martes, 31 de agosto de 2010

“Scalped 6: Roído”, de Jason Aaron y R.M. Guèra.

Llegamos a la sexta entrega de “Scalped” que recoge los números 30 a 34 de la serie regular a.i., en un arco argumental importante en el que desaparece alguno de los secundarios más carismáticos que habíamos visto en la serie.

Las cosas pintan todavía peor de lo habitual para un Dash Caballo Terco enganchado a la heroína y a la destructiva Carol, la imponente hija del jefe Cuervo Rojo, cuando este le encarga descubrir quién es el agente infiltrado en su organización. Por otro lado, Cuervo Rojo comete el desliz que el agente Nitz estaba esperando desde hace años para consumar su venganza, iniciándose una carrera contra reloj entre los secuaces del jefe y los agentes del FBI para capturar al único testigo cuyo testimonio puede ayudar a enchironar al fin al gangster. A todo esto, los "inversores" chinos a los que Cuervo Rojo ha ofendido tras detener al Sr. Brass han llegado a la reserva armados hasta los dientes y con ansias de revancha...Mientras tanto, el agente Caído, el único policía honrado de Prairie Rose, anda tras los pasos de un escurridizo Catcher para intentar aclarar la muerte de la madre de Dash, Gina. ¿Descubrirá Caído al asesino de Gina? ¿Atrapará Nitz a Cuervo Rojo? ¿Sobrevivirá Dash a su encargo? Tendréis que leeros el tebeo para descubrirlo.

Jason Aaron nos ofrece un nuevo y entretenido arco argumental de la que es la mejor serie negra que se viene publicando en la actualidad mediante una historia en la que cierra algunas subtramas y sitúa a los principales personajes libres para enfrentarse a nuevos retos. “Roído” es un arco interesante que mantiene el nivel respecto a lo publicado anteriormente aunque en esta ocasión quizás Aaron fuerce un poco más las situaciones para que todo acabe encajando en una historia en la que logra librarse con brillantez de personajes que si en su momento resultaron ser brillantes no daban mucho más de sí. Aaron, para quitárselos de encima construye unas tramas compleja y un tanto cogidas con alfileres pero que atrapan por la habilidad con que el guionista maneja los resortes del “hard boiled”, contando con grandes diálogos y unos cliffhangers soberbios cuyo efecto lamentablemente se pierde en la edición recopilada. Por otro lado, el personaje que ha crecido enormemente y se ha convertido en el verdadero protagonista desde hace muchos números de la serie es Cuervo Rojo, un personaje enormemente complejo y rico, que le resta protagonismo al desorientado Dash.

En el aspecto gráfico, esta vez R. M. Guèra me ha gustado menos que en anteriores entregas. Me sigue pareciendo un buen narrador pero da la sensación de haberse acomodado un tanto y haber perdido la sintonía con el tono de la serie y los colores de Giulia Brusco no ayudan. Es cierto que Guèra capta bien el deterioro físico de los principales personajes y los fenómenos atomósfericos pero su dibujo me ha parecido un tanto apresurado y esquemático, abusando del tono sombrío de la serie para obviar detalles sin mejorar por ello la expresividad. Con todo, forma un buen equipo con Aaron y la ejecución justifica en buena parte la compra del tebeo.

En definitiva, “Roído” es un tebeo muy entretenido que ha de servir de prólogo a nuevas entregas de una serie que espero no se alargue demasiado para que los autores mantengan el nivel mostrado hasta el momento. Respecto la edición, me parece un acierto por parte de Planeta tanto la reproducción de las soberbias portadas de Jock como incluir en los créditos de los distintos números a los coloristas y editores. Ojalá siempre lo hicieran.

Ann Nocenti, la rojilla.

Richard Meyer: ¿Alguna vez te has metido en problemas por ser tan progresista (de nuevo para que conste, soy bastante conservador, pero aún así me encantan tus cosas)?

