lunes, 31 de mayo de 2010

Dennis Hopper (1936-2010)

Un fin de semana lleno de celebraciones no es motivo suficiente para dejar pasar en este blog la noticia de la muerte de Dennis Hopper, uno de los tipos más brillantes y libres que ha dado el cine norteamericano de las últimas décadas y que como casi todos los tipos brillantes y libres derrochó su talento a manos llenas en aras de una vida personal bastante loca, dejándonos a los demás siempre con la duda de hasta donde hubiera podido llegar si no hubiera elegido siempre el camino más salvaje.

Decir que la carrera de Hopper fue irregular es quedarse corto porque tiene más sube y bajas que una montaña rusa pero lo que es innegable echando un vistazo a su trayectoria que participó en algunas de las películas más emblemáticas de los últimos cincuenta años y él solito -con la colaboración necesaria de Jack Nicholson y Peter Fonda- se cocinó ese hito generacional que es “Easy Rider”.

Hopper brilló como actor de reparto interpretando villanos y fracasados, quizás porque nadie se fiaba de él como protagonista, demasiado impredecible, demasiado libre, pero su mera presencia dotaba de empaque las películas más infumables.

En fin, Dennis, te lo pasaste bien y nos lo hiciste pasar bien a los demás…

D.E.P.

Blue Velvet”, de David Lynch (1986).

Hoosiers”, de David Anspaugh (1986)

Amor a quemarropa”, de Tony Scott (1993)

“Easy Rider”, de Dennis Hopper (1969).

“Sangre Real: Bodas Sacrílegas”, de Alejandro Jodorowsky y Dongzi Liu.

Hace nada comentábamos la finalización de la última serie del chileno, psicomago por vocación y guionista de cómics por profesión (es un decir que sus quehaceres son variados), Alejadro Jodorowsky, y ya tenemos la primera entrega de una nueva serie, “Sangre Real” editada por Glénat en la que, podemos disfrutar de un Jodo en plena forma junto a Dongzi Liu, un dibujante chino que dará mucho que hablar.

Sangre Real” es una serie de ambientación medieval en la que Jodo aborda sus temas recurrentes a través de las peripecias del Rey Alvar, un fiero guerrero que es gravemente herido en combate singular. Para evitar que el desánimo cunda entre sus huestes ante la ausencia del rey de la batalla, Alvar le pide a su primo Alfred que ocupe su puesto aprovechando el parecido entre ambos. Sin embargo, Alfred decide suplantar permanentemente a Alvar y derrocarle, abandonándole moribundo y agonizante. Sin embargo, Alvar es encontrado y curado por una pastora deforme quién aprovechará su amnesia para seducirle. Cuando, tras diez años, Alvar recupera la memoria se lanza a su cruzada personal para recuperar su trono y su reina y acabar con el usurpador.

Incestos, venganzas, intrigas, batallas y sexo, son los elementos que Jodorowsky maneja en esta historia ambientada en una Edad Media sangrienta, salvaje e imaginada en la que retuerce realidad, mitos y leyendas para ofrecer una historia trágica, adictiva y un punto cafre que no decepcionará a sus seguidores –entre los que me incluyo- pero irritará a los que no pueden con el chileno cuando dispara en andanada todas las obsesiones que bullen en su dispersa cabeza.

El álbum es entretenido y estoy seguro que a Shakespeare le hubiera encantado, aun cuando el formato de 56 páginas vuelve a mostrar sus limitaciones a la hora de permitir un mejor desarrollo de situaciones que Jodorowsky resuelve recurriendo inevitables deus ex machina que el lector debe asumir para disfrutar del cómic. Jodo derrocha generosamente en este álbum tantas ideas que dosificadas a otro le permitirían montar toda una serie. Siendo de agradecer este afán por mantener atrapado al lector a través de un ritmo narrativo trepidante, el seguidor habitual de la obra de Jodo notará cierta falta de originalidad en el planteamiento de las mismas ideas recurrentes en un álbum que si le cambiamos el nombre y cuatro cosas podría haberse titulado “Alvar, el metabarón”.

En el apartado gráfico, Jodo vuelve a mostrar su buen ojo y cuenta con el chino Dongzi Liu un dibujante dotado de un estilo pictórico que le entronca directamente con Luis Royo y Vicente Segrelles, aun cuando Dongzi muestre un más que correcto sentido narrativo, un mejor manejo de las perspectivas y cierta influencia del manga en el tratamiento de las expresiones faciales de algunos personajes. Con todo, el dibujante realiza un trabajo espectacular y se convierte en un nombre que hay que seguir muy de cerca.

