miércoles, 23 de marzo de 2011

Liz Taylor (1932-2011)

Esta tarde me ha sorprendido la noticia de la supuesta muerte de Liz Taylor.

Noticia quizás esperada según oí en las noticias desde hace tiempo pero que a mí me ha costado aceptar, quizás porque la imagen de la Liz Taylor que admiro y amo está bastante alejada de la Elizabeth anciana que en los últimos años veía dando tumbos de un hospital a una clínica de desintoxicación del brazo del malogrado Michael Jackson, acudiendo a eventos benéficos o cambiando de marido en busca quizás de una juventud efímera que hacia tiempo la abandonó.

No, esa Elizabeth de carne que ha muerto en paz, según dicen, no es la actriz de belleza ultraterrena que me conquistó con su talento en tantas y tantas películas míticas del Hollywood de antaño ni la que se forjó una leyenda de excesos fuera de las pantallas tan tormentosa como solo se pueden permitir las más grandes.

Puede que Elizabeth haya muerto, anciana y débil en la cama de un hospital, pero Liz vive, inalcanzable e inmortal por siempre en cada una de sus maravillosas películas.

D.E.P.

Mujercitas”

La Gata Sobre el Tejado de Zinc Caliente

Cleopatra”

¿Quién teme a Virginia Woolf?

Alan Moore y Jack Kirby.

TJKC: Probablemente una de las mejores cosas que te pasaron al llegar a Estados Unidos fue poder conocer a Jack Kirby en persona. ¿Qué impresión te dio? ¿Qué te dijo?

ALAN: Fue algo muy breve. Hubo un poco de tensión porque todo ocurrió mientras estábamos en ese estrado en el que estábamos hablando sobre que Marvel debía devolver a Kirby su trabajo. Por lo que mi encuentro con Kirby fue algo que duró muy poco, antes o después de aquella charla, pero todo lo que puedo recordar es ese aura que le rodeaba. Esa clase de persona pequeña de color de la nuez, con una ramillete de pelo blanco y esos rasgos cincelados a lo Kirby. Su fuerte complexión. Recuerdo que estaba charlando con Frank Miller y conmigo y nos decía con esa especie de voz rasgada: “Chicos, creo que sois grandes. Chicos, lo que estáis haciendo es maravilloso. Realmente quiero agradecéroslo.” Me resultó casi embarazoso ver a Jack Kirby agradeciéndome algo. Estoy seguro de que yo debería ser el que le diera las gracias, por todo lo que me había aportado. Tenía algo que resplandecía a su alrededor. Era alguien muy, muy especial.

(Frog2000 en su impagable labor de traducción y recuperación nos ofrece una nueva entrevista de Alan Moore concedida en 1999 a George Khoury. Aparte de su relación con la obra de Kirby desde niño, Moore habla de sus inicios en el mundo del cómic. Imprescindible. La podéis leer aquí).

De editores, formatos, integrales, vampiros y vacas.

Últimamente ando desencantado con el mundo editorial del cómic en España y lo acabo vertiendo en entradas que soy consciente que para poco van a servir más allá del desahogo que supone compartir mis impresiones con otros aficionados que podéis pensar cosas parecidas.

La penúltima gracia que me ha causado mala sangre ha sido la de Glénat España que más allá de la labor de recuperación de autores patrios impulsada por su editor jefe y cabeza pensante Joan Navarro está sorprendiendo últimamente con discutibles iniciativas comerciales que no acabo de entender demasiado bien.

A uno de tanto repetirle por un lado y por otro el argumento de la imposición de las grandes superficies -¿realmente se venden tantos tebeos en la Fnac?- que ha llevado a las editoriales a editar en formato Novela Gráfica (jibarizado 17 x 24 cms) obras que originalmente aparecieron en otros formatos hubo un momento que acabé creyendo y opté por el “mal menor” de comprar algunos integrales publicados en ese formato reducido siendo consciente era complicado verlos publicados en otros más adecuados en años sucesivos. Tebeos como los integrales de “Ranx”, “Frank Kappa”, “Onírica”, “Jan Europa”, “El Tercer Testamento” o “El Príncipe de la Noche”.

En algunos casos, se justificaba la reducción por los propios autores que la aprobaban y veían con buenos ojos, en otros era decisión de la editorial para llegar a más público o la mencionada imposición de las grandes superficies y, aun cuando los aficionados se dirigían a la editorial para saber si iba a ver una futura edición que les permitiera disfrutar de esas obras desde esta se aseguraba que no iban a publicarse esas obras en otros formatos. Aquí podéis ver de qué os hablo.

Menos de dos años después de haber pasado por caja para hacernos con las ediciones jibarizadas, Glénat España anuncia a bombo y platillo nuevas ediciones integrales en formato deluxe (formato álbum) de “El Príncipe de la Noche” y “El Tercer Testamento” que ponen bajo sospecha todo el castillo de argumentaciones con los que nos han vendido la jibarización de distintas obras y el dichoso formato Novela Gráfica. Toma castaña y pedrada en la frente al esforzado aficionado que todavía se deja los dineros a lo largo del año en ediciones en español.

Quizás me equivoco pero en el mercado del libro, el consumidor sabe que primero se publica la edición cara y seis meses o un año después la barata. En algunas editoriales del rastrero mercado editorial del cómic español la política es la contraria: publicar primero la edición “barata” (24 Euros no es barato) y un par de años después sorprender con la “cara” (45 Euros) con la intención de que alguno de esos aficionados tan primos pique y se deje 70 eurillos para contribuir a sacar de la crisis el mundillo.

A mí esta nueva política editorial me recuerda algo que leí u oí hace tiempo –creo que en “Los hijos del Capitán Grant” o quizás en algún documental de La 2- sobre las costumbres alimenticias de los vampiros. Resulta que los vampiros en Argentina o Chile chupan la sangre al ganado noche tras noche hasta que, si el ganadero no pone remedio, la dejan medio desangrada o directamente acaban con ella. Los editores vampiro deberían tomar nota porque los aficionados que compran tebeos durante todo el año de los que luego se quejan tanto porque no compran los tebeos que les hacen el favor de publicar no somos vacas y sus decisiones acaban beneficiando o perjudicando a todo un sector del que también dependen los autores y los libreros. Que cada cuál saque sus propias conclusiones y obre en consecuencia pero que luego no se quejen si no se venden tebeos.