Ann Nocenti: Recuerdo que después de una historia del Capitán América recibí una carta que decía: “Lárgate de la serie, rojilla”. Nos reimos mucho con eso. Afortunadamente tenía un editor bien informado, Ralph Macchio, así que tuvimos un montón de conversaciones divertidas en cada número, y aunque a veces no estaba de acuerdo con mi ideología, me permitió hacer lo que yo quería. Era un editor que daba un apoyo gigantesco y era muy inteligente. También recuerdo que una vez escribí una historia de los Nuevos Mutantes [Un Mutante en Megalópolis] sobre los conglomerados de medios informativos, y cuando los más altos cargos de Marvel se enteraron antes de ir a imprenta, cortaron la tirada (incómodos con el hecho de que ellos eran alguna de las cosas que estaba criticando.) Así que se ocultó el número y muchos no lo pudieron leer, pero recibí una maravillosa carta de Noam Chomsky, el gran escritor y gurú analista de los medios, así que me emocioné.

(Una vez más me quito el sombrero ante la labor traductora de Frog2000 que se ha currado una completísima entrevista a Ann Nocenti, la estupenda guionista que tantos recordamos de su compleja etapa en “Daredevil”. Una entrevista imprescindible que se puede leer completa aquí).

Scott Beatty y los personajes.

P: Has trabajado para DC Comics y Dynamite, ¿Cuáles son las diferencias entre las dos compañías con respecto a métodos y sistemas de trabajo?

S.B.: La principal diferencia son los personajes. Yo siempre escribo de la misma manera, no importa para qué compañía trabaje. De todas maneras, el género, personajes, la dirección del relato a veces demandan diferentes estilos de prosa y perspectivas. Al final de la jornada, cada buena historia está regida por los personajes, así que la cosa está en ponerte en la piel del héroe e imaginarte su motivación.: lo que le mueve, loque teme, por lo que lucha…

(En Planeta parece que le han visto las orejas al lobo y para la nueva temporada da la sensación que van a realizar una promoción activa de su catálogo. Aparte de ofrecer un top ventas mensual, prometen ir ofreciendo entrevistas propias con autores . La primera es con Scott Beatty, guionista de “Robin: Año Uno” y el nuevo relanzamiento del clásico “Buck Rogers” que aparecerá este mes.
Beatty dice eso de arriga que a pesar de parecer una perogrullada tiene miga ya que en demasiadas ocasiones todos intuimos que hay guionistas y editores que parecen olvidar que lo importante no es quién firma las historias sino la calidad de las mismas. Espero que a Beatty no se le olvide nunca. El resto de la entrevista, aquí).

lunes, 30 de agosto de 2010

Entrevista a Fernando Fernández.

He encontradoun fragmento de entrevista en que el recientemente fallecido Fernando Fernández relata una anécdota de niñez sobre sus primeros recuerdos en el mundo del cómic.

“Sabre”, de Paul Gulacy y Don McGregor.

Hoy toca reivindicar otro clásico del cómic norteamericano injustamente olvidado por nuestros editores, un tebeos que no sólo por su calidad intrínseca es destacables sino también por protagonizar un pequeño capítulo en la historia de la industria del cómic nortemaericano. Me estoy refiriendo a “Sabre”, un cómic de ciencia ficción posapocalíptica, creación de Don McGregor y Paul Gulacy.
A finales de los setenta los hermanos Mullaney creron Eclipse Comics una editorial independiente que incapaz de competir con las grandes editoriales en cantidad de títulos publicados apostó por la calidad y la innovación para abrirse un hueco en el complejo mercado norteamericano. De este modo, Eclipse Comics supo reivindicarse gracias a la calidad con que editaba la mayoría de sus cómics superior a la habitual, el pago de suculentos royalties por ejemplar vendido y una libertad creativa que no constreñía a los autores tanto como era habitual en las grandes editoriales por aquella época y provocó que un buen número de autores de renombre se embarcaran en la nueva editorial. De este modo, atrajeron autores de talento como Marshall Rogers, Steve Englehart o Gene Colan, a los que pronto se unieron Paul Gulacy y Don McGregor que un año más tarde con “Sabre: Slow Fade of an Endagered Species” dieron un auténtico campanazo con la primera gran obra de Eclipse.

Por un lado, “Sabre: Slow Fade of an Endagered Species” fue el primer cómic que se comercializó en el llamado mercado directo (es decir directamente en las tiendas especializadas donde compraban los aficionados y alejándose de los canales mayoritarios donde se distribuían los comic-books generalistas en Estados Unidos y que englobaba colmados, farmacias y demás…) con un sorprendente éxito que pilló desprevenidas a las grandes y, por otro, por ser la primera “novela gráfica” publicada, adelantándose en unos meses a la aparición de la celebre y genial “Contrato con Dios” de Will Eisner. “Sabre: Slow Fade of an Endagered Species” ya cumplía con todas las características que los expertos identifican con la “novela gráfica” y quizás sino es considerada mayoritariamente como la primera quizás se deba al atractivo magnético del concepto ideado por Eisner de “novela gráfica” (graphic novel) que se impuso al aglutinado por McGregor de “comic novel”.

