miércoles, 26 de octubre de 2011

“Hulk: Banner”, de Brian Azzarello y Richard Corben.


HULKKK MACHACARR”, “HULK EL MÁS FUERTE”….Bueno, que nadie se ofenda pero en estas dos frases puede resumirse un buen puñado de cómics protagonizados por el gigante esmeralda hasta que llegaran los Byrne, los Mantlo y los David para demostrar que podían contarse otras cosas más interesantes más allá de los mamporros que La Masa se daba con todo hijo de vecino que pasase por su colección. Sin embargo y, curiosamente, es en esa base en la que parece ser se fijaron Richard Corben y Brian Azzarello a mediados de los noventa para su miniserie sobre Hulk, “Banner” publicada por Marvel bajo el sello “Starling Stories” que pretendía dar un tratamiento “adulto” a los cómics de superhéroes y que aquí editara Forum y reeditara Panini. Y, sin embargo, bajo su esquematismo y escasa documentación la historia tiene algo más de miga, que no de originalidad, de lo que aparenta gracias al derroche gráfico de un talento como el de Richard Corben.

La premisa de la que parte es un tópico tan desgastado del que un guionista de la reputación de Azzarello casi debería avergonzarse: Hulk ha arrasado la ciudad de Santa Fe causando destrucción, muertos y heridos, por doquier, y Doc Sanson y “Thunderbolt” Ross andan tras sus pasos intentando atraparle y detenerle, el primero para redimirle y que Banner controle a su alter ego y el segundo para acabar con ambos.

Una trama trillada y que poco podía dar de sí si no fuese porque Corben es capaz de sacar petróleo de las simplezas de Azzarello y dotar de matices el escaso esfuerzo que este realiza en esta historia (la manipulada caracterización macarra de un personaje como Sanson es sonrojante) más allá de sus directos y molones diálogos, dejando –como suele ser por otro lado habitual en muchos de sus trabajos– que sea el dibujante que le toque en suerte el que cargue con el peso y desarrollo de la historia.

No es que Corben sea tampoco especialmente fiel a las versiones canónicas de los personajes pero su calidad es tanta que ni falta que hace. Pronto logra hacernos olvidar los detalles para sumergirnos en la narración y la riqueza de sus registros gráficos que convierten una historia tan ordinaria en atractiva tanto para aquellos que siguen ocasionalmente a Hulk como para los seguidores fieles. Y es que Corben es un superdotado que pasa del escalofrío terrorífico a la comedia de una viñeta a otra con facilidad, dotando de expresividad y registros sorprendentes a los distintos personajes –especialmente a su monstruoso Hulk- y convirtiendo un cómic del montón del que en principio no había mucho que rascar en una obra destacable.

Y es que incluso detrás del tan manido “HULKKK MACHACAR”, “HULK EL MÁS FUERTE” hay calidades. Solo tenéis que echarle un ojo al Hulk de Corben para comprobarlo.