viernes, 18 de septiembre de 2009

“La guerra del profesor Bertenev” de Alfonso Zapico.

Dolmen Editorial ha recuperado estos días la primera obra de Alfonso Zapico, “La guerra del profesor Bertenev”, quien ya se diera a conocer en nuestro país de la mano de Astiberri con la recomendable “Café Budapest”, y que por esas cosas de la industria comiquera nacional permanecía inédita desde su publicación en 2006 en Francia y a pesar de haber recibido premios como Prix BD Romanesque en el FestiBD Ville de Moulins en el 2007 o la “Recommandé par iddbd le blog BD 2008". Y lo cierto es que esta primera obra nos confirma a Zapico como uno de los jóvenes autores españoles a los que hay seguir de cerca.

La guerra del profesor Bertenev” es una historia costumbrista ambientada en la Guerra de Crimea inspirada en la lectura por parte del autor de la fantástica “Ana Karenina” de Leon Tolstoi y en ella encontramos algunas inquietudes del autor que ya aparecían reflejadas en “Café Budapest como la manifestación de la cultura y la amistad como refugio y salvación del individuo en situaciones límite. Si en esta, el protagonista encontraba en la música un refugio ante los enfrentamientos entre palestinos y judíos, en esta nueva obra el apocado y pacífico protagonista, Leon Bertenev, encuentra en el teatro y la enseñanza un medio para abstraerse de la difícil situación en la que vive. Bertenev, un antiguo profesor obligado a enrolarse en el ejército ruso contra su voluntad para luchar en la Guerra de Crimea contra franceses e ingleses, deserta para salvar la vida y es hecho prisionero por el ejército inglés. Gracias a su conocimiento de distintos idiomas, recibirá en el campo de los prisioneros un trato privilegiado por parte de sus supuestos enemigos lo que le convertirá en blanco de las iras del resto de los prisioneros rusos que no le perdonan su cobardía en el campo de batalla.

La guerra del profesor Bertenev” es una obra realmente original en la que el autor ya deja muestras de su buen hacer como narrador y sus ganas de contar historias propias, sacando buen partido de la estructura clásica del álbum europeo y siguiendo la estela de autores como Blain a la hora de subvertir las convenciones del género para contar historias centradas en los personajes. Con un dibujo caricaturesco y naif, que recuerda bastante el de Larcenet pero cuidando el detalle y la documentación en la caracterización de los personajes (algo indispensable en una obra de corte histórico), Zapico muestra su habilidad para reflejar el paso del tiempo a través de los cambios físicos en los personajes (especialmente los prisioneros rusos y el protagonista Bertenev que a lo mejor son cosas mías parece inspirado en Robin Williams) deja evidencias de su facilidad para el gag visual y aprovecha los recursos dramáticos propios del cómic. Quizás se trate de una obra en la que al autor se le note más remiso que en “Café Budapest” a la hora de experimentar con la distribución de viñetas mostrando una organización de la página más clásica en la que en ocasiones pueda parecer que abusa de las cartelas y los cuadros de texto aunque generalmente estas cumplen su función y no resultan redundantes respecto a la información ofrecida en su dibujo. Como novedad, Zapico se muestra como un gran colorista, cuidando con mimo el color de la obra a base de colores suaves y logrando estructurar perfectamente los distintos lapsos temporales en los que se desarrolla la historia, mostrando, además, especial habilidad en retratar el distinto estado psicológico de los personajes a lo largo de la historia con cuidadas transiciones.

La guerra del profesor Bertenev” anuncia las buenas maneras de un Alfonso Zapico que ya se confirmaron en “Café Budapest”. Esperemos que no se demoren demasiado las nuevas obras del autor. Finalmente, destacar la cuidada edición por parte de Dolmen a la que nada se la puede objetar y que incluye un prólogo realizado por el autor.

Otras obras de Alfonso Zapico en El lector impaciente:

Café Budapest”.

Mike Mignola y el lastre del demonio.

Pregunta: ¿Qué le ha influenciado al crear a "Hellboy": folklore, literatura, cine, comics...?


Mignola: Todo, porque sabía que era un tipo de personaje en le que podría meterlo todo, todo lo que me gusta y me interesa. Lo que quería con "Hellboy" era hacer una historia de fantasmas, combinada con una producción de serie B, una mezcla divertida.


Pregunta: ¿Cómo fue el pasar de trabajar para las grandes editoriales, Marvel y DC, a tener los derechos de tu personaje? ¿Cuál es la relación que se establece al compartir su creación con otros artistas?


Mignola: Lo que más lamento es que he tenido que dejar de dibujar muchas cosas debido a "Hellboy". Empecé siendo dibujante para Marvel y DC y lo que no esperaba es haber seguido ese proceso, meterme en el negocio de escribir y dibujar. Me di cuenta, cuando me empezaba a involucrar en la película, que me estaba distanciando de la mesa de dibujo y si no encontraba a otro dibujante para colaborar con él, no podría seguir. Ahora lo que pretendo hacer alejarme un poco de la escritura y volcarme más en el dibujo.


(De una entrevista corta, pero jugosa, realizada por José Luis Vidal al creador deHellboypara Freekmagazine que pueden leer completa, aquí).