miércoles, 13 de julio de 2011

“El nombre del Viento”, de Patrick Rothfuss.

A la búsqueda de una lectura ligerita con la que hacer frente los rigores veraniegos, recuperé por recomendación de una amiga “El nombre del Viento” la primera novela de Patrick Rothfuss, de la que en su momento escuché y leí muchas alabanzas pero de que me olvidé ocupado en otros quehaceres(no me preguntéis cuáles que ya no me acuerdo).

El nombre del Viento” es la primera parte de una inevitable y futura trilogía de Fantasía titulada “Crónica del Asesino de Reyes”, de la que todavía no han aparecido las siguientes entregas (al parecer la segunda está anunciada para Noviembre de este año en Estados Unidos). La historia se estructura a partir de la redacción por Devan Lochees, un cronista itinerante de la biografía de los primeros años del presunto (ya que en este primer libro no se hace referencia todavía a estos hechos) regicida al que se refiere el título de la trilogía, Kvothe, al que este descubre escondido en una apartada aldea donde intenta llevar una existencia ordinaria bajo una identidad ficticia mientras a su alrededor empiezan a aparecer todo tipo de criaturas malignas que siembran el caos por los caminos y alrededores del habitualmente tranquilo villorrio.

Da bastante que pensar acerca del estado actual de la fantasía heroica que cuando aparece una obra que mínimamente se aleje de los patrones y fórmulas tradicionales se convierta casi automáticamente en una obra excepcional y destacable. Me da la sensación que es lo que ha pasado un poco con este “El Nombre del Viento” que sin ser una correcta y entretenida novela –más si cabe teniendo en cuenta que es la primera obra publicada de su autor- no me parece que tenga tantos méritos como se pretenden. Rothfuss sabiamente se aleja de los clichés más habituales del género pero los sustituye de manera más o menos disimulada por otros que han mostrado su éxito en ventas. De este modo, la estructura de la obra que en principio puede parecer uno de sus elementos más originales organizada a partir del relato del protagonista de su vida a un cronista interpuesto no deja de estar inspirado en la exitosa primera novela de las “Crónicas Vampíricas” de Anne Rice, “Entrevista con el vampiro”, transponiendo el autor la fórmula de los vampiros a la fantasía heroica. Mientras que, por otro lado, las andanzas adolescentes del protagonista en la Universidad de los arcanistas no pueden dejar de recordar un poco a los harripotteres de la Rowlings.

La novela está llena de guiños para adolescentes dado que se narran los primeros años de juventud del protagonista mostrando su inexperiencia en el amor y sus victorias pírricas en sus primeras aventuras de las que suele salir trasquilado de un modo que a mí me ha recordado –y, esto es muy libre, claro- a las primeras etapas de “Spiderman”. Dicho esto, se nota quizás en exceso la bisoñez de Rothfuss a la hora de implementar la trama y los personajes, dotando a su joven protagonista de tal cúmulo de cualidades (todo lo hace bien este muchacho) que a la larga logra que caiga un poco gordo. Quizás lo más atractivo de la obra sea la localización en un contexto medieval al que pretende dar ciertos toques de realismo que refuercen su credibilidad – un poco a la manera de Martin en su exitosa “Canción de Hielo y Fuego”- y el tratamiento de la magia y sus distintas especialidades. Rothfuss dosifica con habilidad la información para mantener el interés del lector aunque en ocasiones dé la sensación que la historia no avance en exceso lo que no deja de resultar un tanto irritante teniendo en cuenta que, de momento, el autor no ha entrado todavía en lo que se supone ha de ser el meollo de la historia.

El nombre del viento” no pasa de ser una correcta primera novela que al menos en esta primera parte de la trilogía tampoco aporta demasiado al género así que no os dejéis engañar por los comentarios que leáis por ahí (incluido este) que creo la ensalzan en exceso. Por mi parte, esperaré a las siguientes entregas para ver si la cosa mejora.