En definitiva, “Sangre Real” es un álbum muy entretenido que nos reencuentra con un Jodorowsky en plena forma del que no hay que esperar demasiada evolución porque él se encanta así. Yo me lo he pasado bomba leyéndolo, pero que cada uno decida por sí mismo. La edición de Glénat, en coedición con la matriz francesa con la que ha coordinado la publicación, es bastante correcta con el único borrón de una traducción en la que se escapan algunos giros suramericanos que quedan bastante raros en una obra de estética medieval.

Veremos que nuevas desventuras se inventa Jodo para el Rey Alvar en la próxima entrega…

domingo, 30 de mayo de 2010

“Arzak Rhapsody 14”



Última entrega de "Arzak Rhapsody", la adaptación animada del cómic de Moebius.

Ojalá sirva para que algún editor se decida a reeditar el cómic en España.

viernes, 28 de mayo de 2010

Aclaración sobre el futuro del sello Bruguera

Os paso la siguiente Nota de Prensa que me han hecho llegar desde Ediciones B aclarando el tema del Sello Bruguera que comentaba en una entrada anterior:

Ante las noticias aparecidas en diversos medios de comunicación en la que se afirmaba de forma errónea que se había cerrado la Editorial Bruguera, Ediciones B quiere puntualizar lo siguiente:


Que gran parte de los fondos y autores de la histórica Editorial Bruguera –desaparecida en 1986- fueron absorbidos por Ediciones B. Esto incluye, muy notoriamente, la obra de Francisco Ibáñez y otros autores emblemáticos de la Escuela Bruguera.


El sello Bruguera publica obras de carácter literario de ficción y poesía y seguirá editando novedades al menos hasta finales de 2011.


Ediciones B se pone a disposición de los medios de comunicación para contrastar cualquier dato o ampliar estas informaciones.

Primer trailer de “The last exorcism”, de Daniel Stamm.

Hala, ahí os dejo para que os asustéis un ratillo el primer trailer de la opera prima de Daniel Stamm, un director que se nota que ha visto las películas de “REC” unas cuantas veces antes de ofrecer esta historia de exorcismos en los Estados Unidos rurales. ¿Recomendable? Habrá que ver algo más, de momento parece una historia tópica con realización modernilla.

Retractilado y cómics,una mala combinación.

Ya comenté por aquí lo que pensaba sobre las pegatinas en los cómics, pero hay algo que todavía me fastidia más. Una medida ridícula y papanatas que me hace pensar que los que la decidieron nunca fueron aficionados antes que avezados profesionales: el retractilado.

No hay cosa más tonta que un tebeo retractilado (un libro también, pero estos cada vez son menos). Llegas a la librería pensando en ojear alguna novedad antes de decidirte a adquirirla y encuentras los ejemplares apilados unos encima de otros convenientemente envueltos en su funda de plástico. Supongo que la idea no es otra que la protección del producto y crear la sensación en el potencial cliente que está accediendo a un material exclusivo y de calidad máxima al que se ha de acceder únicamente previo paso por caja, pero en muchas ocasiones he llegado a pensar que la razón última es evitar que se pueda comprobar lo malo que es lo publicado y ya tienen asumido que pasará una larga temporada almacenado antes de saldarlo. Los veteranos libreros, frente a esta patochada del retractilado, suelen curarse en salud y tener abierto al menos un ejemplar para que podamos echarle un ojo a la obra y decidir cada uno si le merece o no la pena antes de pagar por adelantado.

Sin embargo, ¿es suficiente con esta medida basada en el pragmatismo del librero que ha comprobado que los tebeos cerrados se venden peor? Yo creo que no. Más de una vez me ha ocurrido que tras mirar el tebeo abierto me he llevado un ejemplar cerrado a casa para descubrir con el consiguiente cabreo que estaba plagado de páginas pegadas o guillotinadas con lo que he tenido que hacer un nuevo viaje a la tienda a cambiarlo. Y si uno por vergüenza, acumulación o dejadez deja pasar los días sin abrir el tebeo y luego se lo encuentra en pésimas condiciones seguramente se tendrá que aguantar con el ejemplar tarado si ha pasado el plazo que señala el ticket, sobre todo, si lo compró en una de esas grandes superficies donde ahora se venden las novelas gráficas.
Los tebeos retractilados son un absurdo y no benefician a nadie. Si los lectores y los libreros nos hemos dado cuenta, ¿cuánto tardarán los editores en tomar medidas? Ni idea, pero por si acaso mi consejo es que hagan como yo y no se lleven nunca un tebeo a casa que no hayan abierto antes en la librería... Salvo que les guste pasear, claro.

jueves, 27 de mayo de 2010

“Nathaniel Dusk”, de Don McGregor y Gene Colan.

Siguiendo con el repaso de las obras de Gene Colan que permanecen inéditas en nuestro país llega el turno de las dos interesantes miniseries de “Nathaniel Dusk” que The Dean realizara para DC a mediados de los ochenta, junto a Don McGregor, en la que dejó constancia de su dominio del género negro.

