miércoles, 26 de agosto de 2009

“Enemigos Públicos” de Michael Mann.

Una cosa buena de tener un blog es que puedes testear tus propias rutinas y ver como van cambiando con el tiempo. De este modo, compruebo que hace casi dos meses que no pisaba una sala de cine, algo inconcebible en alguien que acudía regularmente una o dos veces por semana a dejarse los dineros en pos del noveno arte. Será que me hago mayor o, más bien, que en este tiempo no han estrenado nada que realmente me apeteciese ver hasta “Enemigos Públicos”.

Enemigos Públicos”, una película que no engaña y que falta de aportar grandes novedades argumentales a un género tan sobreexplotado como el de los “gangsters” – la misma historia de Dillinger fue rodada con bastante acierto por John Millius en una película homónima de 1973- el director Michael Mann (“Heat”, “Miami Vice”, “Collateral”, “El último mohicano”) innova técnicamente a través de la utilización de cámaras digitales y echándose la cámara al hombro para acercarse de una manera a la que estamos poco acostumbrados a este tipo de historias. El resultado es una película entretenida e inteligente que sabe mantener al espectador durante las más de dos horas de acción de la película pendiente de la pantalla aun cuando, como es el caso, conozca de antemano los hechos narrados, disfrutando además de las estupendas interpretaciones de todo el reparto, encabezados por unos excelentes Johnny Depp (“Sweeney Todd”), Marion Cotillard y Christian Bale (“The Dark Knight”).

La película a pesar de centrarse en la figura de Dillinger, quien durante los años posteriores a La Gran Depresión se convirtió en el enemigo público número uno, tiene una voluntad más ambiciosa que se desprende desde el mismo título, la de retratar la época de los grandes ladrones de bancos, los enemigos públicos de Estados Unidos, que sirvieron de puente entre los grandes forajidos del Far West (Butch Cassidy, Sundance Kid, etc.) al Crimen Organizado de los grandes popes de la Mafia, como Al Capone y Lucky Luciano, que fascinaron a las clases medias y han quedado grabados en el imaginario colectivo gracias al cine, la literatura o el cómic. Tipos como Baby Face Nelson, Pretty Boy Floyd o el mismo John Dillinger que trajeron en jaque a la policía y obligaron a cambiar la legislación y crear el famoso FBI encabezado por el ambicioso y despiadado Edgard Hoover y su mejor agente, el implacable Mervin Purvis.

Michael Mann, apoyado en un inteligente guión, sabe captar con su buen sentido del ritmo, la amplitud de objetivo y prescindiendo prácticamente de los planos fijos la esencia de la época y la trepidante vida de unos tipos nerviosos, siempre perseguidos y que apuraban cada segundo de su existencia como si fuese el último. De este modo, la película va creciendo conforme van sucediéndose los tiroteos, persecuciones y asesinatos, rodados con la maestría que Mann viene demostrando en estos menesteres desde la espectacular “Heat”, película esta que sirve en su estructura de modelo a “Enemigos Públicos”, manteniéndose esta en los momentos más pausados que solían coincidir con las cuitas amorosas de Dillinger (Jhonny Depp) y su chica (Marion Cotillard) o las investigaciones policiales de Purvis (Christian Bale) y los tejemanejes de Hoover (Billy Cudrup) gracias al buen hacer de todos los actores que los encarnan y que salvan con sus excelentes interpretaciones las inconsistencias que la amplitud temática de la película provoca.

Me gustaría destacar algo que no se suele hacer, la dirección artística, y la excelente elección de los actores secundarios que encarnan tanto a “gangsters” como a policías, quienes a base de sobrias y comedidas interpretaciones saben transmitir la idea de que estamos ante tipos duros que se respetan a pesar que las circunstancias les hayan situado en distintos lados de la Ley.

A nivel interpretativo, Johnny Depp (“Piratas del Caribe”) demuestra su habilidad para hacer creíble cualquier papel logrando incluso que a la película se la pueda achacar una excesiva fascinación romántica hacia la figura del “gangster” que en realidad no existe (si acaso a la figura de Dillinger o la interpretación que de ella hace Depp que no es lo mismo), haciendo atractivo y despertando las simpatías del espectador hacia un forajido como Dilliger, y encontrando buena respuesta en el hierático Christian Bale (“Terminator Salvation”) que borda su interpretación del estricto agente Purvis y en la guapa Marion Cotillard, quién defiende su papel de mujer florero del “gangster” con sutileza y solvencia en todas sus escenas en un papel que la permite mostrar distintos registros y al que llena de contenido.

La película guarda una última sorpresa. Un magnífico momento de “cine dentro del cine” que no les voy a destripar pero que resulta muy bien traído a la historia cerrando el círculo con brillantez entre los primeros momentos del género y su última gran aportación, “Enemigos Públicos”, que está destinada a ser una de las mejores películas del año.

Trailer de “The Wolfman”.



Otro trailer que augura cosas interesantes y que esperaba con interés es el de la versión del hombre lobo de Joe Johnston con Benicio del Toro, Anthony Hopkins y Emily Blunt. En principio, me parece que han acertado plenamente con la atmósfera neblinosa de la película y ese aire romántico que tiene. De la transformación en lobo se ve más bien poco pero lo que se ve está bien sin demasiados efectismos. Da la sensación que se han hecho las cosas con cabeza y tienen una historia que contar, aunque a grandes rasgos ya nos la hayan contado muchas veces.

Una película a seguir con un del Toro que siempre se muestra solvente que debe ser bien secundado por el veterano Hopkins que siempre cumple y por la atractiva Blunt. Me apetece aunque haya que esperar hasta febrero del año que viene para verla en salas.