martes, 28 de junio de 2011

“Superman Versus Muhammad Alí”, de Neal Adams y Denny O’Neil.




¡¡¡Pim pam pum!!! Planeta reedita en una edición deluxe–con un color restaurado siguiendo la reciente edición norteamericana que deja que desear aunque con excelentes complementos (bocetos, prólogo de Adams y epílogo de Jeannette Khan y una enumeración de todos los que aparecen en la monumental portada doble) - uno de los tebeos más importantes, originales y divertidos de la larga trayectoria de “Superman”, realizado por un equipo de primeras espadas en el mejor momento de su carrera compuesto por un genial Neal Adams, bien secundado por el siempre eficaz Denny O’Neil que se retiró del proyecto antes de verlo terminado. Nada menos que el combate más grande de cualquier siglo, “Superman Versus Mohammad Alí”.

Al parecer la cosa partió de ese excéntrico personaje que es Don King, a la sazón manager de Alí/Clay quién contactó con la avispada Jeannette Khan que en seguida vio el potencial de la idea. Una idea –la de juntar nada menos que a dos superhombres, el kryptoniano de los cómics y al real del deprimido Louisville en un tebeo- que, no nos engañemos, podría haber caído en el mayor de los ridículos si no hubiese sido encargada al que por aquel entonces era el equipo de mayor talento de DC, el formado por Adams y O’Neil que ya habían maravillado en series como “Batman” o “Green Lantern/Green Arrow” para lograr yuxtaponer la riqueza de ambos personajes en un tebeo único, en el que un combate de boxeo encaja sorprendentemente bien en un “space opera” monumental en el que la épica y el sentido del humor van de la mano.

El argumento es tan simple como efectivo. Cuando Clark, Lois y Jimmy intentan entrevistar a Alí se materializa de la nada un alienígena que amenaza con acabar con el planeta Tierra si su campeón no es capaz de vencer al campeón de su Imperio Galáctico en un combate de boxeo cósmico, retransmitido hasta los últimos rincones del Cosmos (¡¡ Por Jimmy Olsen!!).



Superman y Alí aceptan el desafío, pero antes deberán ponerse en forma y elegir cuál de los dos es el campeón de la Tierra en un combate del que saltarán chispas antes de enfrentarse con los tramposos alienígenas.

Aprovechando el tirón mediático que tuvo el legendario combate de Alí con Foreman en el Zaire, los autores lo extrapolan a un escenario más exótico todavía en una historia perfectamente equilibrada para lograr tanto el lucimiento del carismático Alí como del Hombre de Acero al que veremos vapuleado bajo los puños del campeón de los pesos pesados en un tebeo brillante por su dinamismo, repleto de grandes momentos y que resiste perfectamente el paso del tiempo a pesar de los años transcurridos gracias a la excelente labor gráfica de un pletórico Neal Adams que realiza un trabajo gráfico espectacular mostrando su dominio a todos los niveles y dando una lección magistral del uso de la onomatopeya.
Probablemente pocos tebeos se me antojan tan imprescindibles para entender la evolución hacia la modernidad del género superheroico de DC, y Superman como su buque insignia, que este. Una obra que sin perder el sentido de la maravilla de los tebeos de la “Golden Age” completamente abierto a los planteamientos modernos que buscaban entroncar las historias en contextos más cercanos al lector y surgieron a principios de los setenta y la “Silver Age”. Un tebeo para olvidarse del adulto y disfrutar como un enano.

Peter Falk (1927-2011)

Un poco tarde me entero de la muerte de Peter Falk al que todos los que ya tenemos unos añitos (de treintaytantos para arriba) recordamos básicamente por su papel como el sagaz detective Colombo en la serie del mismo nombre en la que nos ganó con su interpretación del desgarbado y astuto protagonista.

Sin embargo, con los años nos fuimos enterando que Colombo era este Peter Falk, un actor y pintor de vocación tardía que tuvo que superar más de una barrera en su carrera interpretativa debido entre otros motivos a que era tuerto y llevaba un ojo de cristal. Falk se había curtido en excelentes “thrillers” como “El Sindicato del Crimen”, comedias (“Un ganster para un milagro” o “La Carrera del Siglo”) o bélicas (“La Batalla de Anzio”). Y después de Colombo destacó en películas de directores independientes como Cassavetes (“Una mujer bajo la influencia) o Wenders (“Cielo sobre Berlín”), aunque quizás su último gran papel y por el que le recordarán los más jóvenes sea el del abuelillo -¿Colombo tenía un nieto?- de “La Princesa Prometida”.

Falk fue un tipo de talento que se vio en la gran pantalla encasillado como gran actor de reparto brillando realmente en la televisión gracias a “Colombo”, aunque también destacó como pintor, y en los últimos años se había alejado tanto de la vida pública que muchos pensábamos que ya había muerto.

D.E.P.