Nathaniel Dusk” es una obra modélica en la que a través de las andanzas de un carismático detective privado, McGregor y Colan ofrecieron su versión del turbulento Nueva York de los años treinta que trataba de dejar atrás el Crack del 29. El protagonista, Nathaniel Dusk, es un cansado y desencantado veterano de la I Guerra Mundial que, tras su paso por la policía y asqueado de la corrupción, decide montárselo por su cuenta como detective privado, aceptando todo tipo de encargos.

En la primera miniserie de cuatro episodios aparecida en 1984, “Lovers die at Dusk”, el detective está intentando resolver un caso típico, encontrar evidencias sobre las infidelidades de un miembro de la alta sociedad por encargo de su mujer, cuando la mujer de la que Dusk está enamorado es asesinada. Dusk se tomará el asesinato como una afrenta personal, convirtiendo la resolución del caso en su único objetivo para lo que se sumerge en el mundo del hampa neoyorkina en el que irá descubriendo progresivamente el turbio pasado de su amada.

El éxito de “Lovers die at Dusk”, propició la aparición el año siguiente, 1985, de nuevas aventuras de Dusk con el mismo equipo creador en una nueva miniserie de similar estructura que la primera, “Apple Peddlars Die At Noon”, en la que el detective de Nueva York se enfrentaba a un nuevo caso y que el propio McGregor considera uno de sus trabajos favoritos.

En “Nathaniel Dusk”, el veterano guionista Don McGregor se adelantó varias décadas a Brubaker a la hora de trasladar al cómic la esencia de la novela negra norteamericana. Dusk es un detective duro, cínico y desencantado en la línea del Sam Spade de Hammett que se rige por su propio código moral que le lleva en muchas ocasiones a bordear –cuándo no infringir- la ley.

En el apartado gráfico, Colan logra una estupenda representación de los ambientes propios del género negro localizado en el Nueva York de la Depresión, dando una nueva dimensión a las historias de McGregor, uno de los guionistas que mejor ha entendido su trabajo. Apoyado en la labor del colorista Tom Zuiko, “Nathaniel Dusk” es uno de los trabajos en los que Colan aplica por primera vez el color directamente sobre sus lápices, una técnica que The Dean continuaría desarrollando en su obra posterior y que realza poderosamente su estilo. En la primera miniserie, entre Zuiko y la reproducción de DC destrozaron el trabajo de Colan (McGregor pidió a los encargados de DC que llamarán directamente al editor y fundador de Eclipse Dean Mullaney para que les indicara como reproducir los lápices de Colan), pero en la segunda, Zuiko cogió el punto al estilo de Colan convirtiendo esa miniserie en uno de los mejores trabajos de The Dean.

En definitiva, “Nathaniel Dusk” es una obra injustamente olvidada por nuestros editores que merece ser rescatada por muchas razones, sobre todo, en estos tiempos en que se vive un “revival” del género negro en el cómic. No estaría de más que Planeta, a lo largo de los próximos seis años, tuviera a bien reunir las dos miniseries en uno de esos tomos Universo DC con los que recupera material clásico. Por soñar que no quede…

La Crisis pudo con Crisis.

La maltraída crisis que todos padecemos pero de la que nadie se responsabiliza se cobra otra victima en el mundo del cómic, la librería Crisis, una de las más veteranas de Madrid.

Y es que para el librero de cómics tradicional los problemas se multiplican año a año corriéndose el peligro que poco a poco los establecimientos especializados que son la cantera natural de aficionados desaparezcan irremisiblemente uno tras otro.

El lunes pasado en Crisis ya no pudieron resistir más y colgaron el cartel de Liquidación Total y empezaron a deshacerse de su stock con suculentos descuentos para los que se pasen por la tienda de la C/ de la Luna, 28. A nivel personal, lo siento por los dependientes, Jose y Manolo, que llevaban muchos años trabajando en la librería y a los que deseo toda la suerte del mundo, y en cierta forma yo también como cliente cierro un capítulo con la desaparición de una de mis librerías de referencia en el centro de Madrid.

El descenso generalizado de ventas de libros durante el último año (un 10 % en lo que va de año, según datos facilitados por la presidenta de la Feria del Libro), la creciente venta de cómics en grandes superficies, los salones de cómics en los que las editoriales venden directamente sus novedades más las abusivas fianzas y caprichosos criterios de las distribuidoras son problemas diarios con los que debe enfrentarse el librero tradicional que sólo cuentan para salir adelante con la fidelización de su clientela habitual, la atención especializada que puedan dispensar y la política de descuentos que pueda permitirse a costa de su propio beneficio. Escasas armas para los tiempos que corren.

Freaks&Friends, Astro City (resucitada gracias al empeño de los antiguos empleados de esta como Enigma Cómics) y ahora Crisis… Al circuito de librerías de Madrid le va a costar regenerarse (dudo que lo consiga) y a la larga todos los que amamos los cómics de un modo u otro perderemos.