Y tras esta historieta para interesados en estas cosas, ¿“Sabre: Slow Fade of an Endagered Species” merece la pena? En mi opinión, sí. Se trata de una atractiva y barroca historia de ciencia ficción posapocalíptica que tan de moda estaban en la época (“Mad Max” se estrenaría un año después). “Sabre” sigue la estela del añorado “Killraven” que años antes popularizara en Marvel el propio McGregor junto a Craig Russell y narra las peripecias de Sabre, un héroe negro gemelo de Jimmy Hendrix–quizás en un postrer coletazo de la Blaxploitation setetentera-, que junto a su compañera la despampanante Melissa Siren se rebelan contra el poder fascista encarnado en el malvado Overseer y el descreído mercenario Blackstar Blood en un extravagante y delirante futuro lleno de peligros en un alocado año 2020 en el que lo mismo conviven mutantes y clones con galeones a vela y castillos medievales.

Sabre” bebe directamente de las cortapisas que en Marvel pusieron a McGregor en “Killraven” y, sobre todo, del espectacular trabajo de un Paul Gulacy sobresaliente, probablemente en uno de los mejores trabajos de su carrera. dando forma al mundo en que se desarrolla la acción plagada de amenazas contra los amantes y una cuidada y elegante composición que potencia una narrativa setentera que lamentablemente se ha obviado en el cómic mainstream actual.

Al éxito de “Sabre: Slow Fade of an Endagered Species” le siguió en 1982 una serie a color que siguió contando con los guiones de McGregor y llegó a los 14 números , contando en sus primeros episodios con Gulacy (los dos primeros números son una reedición de la novela gráfica previa) que posteriormente sería relevado por Bylly Graham y José Ortiz.

Más allá de la solvencia de McGregor en las epopeyas futuristas y el virtuosismo de la terna de dibujantes que pasaron por la serie, Sabre sorprende por la saludable libertad sexual que destila a la hora de mostrar cuerpos desnudos e introducir situaciones nunca vistas anteriormente en el cómic “mainstream” norteamericano como el primer beso gay.

En definitiva, “Sabre “ es un cómic de indudable interés que no debería pasar desapercibido para los aficionados españoles injustamente olvidada por nuestros editores (es curioso que habiéndose publicado en España casi todas las obras de Eclipse más relevantes esta continúe olvidada). A ver si alguna editorial se atreve a recoger el guante.

Si alguien duda de la calidad de “Sabre: Slow Fade of an Endagered Species”, aquí puede leer los dos primeros episodios que componen la novela gráfica.

sábado, 28 de agosto de 2010

Jack Kirby, 93 años.

Si Jack Kirby, el llamado “Rey de los Cómics”, no nos hubiera dejado en 1994 hoy habría cumplido hoy 93 años. Se supone que el tiempo pone a todo el mundo en su sitio y el tiempo es el que demuestra que Kirby fue uno de los grandes genios del noveno arte trascendiendo su influencia el mundo del cómic, gracias a un estilo único y personal que ha influido notablemente en autores posteriores y artistas procedentes de otras disciplinas.


Aunque Kirby nos dejó, celebremos su nacimiento y disfrutemos de su legado.













jueves, 26 de agosto de 2010

“Clásicos DC: JLA”, de George Perez, Gerry Conway y otros.

Tengo que reconocer que he disfrutado como un enano durante el veraneo leyendo despacito el tomazo en el que Planeta ha recopilado la clásica etapa de George Pérez junto a Gerry Conway en “La Liga de la Justicia de América” (en adelante “JLA”). Y no ya sólo por el espectacular talento de uno de los mejores dibujantes que ha trabajado el género superheroico en los últimos treinta años sino también por unas historias “precrisis” escritas por Gerry Conway que resisten (al menos para los lectores talluditos) perfectamente el paso del tiempo gracias a ese punto naif que sólo la perspectiva proporciona a lo que fue la “Silver Age”.

