lunes, 13 de julio de 2009

“Crossing Midnight” de Mike Carey y VVAA.

Mike Carey es uno de esos autores que se mueven en la ambigüedad. Un tipo que pertenece a esa estupenda hornada de guionistas y escritores británicos que revitalizaron el cómic estadounidense en los noventa a la estela de los Moore, Gaiman y Morrison, creador de cómics a priori atractivos, con buenos planteamientos que no acaba de rematar con un desarrollo plano y distante que mengua la brillantez de sus ideas. Sin embargo, Carey es un tipo que cuenta con una buena reputación en el mundillo y un grupito de seguidores que defienden entusiasmados sus trabajos y avalaban “Crossing Midnight” como su obra más ambiciosa y lograda, el cómic con el que Carey iba a romper y confirmarse. Por todos esos motivos, y aprovechando la publicación por parte de Planeta de la serie completa -19 números- en un único tomo, bastante voluminoso pero mucho más manejable que sus ediciones absolutes, lo he estado leyendo a lo largo de esta semana y, en mi opinión, en “Crossing MidnightCarey no ofrece nada nuevo y me parece que continua a bastante distancia de la triada relacionada más arriba. Les cuento.

En la Nagasaki actual, nacen dos hermanos gemelos con una diferencia de pocos minutos pero separados por la medianoche. Kai, el chico, es un muchacho tranquilo, introvertido y obediente mientras que Toshi la hermana es una chica traviesa, extrovertida y rebelde. Esas diferencias de carácter no son las únicas ya que los hermanos descubren que Toshi es inmune a todo tipo de filo cortante, logrando que las espadas, tijeras y demás, se plieguen antes de entrar en contacto con su piel. Mientras los hermanos debaten sobre esta extraña facultad, aparece de la nada un misterioso personaje, Aratsu que se hace llamar el Señor de las Espadas y ejerce un mágico control sobre las armas blancas y que exige a Toshi que entre a su servicio para saldar una misteriosa deuda que contrajeron con él sus antepasados, amenazando si se niega la vida de sus padres. Toshi accede y se convertirá en sirviente más del Señor de las Espadas en su mágico reino paralelo quién la irá encomendando misiones en el mundo real –el mundo gris- al tiempo que irá olvidando paulatinamente su pasado como consecuencia de los encantamientos de Aratsu. Mientras tanto, Kai intentará hacer todo lo posible por rescatar a su hermana, lo que le llevará a enfrentarse a todo tipo de seres mágicos que habitan entre la realidad y el mundo de los espíritus antes de descubrir sus propios poderes y el origen del interés de Aratsu por Toshi. Pero, si quieren saber como acaba el tema, tendrán que leerse el cómic.

Resulta innegable el atractivo que supone para los occidentales todo aquello que tenga que ver con lo japonés. Una cultura enormemente rica y llena de contrastes en la que conviven la tradición milenaria del Sintoismo y los samurais con la última tecnología, los yakuza y fenómenos como las comunidades de Sin Hogar o las Enjo Kosai. Carey incorpora todos esos elementos los a una historia que a pesar de su componente de fantasía oriental a la que nos han aficionado directores de cine como Ang Lee o Zhang Yimou, parte de la adaptación libre del cuento de Hans Christian Andersen, “La reina de las nieves”. Muchos y dispares elementos maneja Carey para construir una historia con todos los componentes para triunfar en la línea Vertigo, como bien señala en la introducción José Torralba (mezcla de realidad y fantasía, tratamiento de fenómenos adultos) pero que se pierde debido a la incapacidad de Carey para rematar coherentemente las tramas que plantea, con una galería de personajes atractivos que el autor apenas esboza y que aparecen y desaparecen de la serie sin ninguna explicación.

La trama va dando tumbos dejando demasiadas cosas en el aire hasta su conclusión en la inevitable “batalla final” que Carey resuelve de manera precipitada y un tanto burda, quizás obligado por el anuncio de conclusión de la serie debido a sus bajas ventas.

Sin embargo, no toda la culpa es achacable a Carey, ya que a lo largo de la serie nunca cuenta con un con un dibujante de categoría estable y en la relación de nombres que pasan por la serie ninguno se implica realmente y se limitan a cumplir mal que bien con el encargo, sin rescatarlo en ningún momento de la mediocridad y sin sacar partido de las posibilidades que les ofrece contar una historia de estas características.

En fin, a mí “Crossing Midnight” me ha parecido confusa y aburrida con pocos momentos de verdadero interés en un desarrollo demasiado plano en el que no destacan ni los supuestos giros inexplicables de la trama, dejándome un regusto amargo y con la pregunta sin responder qué hubieran podido hacer con los mismos mimbres un equipo más hábil como Mark Buckingham y Bill Willingham. Nunca lo sabremos.

La edición me ha gustado bastante. Incluye las fantásticas portadas de todos los números que gráficamente son lo mejor de la serie, la introducción de Torralba mencionada y un artículo del propio Carey sobre el fenómeno del Enjo Sokai que sorprende en medio del tomo. Sin embargo, echo a faltar un índice que indique la autoría de los distintos números y de las portadas, asi como el inicio y final de los distintos arcos argumentales que, a continuación les reproduzco yo por si hay alguien interesado.

Ciclos de “Crossing Midnight”:

Cut Here” (Corta aquí), del número 1 al 5.
A map of midnight” (Un mapa de la medianoche) del 6 al 12.
The sword in the soul” (La espada en el alma) del 13 al 19.

Otras obras de Mike Carey en El lector impaciente:

-Lucifer”.
- “Faker”.