(A propósito, las librerías no son las únicas que lo están pasando mal. El Grupo Zeta tira la toalla y vuelve a cerrar el sello Bruguera. La noticia aquí).

miércoles, 26 de mayo de 2010

Trailer de “Los ojos de Julia”, de Guillem Morales

Lo más salvable del otro día en el cine (de "Robin Hood" ya opino más abajo) fue este trailer de la nueva película de Guillem Morales, apadrinada y financiada por Guillermo del Toro que no sé como estará –se trata de un thriller que alguna similitud guarda con “El orfanato, y no me refiero sólo por la presencia de Belén Rueda- pero el trailer me parece de los mejores que he visto en años y me dejó con ganas de ver la peli que se estrenará para finales de Octubre.

¿A vosotros qué os parece?

“Silhouette”, de Víctor Santos y Jesús Alonso Iglesias.


Hay cómics que entran por los ojos y sin más consideraciones sabes que no queda otra que acoquinar y llevártelo a casa para devorarlo en una reposada lectura para o hacerte mil cruces y olvidarlo en un montón tras jurar en arameo que no volverás a dejarte seducir por los cantos de sirena de una maravillosa portada o felicitarte por tu buen ojo y disfrutarlo durante años. Esto último, por suerte, es lo que me ha pasado a mí con “Silhouette”, desde que vi la portada anunciada quedé impactado y sabía que me iba a hacer con él ya que este tebeo del avezado Victor Santos y el novel Jesús Alonso Iglesias prometía ser una de esas lecturas de género con las que disfruto enormemente y esta vez no me he equivocado.

Silhouette es un resistente enmascarado que en las noches del París ocupado de la II Guerra Mundial se dedica a sembrar muerte y plomo entre los confiados nazis. Cuando a la ciudad de la luz llega un miembro de la cúpula nazi y su ayudante en una misión que puede acelerar la victoria final nazi, el valiente Silhouette no sospecha las oscuras fuerzas contra las que tendrá que enfrentarse.

Víctor Santos, tanto en su obra como autor completo como en sus colaboraciones con otros dibujantes, lleva reivindicando cuan soldado japonés olvidado en una isla desierta el digno oficio de contador de historias de género frente a la tendencia mayoritaria hoy día en el cómic patrio por otras propuestas más realistas. Santos es rico en influencias que en lugar de ocultar como hacen otros exhibe orgulloso a la espera de una gran obra que le dé el espaldarazo definitivo entre los críticos que sus fans ya le otorgaron hace tiempo si tenemos en cuenta las colas que se montan en los salones de cómics a los que asiste.

En ese sentido, “Silhouette” es una historia coherente con su trayectoria y cumple su primer objetivo es entretener antes que innovar por lo que desarrolla una atractiva historia pulp plagada de nazis locos, nazis cuerdos y héroes vengativos en medio de una trama esotérica que tiene el regusto nostálgico de personajes pulp como “La Sombra”, los cómics de “Martyn Mystere” y “Capitan América” o las primeras entregas de “Indiana Jones”. Santos no parece tener ganas ni tiempo para irse por las ramas en la caracterización de los personajes o lugares que resuelve en unas pinceladas y va directo al grano en el desarrollo de una historia frenética que no da respiro al lector apabullándolo quizás en exceso con vistas a ocultar ciertas debilidades de la tópica historia y sumergiéndolo en la ilusión de una continuidad inexistente dentro del particular universo de referencias cruzadas que el propio Santos parece ir construyendo en sus últimas obra (no me parece baladí la referencia en los extras a otra de sus creaciones, Black Kaiser) a la espera de poder seguir desarrollando sus propuestas.

Si la historia cumple su objetivo, donde el cómic se vuelve más destacable es en el apartado gráfico donde sorprende el nivel que muestra Jesús Alonso Iglesias del que espero sigamos viendo más cosas. Jesus Alonso Iglesias, novel en el mundo del cómic pero con amplia experiencia en el de la animación, muestra un estupendo nivel narrativo ajustándose como un guante a las directrices marcadas por Santos en el desarrollo de la historia y aunque él señale en la entrevista que aparece en los extras de la obra entre sus influencias a Mignola (la más evidente), Cannif y Falk creo percibir otras como la de Miller y otras no declaradas más propias de cómic francobelga en la construcción de los personajes en la estela de Franquin, que dan al estilo de Alonso un punto eclético y original refrescante. Alonso recrea un París fantasmal y alejado de la realidad, esquematizando al máximo los detalles (aun sin renunciar a ellos) para que todo el peso de la historia recaiga en la acción sorteando la alternancia de páginas cargadas de diálogo con otras –las mejores- en las que la narración se vuelve puramente visual y le permiten un mayor lucimiento. Un dibujante a seguir.