Como bien explican el propio Pérez y Len Wein (editor por aquella época de la serie) en sendos artículos, Pérez se encontró en el compromiso de hacerse cargo de la noche a la mañana de una serie que en principio no estaba destinada para él. Y es que la repentina muerte de Dick Dillin provocó que los planes de la editorial se precipitaran y pasara a “patata caliente” a George Pérez que había dejado poco antes Marvel por DC para encargarse del enésimo intento de revitalización de una serie llamada “Los Nuevos Titanes” y la promesa de que “algún día” se encargaría de la “JLA” cuando Dillin lo dejase, viéndose de la noche a la mañana dibujando la serie que siempre había soñado desde que era aficionado.

Visto lo visto, a los editores les salió una jugada redonda y Pérez realizó a trancas y barrancas un trabajo espectacular en una serie de historias que ,sin desmerecer los imaginativos guiones de Conway, brillan fundamentalmente por un incipiente Pérez que ya mostraba tanto su conocimiento de los personajes y su facilidad para manejar un gran número de ellos como la finura y elegancia de su estilo ideal para el género superheroico en historias desarrolladas en las más variopintas localizaciones sin que la narración se resintiese ni las viñetas pareciesen recargadas, aun cuando los guiones escritos con antelación por Conway, no estaban ideados para su lucimiento. Sin embargo, en estos pocos números que realizó en “JLA” antes de dedicarse en exclusiva a la ya exitosa “Los Nuevos Titanes” y la preparación de “Crisis en Tierras Infinitas”, Pérez confirmó dos de las notas características que le han llevado a convertirse en un autor enormemente valorado tanto por aficionados como por la industria : fiabilidad y brillantez.

Respecto a las historias en sí, hay que situarse a principios de los ochenta en una DC en plena transformación que intenta reaccionar ante la pujanza de Marvel modificando unas estructuras que se habían quedado obsoletas. Eso era particularmente evidente en un grupo como la LJA preso de la carga icónica de "los superhéroes más grandes del mundo" y el lastre añadido de compartir aventuras al menos una vez al año con sus equivalentes de Tierra-2, la Sociedad de Justicia de América, que dejaban al guionista poca capacidad de maniobra para desarrollar grandes sagas o intentar establecer mayores vínculos entre los personajes más allá de su rol superheroico.


Con todo, Gerry Conway demuestra ser un guionista avezado y con muchos recursos para reforzar precisamente el carácter épico de las historias a través de unos guiones bien estructurados aunque vistos con el paso del tiempo un tanto predecibles e ingenuos en sus recurrentes fórmulas propias de la “Silver Age” en los que los héroes viajan por el tiempo y el espacio para hacer frente a curiosas, delirantes y variopintas amenazas –Darkseid, Tornado Rojo, El Hombre Peludo, la Sociedad Secreta de Sueprvillanos,T.O. Morrow o Amos Fortune, etc.- y los “deus ex machina” son frecuentes. Entre las historias recogidas en este tomo destacaría la saga de "Crisis en Nueva Génesis" junto a la Sociedad de la Justicia y los Nuevos Dioses (cuyo primer número a pesar de estar dibujado por Dillin se incluye con buen criterio en el tomo) o el conmemorativo nº 200, (último de Pérez aun cuando todavía realizase unas cuántas portadas más para la serie que también incluye el volumen) en el que junto a dibujantes de la talla de Joe Kubert, Brian Bolland, Jim Aparo, Dick Giordano, Gil Kane o Pat Broderick, Perez y Conway desarrollan una historia homenaje al origen del grupo enfrentándolo a sus primeros enemigos, los alienígenas del planeta Appelax.

En definitiva, “Clásicos DC: JLA” es una lectura muy recomendable para el aficionado al tebeo de superhéroes clásico y los completistas de la obra de George Perez que encontrarán en sus historias pequeños tesoros imprescindibles en una cuidada edición

Galería Tony Millionaire.

El autor de “Las aventuras de Sock Monkey” y “Maakies” es uno de los más prolíficos e interesantes autores del cómic norteamericano actual encargándose aparte de sus series habituales de colaboraciones esporádicas para discos y posters del cantante Elvis Costello o colaboraciones mainstream en Marvel o DC. Para muestra de su calidad unos cuántos botones: