de las cuentas las costuras de una trama ambiciosa y voluntariosa pero no tan bien resuelta como pueda parecer en una primera lectura.

Jeph Loeb tomando como referencia el “Batman: Año Uno”, de Miller (el alfa y el omega de “Batman”, para mi gusto) retoma personajes y situaciones de esa obra para construir una trama en paralelo que explica, por un lado, en detalle el origen de Dos Caras al tiempo que narra una historia de asesinos en serie, supervillanos y mafiosos inspirada en la estructura de “Los diez negritos”, de Agatha Christie, y el canónico “El Padrino” de Coppola y Puzo en la descripción y modos de los mafiosos de la familia Romano y Varoni. A partir de esos tres ricos referentes, Loeb mueve las fichas con oficio para mantener el interés por la historia entrega a entrega, aunque quizás el desenlace de la historia resulte excesivamente forzado con una pirueta final tan innecesaria como efectista. Sin embargo, a pesar de ello, la obra se lee con agrado y tiene suficientes atractivos y aciertos como para entender que Nolan tomase esta saga como principal influencia para sus películas.


Más allá del oficio de Loeb, si “El largo Halloween” merece ser destacada es por la labor gráfica de un brillante Tim Sale, en el que debería haberse fijado Jim Lee cuando aceptó realizar “Silencio”. Y es que Sale ofrece espectaculares versiones de lo más granado del panteón de freaks con los que se enfrenta Batman incentivando su perfil más siniestro, oscuro y terrorífico pero, además, lo hace insertándolos con coherencia en la historia y mostrando unos recursos como narrador que Lee desconoce. Es cierto, por otro lado, que Sale tiende a abusar de los fondos neutros y la historia gráficamente va de más o menos debido a sus dificultades para ajustarse a los plazos de entrega pero, aun así, el dibujante atrapa al lector de tal modo en la intensidad de su narración que es fácil obviar los descosidos de la trama ante su talento.

En fin, “El largo Halloween”, sin ser para mí una de las mejores historias de "Batman", se lee con agrado y el dibujo de Sale es brillante así que no digo yo que que para el próximo año no retomemos a este dúo dinámico por estas fechas con el precedente de esta obra –“Haunted Knights”- aunque antes, y para continuar con el repaso de su etapa en “Batman”, le volveré a echar un ojo a “Victoria Oscura”. Advertidos quedáis.