En definitiva, no me arrepiento de la compra de “Silhouette” cómic con el que disfrutarán si aceptan las reglas de Santos aunque quizás echen a faltar un poco más de calma para desarrollar determinadas situaciones y caracterizar los principales personajes. Con todo, la obra consigue sus objetivos, no traicionar la tradición pulp en el que se inscribe y, sobre todo, hacer pasar un rato agradable a quién la lea.

La edición de Dolmen está bastante ajustada de precio y cuenta con abundantes extras lo que es de agradecer en los tiempos que corren.

Ojalá veamos pronto nuevas entregas del enmascarado francés. Será buena señal.

Otras obras de Víctor Santos en El lector impaciente:

Black Kaiser”
La sangre de las valkirias

martes, 25 de mayo de 2010

“Robin Hood”, de Ridley Scott.

Probablemente en la cartelera actual será difícil encontrar otra película que en un período de poco más de dos horas provoque tantas reacciones encontradas como las que me produjo ayer la nueva versión de “Robin Hood” que Ridley Scott y su profeta, Russel Crowe, acaban de estrenar. Indiferencia-interés-cabreo-sorpresa-mofa-indiferencia. Ese es el carrusel emocional que Ridley Hood y sus secuaces me han provocado en una película que se suicida a mitad de la historia pasando de la anódina película de aventuras con puntos curiosos al absurdo más ridículo.

Había empezado a escribir el resumen de la película pero me he negado a continuar porque me veo incapaz de reducir la retorcida trama en pocas líneas sin que estropee media película al que esté decidido ir a verla y alargue la entrada en exceso. Con todo, decir que la idea primera parecía ser realizar una especie de precuela a la versión “canónica” de las aventuras de Robin Hood que enlace al final de la película con las aventuras popularizadas por la literatura y el cine anterior. Y, en ese sentido, hay que reconocer que durante aproximadamente la primera mitad de la película la historia consigue su objetivo de despertar el interés del espectador sobre un mito sobrexplotado como pocos a través de una enrevesada historia de suplantación de identidades que despierta la curiosidad por un Scott que lleva con buen pulso la trama hasta ese momento.

Sin embargo, ese atisbo de interés desaparece conforme en el guión se empiezan a producir giros argumentales a cuál más absurdo y cuya única intención es mezclar en un totum revolotum demencial las distintas versiones existentesal mito medieval de Robin Hood –por no obviar, no se cortan en buscarle hasta una ascendencia masónica- con hechos históricos como la aprobación de la Carta Magna que culminan en la ridícula y rocambolesca batalla final. Creo que el guionista todavía debe andar riéndose mientras disfruta de sus suculentos emolumentos por la cantidad de esperpentos que es capaz de incorporar sin que ningún productor –¡ o el mismo director! – hayan sido capaces de ponerle freno. Y es que el guión es malo de solemnidad, lleno de incoherencias y justificaciones cogidas por los pelos que a mí personalmente me hicieron pensar que más que una película de aventuras históricas estaba ante un atentado a la inteligencia de los espectadores.

Claro está, que tanta insensatez a nivel argumental no hay director que la levante por muy Ridley Scott que se sea, mas si cabe, como es el caso del mayor de los Scott, se lleva viviendo demasiados años del prestigio adquirido y su cine anda lejos de sus mejores tiempos. En esta ocasión, Scott se limita a hacer lo que puede en lo que no es más que un pastiche impersonal y autoreferencial en el que no se corta a en buscar inspiración en blockbusters taquilleros de los últimos años (metan en la turmix “Gladiator”, “Las puertas del cielo”, la trilogía de “El Señor de los Anillos”, “Bravehearth” y “Salvar al Soldado Ryan” y ya tendréis el noventa por ciento de la película) logrando algunas secuencias realmente chulas -¡qué menos!- en medio del confuso transcurrir general.
¿Qué se salva entre tanto desatino del desastre que es este "Robin Hood"? Un grupo de actores que hacen gala de profesionalidad y vergüenza torera ajustándose a sus roles en un reparto bien elegido en el que destacan las actrices encabezadas por una excelente Cate Blanchett -que hasta el tontorrón final ofrece una de las más creíbles Mariam que he visto- y una Eileen Atkins que da enjundia a cada una de sus intervenciones. Entre los actores, tenemos al protagonista, Russel Crowe, que no hace más que repetir el registro de “Gladiator” que tanto parece encandilar a Scott, perdido en las increíbles revisiones que va sufriendo su personaje, a los solventes Mark Strong y William Hurt, al entrañable Max Von Sydow encasillado en papeles de procer caduco y al prometedor Oscar Isaac que confirma la buena impresión que causó en “Agora” o “Red de Mentiras” y realiza el mejor papel masculino ofreciendo una versión de Juan Sin Tierra rica y llena de matices que es de lo mejor de la película.

En definitiva, si queréis reíros un rato con una de las peores películas de lo que llevamos de año id a ver esta versión de “Robin Hood” que echa a perder el talento del excelente grupo de actores con el que cuenta encabezados por un director que se limita a cumplir. Pero quién quiera ver una buena película protagonizada por el arquero de Sherwood que se haga con los DVDs de la clásica de Erroll Flynn y la maravillosa “Robin y Mariam”. Que no se diga que no he avisado.

Otras películas de Ridley Scott en El lector impaciente:

American Gangster”.
Red de Mentiras”.


Chris Ware, los superhéroes y los prejuicios.

P: Algunos personajes de cómics son atractivos; los superhéroes suelen estar musculados; las novelas gráficas autobiográficas suelen estar protagonizadas por autoparodias de los propios autores; otros son totalmente irreales... Lo que siempre me ha gustado de tus protagonistas es que tienen una esencia muy real. No en el sentido figurativo, sino en que hay algo muy verdadero: algunos tienen barriga, otros son calvos, bajitos o feos. En tu caso nunca lo he interpretado como una broma, sino como una forma de aproximación a cómo son las personas de carne y hueso. ¿Es esa tu intención?
Ware: Sí, lo es. O por lo menos eso es lo que veo cuando miro un espejo. Como bien has subrayado con criterio, los cómics de superhéroes americanos son una amalgama estereotipada de mentiras anatómicas sobre el cuerpo humano y no tengo absolutamente ningún interés en tener nada que ver con un lenguaje visual falso. Al mismo tiempo, intento dibujar las cosas tal y como las siento o como las recuerdo, no necesariamente como las veo o como me gustaría que fueran (lo cual, pensándolo bien, puede ser un acercamiento muy útil si se maneja de forma adecuada). Realmente, no veo una conexión entre el seudo-fílmico género de los cómics de superhéroes y el trabajo que mis contemporáneos y yo mismo hemos estado haciendo durante años. De hecho, cuando un dibujante de cómics habituado a trabajar con superhéroes intenta escribir sobre la vida real acaba siendo, por lo general, bastante embarazoso. ¿Qué otro tipo de acercamiento al dibujo puede empezar dibujando seres humanos sin ropa para después pintarlos en rojo, amarillo y azul? Es perfecto para chicos de doce años, pero no para adultos.

(Muy interesante la completa entrevista que Joan S. Luna realizó hace algún tiempo a Chris Ware y que podéis leer completa en 13 Millones de Naves. ¿Estáis de acuerdo con Ware o es quizás demasiado taxativo en su diferenciación y distanciamiento respecto al género de superhéroes? Al no decir nombres parece que tira la piedra y esconde la mano. ¿A quién se refiere, a Mazzuchelli, a Paul Chadwick? ¿Y el camino contrario, el autor que pasa de realizar una obra más personalLapham, Lemire…- a escribir superhéroes, produce trabajos embarazosos?¿Qué opináis?).

lunes, 24 de mayo de 2010

Nuevo trailer de “Predators” de Nimród Antal.

Aquí os dejo el nuevo trailer. Tiene pinta de entretenida y de ceñirse bastante a la original. Quizás demasiado….Ya veremos.

“Capitán América” de Ed Brubaker y Gene Colan.

No suelo ser yo amigo de las recomendaciones aunque alguno pueda pensar lo contrario pero si quieren hacerse con un tebeo bueno, bonito y barato háganse con la última grapa publicada por Panini en la serie del “Capitán América” este mes, el número 55 que coincide con el 601 de la edición norteamericana, ya que aparte de contar con el buen hacer del guionista habitual de la serie, Ed Brubaker (pronto escribiré algo más sobre el gran trabajo de Bru con el CA), cuenta a los lápices con el mítico Gene Colan en el que es, si no me equivoco, su último trabajo publicado hasta la fecha.

La historia de este tebeo se remonta a dos años atrás cuando a Colan le propusieron, a instancias de Brubaker, colaborar en un annual del capi que, debido a la delicada salud de Colan y su avanzada edad, fue retrasándose hasta ver definitivamente la luz dentro de la serie regular.

Brubaker escribe una historia autoconclusiva fuera de la línea argumental de la colección en la que el Soldado de Invierno evoca con Nick Furia uno de los episodios que vivió junto al capi durante la II Guerra Mundial. Acantonados durante el duro invierno en un pueblecito belga junto a una unidad del ejército yanqui y unos artistas encargados de distraeros, el Capi y Bucky deben enfrentarse a un grupo de vampiros dedicados a chupar la sangre a los soldados y los lugareños.

Una vez más me quito el sombrero ante el gran Gene Colan quién a sus casi ochenta y cinco primaveras demuestra un talento y una habilidad que para sí la quisieran muchos de los dibujantes más hot del panorama actual. Es cierto que quizás algunos cuerpos y caras estén desproporcionados pero el dinamismo de sus figuras y su habilidad narrativa se mantienen intactas a lo largo de este tebeo en el que Bru cede todo el protagonismo a The Dean. Colan se muestra cómodo en una trama ideada para su lucimiento, con personajes, ambientaciones y perspectivas características que domina de memoria, dando siempre el toque perfecto a una historia de terror y nazis con hechuras clásicas al que el estilo atemporal de Colan da un ribete de modernidad.

De verdad, he disfrutado como un niño de este tebeo y por el bien del cómic espero que no sea el último proyecto de esa leyenda viviente que es Gene Colan. Gene, no te mueras nunca.

domingo, 23 de mayo de 2010

“Arzak Rhapsody 13”


Penúltima entrega de la adaptación animada que el propio Moebius realizó de su obra.

sábado, 22 de mayo de 2010

Jack Kirby, actor.



A la ya conocida afición de Stan Lee de hacer cameos en las películas de los personajes marvel, hay que añadir el pequeño cameo no acreditado que The King realizó en el episodio 31 de la serie televisiva de “The incredible Hulk” protagonizada por Lou Ferrigno. Como no podía ser de otro modo, aparece con un lápiz en la mano, dibujando. Y es que Kirby tenía claro eso de zapatero a tus zapatos y dibujante a tus dibujos.

viernes, 21 de mayo de 2010

Nuevos Spots de la película de Jonah Hex.

Ahí os dejo los nuevos spots de la pelicula que se están proyectando en los EEUU. Visto lo visto, cada vez tengo menos esperanzas en esta adaptación aunque, claro está, hasta no ver la película nunca se sabe.



“Los Muertos Vivientes 10: En lo que nos hemos convertido”, de Robert Kirkman y Charlie Adlard.

Parece que Planeta se está ajustando al plan anunciado y nos ofrece tres meses después de la anterior entrega una nueva ración de “Los Muertos Vivientes”, que reúne los números 55 a 60 de la colección original, con “En lo que nos hemos convertido”, un nuevo capítulo de las desventuras de Rick y sus compañeros en unos Estados Unidos invadidos por los zombis.

En esta nueva entrega, Kirkman se dedica a ir preparando el terreno para un nuevo golpe de efecto explorando las situaciones de conflicto entre los miembros del disminuido grupo de supervivientes que prosiguen su viaje hacia Washington. Así, por un lado, Kirkman explora la incipiente locura de Rick y la rivalidad con Abraham, el recién llegado, junto con los recelos de un desconfiado Dale que cada vez se encuentra más a disgusto con el liderazgo de Rick mientras que, por otro, recupera a algunos personajes olvidados de la primera entrega, suicida a uno de los protagonistas y enfrenta a los supervivientes a una nueva manifestación del horror zombi, el rebaño. ¿Alguien da más emociones en apenas cinco números? Actualmente en el cómic mainstream americano yo creo que poca gente.

Kirkman reflexiona en este nuevo tomo sobre uno de los temas principales de esta larga novela río (¿gráfica? Claro, ¿por qué no?) que no es otro que las taras psicológicas de los supervivientes cada vez más agotados en la lucha diaria por mantenerse ellos y sus seres queridos con vida al tiempo que hacen frente a los remordimientos por las barrabasadas que cometen. El tono de la obra cada vez es más maccarthyano desde la anterior entrega mostrando la desesperanza de unos personajes en un mundo en el que la principal amenaza ya no son las hordas de zombis sino la barbarie de los supervivientes.

Sin entrar en más valoraciones sobre la gran labor de Kirkman a la hora de mantener el interés de la serie a pesar del consiguiente desgaste, si quiero profundizar un poco más en el trabajo de Charlie Adlard que desde hace unas entregas parece estar con el piloto automático. Adlard es un buen narrador aunque resulte algo limitado de recursos a la hora de dotar de expresividad a los distintos personajes pero es que desde hace varios tomos se nota un progresivo desapego de Adlard que le lleva a economizar en exceso sus esfuerzos. Así, el abuso de las secuencias de viñetas repetidas para conseguir ligeros efectos resulta bastante irritante (las dos páginas del anterior volumen en que repetía hasta seis veces la misma viñeta era clamorosa) y se repite cada vez con más frecuencia. No sé si Adlard anda agobiado con las entregas o es simplemente decisión suya pero quizás no estaría de más plantearse un cambio de dibujantes que renovase una serie que gráficamente se ha vuelto anódina.

En definitiva, “Los Muertos Vivientes” mantiene intacto su interés a pesar de Charlie Adlard gracias al buen hacer de Kirkman que es capaz de revisitar los tópicos zombis una y otra vez de una manera coherente y atractiva para los lectores que esperamos nuevas sorpresas y giros argumentales.

