viernes, 18 de julio de 2008

“Las Torres de Bois Maury” de Hermann


Para explicar el origen de “Las torres de Bois-Maury” hay que tener en cuenta dos factores, la fascinación que Hermann siente desde niño por la Edad Media y la proverbial aparición en escena de su cuñado, Philippe Vandooren. En 1984, Hermann estaba preparando una historia corta de ambientación medieval para incluir en la recopilación de “Abominable” pero, a instancias de Vandooren y su agente, Ervin Rustemagic fue ampliando la historia hasta convertirla en el primer álbum de una nueva serie, “Las Torres de Bois Maury”.

La serie se divide en dos grandes ciclos claramente diferenciados, aunque la intención inicial de Hermann no fuera esa sino ir improvisando sobre la marcha. El primero, que consta de diez álbumes y se desarrolla en un momento indeterminado de la Alta Edad Media, se centra en la figura del Aymar de Bois-Maury, un caballero andante que junto a su escudero, Olivier, quien desea recuperar las tierras que le fueron arrebatadas a su familia en Bois-Maury. Conforme avanza la serie, Aymar se dará cuenta que la única manera de lograr su propósito es reunir un ejército para lo que participa en las Cruzadas. Cuando, finalmente, logra su propósito Aymar pone sitio a Bois-Maury para lograr el objetivo de su vida. Sin embargo, el más dulce anhelo puede volverse la más amarga de las victorias. A partir del undécimo álbum, se inicia el segundo ciclo del que se han publicado tres álbumes, que se denomina únicamente “Bois-Maury” y se centra, a través de aventuras autoconclusivas, en distintos descendientes del caballero Aymar.

En esta serie, Hermann da el do de pecho como narrador gráfico, realizando uno de los mejores frescos que se puedan leer en cualquier medio de cómo debió ser realmente la vida en la Edad Media. Aprovechando el carácter nómada del protagonista, Hermann va utilizando cada una de las historias de los álbumes para presentar distintos aspectos de la época otorgándole el peso de la narración a los distintos personajes cuyo nombre da título al álbum. De este modo, los primeros álbumes ambientados en el vagar de Aymar por Francia y el Camino de Santiago, cobijado en castillos, participando en torneos y ofreciendo protección a mercaderes muestran la vida del caballero andante al tiempo que cada una de las historias va ofreciendo las características de las distintas clases con las que se relaciona. De este modo, los primeros álbumes describen a la mísera vida de los siervos de la gleba adscritos al territorio y sujetas las mujeres al derecho de pernada, y la de los proscritos dispuestos a cualquier cosa por su supervivencia a través de un personaje Germán que desplaza del protagonismo al caballero Aymar. En los tomos cuarto y quinto, en cambio, Hermann se centra en la descripción de la vida de los nobles, tanto los privilegiados como los arruinados. Y es a partir del séptimo libro en el que Aymar toma el hilo narrativo de la serie para acometer en Las Cruzadas su objetivo principal, la reconquista de las altas Torres de Bois-Maury.





Hermann en esta serie realiza una soterrada reflexión acerca de las injusticias que conlleva la condición humana y los abusos que se producían en la época pero, en esta serie, de modo diferente a lo que ocurría en “Jeremiah” o “Comanche” no hay posicionamiento moral por parte de los protagonistas quiénes se muestran plenamente identificados con su época y asumen con naturalidad comportamientos que vistos en perspectiva nos resultarían reprobables. Por ese motivo, resulta sorprendentemente lograda la relación entre Aymar y Olivier, su escudero, que en ningún momento de la serie es de igualdad o camaradería, manteniéndose en todo momento los acusados roles sociales que diferenciaban a un señor aunque no tuviera tierras de un siervo. Hermann en su obsesión por el realismo no ofrece demasiadas concesiones a la hora de incorporar elementos fantásticos a la serie e incluso un elemento tan característico de la época como es el temor supersticioso de la población y la fuerza de lo religioso es usado por el autor para poner en tela de juicio su influencia y los abusos que en su nombre se cometieron, independientemente de la confesión. Sólo se puede considerar una excepción a esta regla el sexto libro de la serie, “Sigurd”, que a modo de interludio entre las aventuras en el Camino de Santiago y la partida a las Cruzadas presenta a Aymar en medio de una historia de corte fantástico en el que Hermann se permite coquetear con las leyendas nórdicas y los vikingos que, quizás por romper el hilo argumental de la obra no resulta una de las historias más logradas aunque a nivel estético raye a gran altura.


Hermann en esta serie se convierte en un narrador total, ansioso por encuadrar y contar todo lo que su inquieta imaginación ha pergeñado y demostrar todo lo aprendido a lo largo de su carrera, realizando un trabajo único tanto por el detallismo, realismo y crudeza con que acomete todas las situaciones dramáticas como por su personal forma de desarrollar las historias que lo convierten en un autor diferente y siempre sorprendente. En los tres primeros tomos de la serie, Hermann trabaja con Fraymond como colorista mientras que en el séptimo, y probablemente en los dos siguientes, lo hace con Zeljko Pahek en una decisión discutible puesto que en ocasiones éste tapa y emborrona el trazo brusco de Hermann.


La segunda gran etapa de la serie, “Bois-Maury”, de la que se han publicado en la actualidad tres volúmenes, se aleja bastante de la anterior en distintos aspectos. Por un lado, en los dos últimos álbumes Hermann cuenta con su hijo Yves a los guiones en varios álbumes, con lo que la obra pierde el sentido personal e independiente que tenía para ganar en planificación con lo que resulta más artificiosa y menos emotiva. La presencia de Yves se nota en el aumento en esos álbumes de los cuadros de texto y gruesos bocadillos, recursos de los que su padre siempre se ha mostrado poco partidario, haciendo a los personajes más grandilocuentes y barrocos frente al laconismo de los ideados por Hermann. Por otro lado, en estos tres álbumes, Hermann utiliza la técnica del color directo con espectaculares resultados a la hora de la ambientación de las historias. “Bois-Maury”, cuenta en álbumes autoconclusivos la historia de los descendientes del caballerro Aymar situándolos en diferentes periodos y lugares. Así, viajamos desde la Sicilia rebelde al rey de Nápoles de 1282 de “Assunta” al Flandes de 1525 bajo dominio español de “Dulle Griet”, pasando por la España de la Reconquista de 1325 de “Rodrigo”. Gracias a la nueva técnica, los álbumes ganan en espectacularidad y colorido a la hora de la ambientación de las situaciones aunque la serie, en general, haya perdido parte de la fuerza de sus orígenes. Quizás el album más ambicioso de este segundo arco es el que cierra de momento la serie “Dulle Griet” en el que tomando como punto de partida un álbum de Pieter Bruegel el Viejo, un Hermann, de nuevo en solitario, desarrolla una interesante historia con algún elemento sobrenatural que explica su relación con los descendientes de Bois-Maury.


A diferencia, de la mayor parte de las obras de Hermann, que vengo comentado “Las Torres de Bois-Maury” se ha publicado en su integridad en España de una manera coherente y bastante digna por Norma Editorial dentro de su colección Extra Color. A pesar de su calidad, la serie ha sido sorprendentemente descatalogada recientemente.

Trailer de “Watchmen”: me ha gustado lo que he visto, pero…





...quiero ver más. El trailer es ciertamente espectacular, cumple su objetivo de generar expectación (no tenía demasiadas esperanzas puestas en esta adaptación y ahora mi entusiasmo ha crecido pero aparte de una estética muy lograda no percibimos demasiado de la historia. Y, no olvidemos, que lo importante en “Watchmen” es la historia que Moore escribió y Gibbons dibujó.

De todos modos, es uno de los trailers que más me han gustado de los últimos tiempos.

Ahí arriba pueden juzgar ustedes.