lunes, 1 de diciembre de 2008

“Victor” de Robin Wood y Juan Rubí

La publicación de un tebeo como “Víctor” es una buena noticia por partida doble. Primero, que una editorial como Planeta decida lanzar una nueva colección con autores patrios demuestra que si algo les sobra a los autores españoles es calidad y la marca “cómic español” está lo suficientemente de moda como para atraer a las grandes editoriales; segundo y más importante, por fin parece finalizar la travesía por el desierto que Robin Wood ha sufrido en nuestro país, un guionista excepcional injustamente marginado del que –esperemos- esta obra menor sirva de prólogo obligado para ver pronto publicado lo mejor de su producción (si comprando “Víctor” se logra que publiquen “Nippur” , “Gigamesh” o “Un giorno un secolo”, serán diez euros muy bien empleados).

Sin embargo, “Victor” es una obra menor, un trabajo de encargo en el que Wood se pone al servicio del joven y prometedor dibujante Juan Rubí, más conocido como cocreador de las series de muñecos Dkillerpanda (que al parecer causan furor entre los góticos y tribus similares) que por sus trabajos tebeísticos. “Victor” es un cuento gótico bastante predecible en el que el personaje protagonista, Víctor, es un pequeño mago de carácter entrañable que tiene por único amigo a su chistera Lucius (denominada en el tebeo como galera, que es la palabra con la que en muchos países suramericanos designan a los sombreros de copa y que en la edición de Planeta no se molestan en aclarar) al que todo le sale mal. Víctor vive en una extraña ciudad maldita cubierta constantemente de nubes y habitada por todo tipo de monstruos y seres tristones. Víctor viajará hasta las profundidades de la ciudad y se enfrentará a sus peligros para averiguar los orígenes de la maldición que ha llevado la tristeza de la ciudad y acabar con la malvada Camila y sus secuaces, aunque lo que descubra pueda provocarle más de una sorpresa.

Víctor” es un tebeo fácilmente olvidable, de lectura rápida y sencilla, que no ofrece ninguna sorpresa en su predecible desarrollo y no puede considerarse entre lo mejor de la producción del paraguayo Wood aunque se le pueda disculpar si lo que he leído aquí es cierto y esperaba escribir una historia de 200 páginas quedándose la cosa finalmente en apenas 48, ya que pueden olvidarse si en este cómic esperan encontrar algo de su excelente prosa, de su cuidada planificación y exquisito desarrollo de la trama. En cuanto a Juan Rubí muestra habilidad a la hora de crear personajes atractivos, monstruos con un punto naif similares a los de su línea de Dkillerpanda, pero se muestra bastante bisoño a la hora de narrar la sencilla historia ideada por Wood quedando el discurso narrativo un tanto deslavazado e inconexo en demasiadas ocasiones.

En definitiva, “Víctor” es un tebeo prescindible, sólo recomendable si a ustedes les pirra lo gótico o, como yo, andan caninos y enrabietados por no ver nada publicado de Wood en España. Ojalá no tengamos que esperar otros treinta y tantos años…

Más de Robin Wood en El lector impaciente aquí.


Joan Baptista Humet (1950-2008)


En los largos viajes de carretera con el R-12, volviendo del pueblo en vacaciones, mis padres siempre ponían un viejo cassette de Joan Bautista Humet. "Clara" fue una de las primeras canciones que me conmovió y Humet el primer cantautor que escuché antes de saber que no todos los cantantes eran cantautores. Hasta Siempre.

D.E.P.

Día Internacional contra el Sida


Sin prevención, hasta ELLOS son vulnerables.