Como en los mondos y lirondos tomos de Planeta sigue sin haber hueco para las portadas originales ya las enseño yo que las portadas son lo mejorcito gráficamente de la serie.

jueves, 20 de mayo de 2010

Clips de “Tamara Drewe”, de Stephen Frears.

Desconocía que se estaba preparando adaptación cinematográfica del excelente cómic de Possy Simmonds del que ya les comenté por aquí, y menos me imaginaba que a la cabeza del proyecto se iba a poner un director del prestigio de Stephen Frears. ¿Mis primeras impresiones ante los dos clips que se han visto en Cannes y que reproduzco en la entrada? Contradictorias. Por de pronto, el de arriba sí que recoge un momento memorable del cómic mientras que el de abajo es pura inventiva (al menos yo la secuencia esta de la cacerolas no la recuerdo).


Con todo, la peli puede estar bien porque las situaciones que describe el cómic pegan bien con las temáticas que le gustan a Frears, pero me da la sensación que un director tan tradicional se haya ni tan siquiera planteado intentar buscar una adaptación de los recursos concretos que maneja este cómic -con su cuidado equilibrio entre texto y cómic- a imagen real, limitándose a adaptar la historia simplemente.

Habrá que estar atentos.

“Lobezno: Los hombres de adamántium”, de Jason Aaron y Ron Garney.

Ya sabéis los habituales de El lector impaciente que Jason Aaron es de la última hornada de guionistas uno de los que más me gusta. Sigo con entusiasmo esa joyita que es “Scalped” y me gustó mucho “El otro bando”. Por ese motivo, tenía curiosidad por medirle en un cómic superheroico puro y duro y ver de qué era capaz el de Alabama en un género más convencional y rígido que otorga menos autonomía a los autores para desarrollar su creatividad que el sello Vertigo de DC en el que un Aaron encaja perfectamente. La solución la he encontrado en esta primera entrega de la nueva colección de Lobezno, “Wolverine, weapon X” que Panini recopiló hace unos meses en un apañado tomito que recoge los primeros cinco episodios de la colección. Mi conclusión es que el Aaron superheroico cumple, pero no es la mejor versión de Aaron.

En este primer arco titulado “Los hombres de Adamantium”, Logan está decidido a evitar que la multinacional Roxxon, que se ha hecho con la documentación para reproducir el proceso por el que le implantaron su esqueleto de adamantium que le convirtió en el mejor en su oficio, firme con el gobierno norteamericano un contrato para crear un ejército de nuevas armas X. Para lograrlo, Lobezno cuenta con aliados como una perspicaz periodista dispuesta a destapar los trapicheos de Roxxon en Colombia y con su antiguo compinche, Maverick. Sin embargo, Logan y sus aliados tendrán que enfrentarse con todo un pelotón de hombres X dispuestos a evitar que alcancen su objetivo.

Los hombres de adamántium” es un cómic entretenido sin más, en el que Aaron lejos de innovar ofrece un cómic de acción trepidante que se limita a cumplir sus objetivos de evasión sin profundizar demasiado ni en la psicología de los personajes ni en una historia cuya única finalidad no va más allá que hacer pasar el rato sin, eso sí, insultar la inteligencia del lector. Aaron ofrece una versión bastante arquetípica de los personajes sacando partido del carismático protagonista aun cuanto el enfrentamiento con los hombres de adamántium resulta un tanto descompensado dada la falta de entidad como villanos de estos.
Con todo, y aun tratándose de una historia tan tópica, Aaron es capaz de sacarla adelante con oficio gracias a su habilidad como dialoguista y las hábiles chinitas que convierten el tebeo en una lectura superior a la media dentro del géero superheroico como la critica subrepticia a los cuerpos de seguridad paralelos al ejército tan de moda en el momento de publicación de la obra en Estados Unidos (las similitudes entre Blackguard y Blackwater no es baladí) o las referencias literarias que perlan la obra y demuestran que es un autor despierto a otros medios más allá de la mera autoreferencia superheroica que otros autores tanto gustan de explotar y tanto limitan al género.

En el aspecto gráfico, Ron Garney demuestra que es un dibujante molón con un uso aceptable de la narrativa como ya demostrara en su etapa en “Capitán América” aunque no acabe de convencerme demasiado su visión de Lobezno (¿Es necesario que desde las películas todos los dibujantes pretendan sacarle a Logan parecido a Hugh Jackman?) ya que su personaje es demasiado pesado e hipermusculado.

En definitiva, “Los hombres de Adamantium” es un divertimento ligero que no insulta la inteligencia de lector y debe permitirle a Aaron pagar las facturas al tiempo que se divierte pero realmente se encuentra bastante alejado del nivel mostrado en obras anteriores por el autor y es de esperar que en entregas posteriores la cosa mejore. Calidad tiene para ello.