domingo, 5 de junio de 2011

¿El Reboot DC o un nuevo episodio de una Crisis Infinita?

Ya os habréis enterado todos en que consiste el nuevo golpe de efecto de Dan Didio y Jim Lee, los editores de DC, para el macroevento de la temporada: reiniciar desde el número 1 nada menos que cincuenta y dos colecciones regulares protagonizadas por lo más granado del interminable panteón de la compañía, sin preocuparse por temas de continuidades y demás y dando libertad a los autores –ya será menos- para hacer y deshacer en cuanto a orígenes, secundarios, uniformes y demás parafernalia que adornan los tebeos para adaptarlos a que ellos suponen son los gustos de los lectores más jóvenes.

En realidad, Didio y Lee no inventan nada nuevo sino que se limitan a aplicar, con la falta de originalidad que les caracteriza, el principio más básico del editor de tebeos: Si una serie no vende bien –o vende pero se quiere que venda más- se reinicia de nuevo desde el número uno porque los gurús del marketing (y los contables) sostienen que los números uno siempre venden más añadiendo a los lectores habituales nuevos que se animarán a seguir las colecciones sin tener que hacerse con los retrasados y bla bla bla sin que importe en este caso cerrar de cualquier manera o dejando sin cerrar las tramas existentes, cargándose la continuidad y pasando de los artistas y los friquis que les compran los tebeos…

En este nuevo Reboot, Didio y Lee aplican esa técnica de marketing más vieja que la capa de Superman “a la americana”, es decir, a lo grande en una medida que no deja de esconder un punto de desesperación. Y es que como el conjunto del Universo DC cada vez vende menos pues lo empiezo todo de cero, elevando la técnica del número uno a la quincuagésima segunda potencia… Pan para hoy quizás, pero hambre para mañana cuando el reinicio no vaya acompañado más que de mediocridad que, salvo honrosas y puntuales excepciones, lleva enquistada en la compañía desde hace décadas al no otorgar una auténtica independencia creativa a los artistas que tienen que limitarse a no estropear el macroevento programado de la temporada con alguna idea propia y limitarse a evitar que la imagen de los personajes difiera demasiado de las que han “vendido” en las series, los videojuegos y las películas obviando a todos los lectores marginales que que siguen y siguen comprando –o leyendo- sus tebeos y perciben que cada vez son más malos.

Y lo peor es que estos gurús parecen haber olvidado que algo así ya fracasó hace unos quince añitos, cuando en la otrora llamada Casa de las Ideas decidieron inventarse esa aberración que fue “Heroes Reborn” una apuesta similar en menor escala a los argumentos que ahora proclama Didio que casi acaba con Marvel (y en el que curiosamente andaba metido también el amigo Lee). ¿Le saldrá mejor ahora? Yo creo que no.

En el tebeo industrial de superhéroes o “mainstream” lo que importa son las ventas y cerrar el año con beneficios (o con pocas perdidas). Preocuparse por la calidad de las historias es lo de menos, lo que importa es vender más tebeos y si no es posible lograrlo con historias originales pues se acuden a maniobras efectistas como esta como en su momento ya se inventó el guest starring, el crossover y el megaevento y sin alejarse nunca demasiado de los patrones impuestos por las franquicias cinematográficas que para algo son las que cortan el bacalao.

Porque esa es otra…el tebeo industrial de superhéroes se ha entregado alegremente a convertirse en el campo de ensayos del cine, las series de dibujos y los videojuegos y para facilitar esto DC Cómics ahora solo es una parte de un grupo que se llama DC Entertaiment dentro de un pez aun más grande llamado Warner Bros.

No cuento nada nuevo y esto creo que ya lo tenemos todos asumido, pero partiendo de cero que las cosas se podrían hacerse mejor que como se están haciendo. Es decir, si quieres probar nuevos conceptos en los cómics que sean nuevos de verdad y no que se dediquen como parece a magrear los ya existentes hasta la extenuación en un círculo vicioso de mediocridad y medidas efectistas de crisis -literal- infinita que se resume en lo que hago hoy, lo deshago mañana.

DC no tendría que lanzar 52 números uno, tendría que chapar definitivamente 52 series y empezar de cero con nuevas ideas, personajes y libertad para los autores. De otro modo, esto no es más que la misma cantinela aburrida de siempre.