viernes, 25 de enero de 2008

“Juegos de Manos” de Jason Lutes


Leer la primera novela gráfica de Jason Lutes, publicada en España por La Cúpula, es una buena manera de aproximarse a uno de los narradores gráficos más interesantes que hoy en día pululan por el cómic independiente americano y que, en el momento de su publicación, hace ya unos añitos, fue todo un descubrimiento para mí, no tanto por lo arriesgado de sus propuestas ni la espectacularidad de sus recursos, sino por la capacidad del autor de contar una historia original de un modo en que resulta imposible pensar tras su lectura que pudiera contarse de otra forma mejor.
Lutes planteó la historia como una encrucijada en la que convergen cinco personajes desesperanzados y abocados de manera directa a la depresión o el suicidio, cinco personajes en caída libre y con un futuro bastante negro que sólo en el mutuo apoyo parecen encontrar un resquicio para intentar salir adelante aunque tras su separación ninguno quede indemne ni sus heridas cicatrizadas. Los protagonistas son: Ernie, un joven mago deprimido por el recuerdo de la muerte de su hermano; Al un mago anciano escapado del hospicio con graves y progresivos problemas de memoria; Esther, la ex de Ernie, peleada con el mundo y consigo misma; Nathan, un timador sin suerte que espera dar un buen timo para dejar de vivir en el coche que comparte con su hija, Claire, quién perderá la inocencia infantil antes de tiempo. Lutes escribe un relato en la que la realidad les abofeteaeá cruelmente demostrando que ni la magia ni los finales felices existen y la ilusión sólo es un engaño.
Lutes, que, a pesar de su origen norteamericano reconoce como principales influencias a autores europeos como Hergé (ojo, al homenaje en el personaje del buhonero de la tienda de empeños) y Giardino ("Rapsodia Húngara"), hace un excelente ejercicio de planificación construyendo un cómic de corte existencialista, sobrio y contenido en la que todos sus elementos convergen para atrapar al lector desde las primeras páginas y no soltarle hasta el final, manteniéndole atrapado, tanto por el carácter coral de la obra, que permite elegir con que personaje identificarse como por la extraña fascinación que ejercen las desgracias de los protagonistas en el lector, al tiempo que se explora el lado más oscuro de la sociedad americana - tema explotado hasta la saciedad por el cine y la literatura-, dejando patente las posibilidades del Cómic como medio para hilvanar historias densas y complejas que puedan conectar con un lector adulto. Esta obsesión de Lutes por dignificar el medio y explorar al máximo sus capacidades narrativas contando historias interesantes, sin caer en el ombliguismo ni la excentricidad, sigue apreciándose en sus proyectos posteriores: la ambiciosa y excelente trilogía sobre la República de Weimar, “Berlín”, de la que Astiberri ha publicado la primera parte y anuncia la segunda para este año, y “Houdini, el Rey de las Esposas” junto al dibujante Nick Berttozzi ("El Salón"), de la que ya comenté algo por aquí.
Si todavía no han descubierto que la magia no existe y son sólo juego de manos, lean esta novela. Y si no conocen la obra de Jason Lutes no deberían dejar pasar más tiempo.