jueves, 31 de enero de 2008

Más Tricicle

Como ya les comenté antes, me quedé con ganas de más Tricicle tras ver ayer “Garrick” así que curioseando por Youtube he encontrado unos cuantos videos sacados de sus anteriores espectáculos:







Que los disfruten.

“Garrick” de Tricicle.



Desafiando a mis amígdalas que desde hace unos días van por libre, fuimos ayer a ver el último espectáculo de Tricicle, el veterano trío cómico formado por Carles Sanz, Paco Mir y Joan Gracia, que apura sus últimas representaciones en Madrid.
En este espectáculo, Tricicle homenajea a John Garrick, el popular cómico inglés del siglo XVIII cuyas obras los médicos recetaban como cura para la depresión. Partiendo de ese planteamiento, Tricicle han montado un espectáculo de una hora y media en la que la sucesión de “gags” tienen como única finalidad e interconexión entre sí la de provocar la son(risa) del espectador sin más. Nada tan sencillo y nada, por otro lado, tan complicado que, en mi opinión, los Tricicle sólo logran en parte porque si bien el espectáculo se deja ver con una sonrisa, aprovechando los actores la complicidad de un público bien predispuesto, dista mucho de lograr la carcajada (salvo contadas excepciones) que buscan. El espectáculo/conferencia de Tricicle se fundamenta en un humor sencillo y blanco, disfrutable por todos los públicos, y el grupo hace buen uso de lo aprendido a lo largo de sus 27 años de actuaciones por todo el mundo. Tricicle da buena muestra de su amplio repertorio gestual para concatenar gag tras gag en rápida sucesión, sin más apoyo en un escenario prácticamente desnudo que el uso de onomatopeyas, palabras sueltas o algún vídeo puntual.
El espectáculo se deja ver con agrado y los miembros de Tricicle se mueven con la soltura y habilidad que dan los años de experiencia aunque, en mi opinión, este espectáculo no se puede comparar en originalidad, ingenio y mala leche a los realizados por otros grupos como Imprebis e Yllana de los que ya les he comentado algo aquí y aquí. De los diferentes gags, destacaría sobre los demás los del faquir y su ayudante y el del museo, aunque estos tampoco sean excesivamente originales. El espectáculo deja con gana de más y, a pesar de su falta de frescura y a la ausencia de propuestas más arriesgadas y sorprendentes, logra su objetivo principal que no es otro que el de hacer pasar un buen rato al público, pero, eso sí, sin la brillantez de otras ocasiones.
Ya saben si se animan hasta el día 2 estarán en Madrid y el resto del calendario de la gira lo pueden consultar aquí.

miércoles, 30 de enero de 2008

“Negro Oscuro” de Mezzo&Pirus.

Los más veteranos conocerán ya la obra del tándem formado por el dibujante Victor Mezzo y el guionista Michel Pirus, porque sus obras han sido ya publicadas en España en revistas como “Viñetas” o “El Víbora” Autores con un gusto exquisito a la hora de hilvanar historias de perdedores, inadaptados y fracasados dentro de los cánones más convencionales del género negro. Autores que ha recuperado La Cúpula en una recopilación de tres álbumes (ocho historias), inéditos en España, titulada “Negro Oscuro” que ningún aficionado al género debería dejar pasar.”
Pirus sabe manejar perfectamente las convenciones del género negro asumiendo todo tipo de influencias literarias y cinematográficas, tanto de aquellos que fijaron en sus inicios sus convenciones como Hammet (“Cosecha Roja”), Chandler (“El Sueño Eterno”) ó Cain (“El cartero siempre llama dos veces”), o la de directores de cine que han renovado ambientes y roles dándole nuevos aires, como Tarantino (“Pulp Fiction”, “Reservoir Dogs”) o Synger (“Sospechosos Habituales”).
Las primeras seis historias cortas recogidas en un álbum titulado “Un mundo extraño”, cuentan historias de personas “normales” que bajo esa apariencia vulgar esconden personalidades salvajes, dispuestas a las más bárbaras soluciones para enfrentarse a las angustias de la cotidianidad: profesoras aficionadas a los “dulces”, chavales dispuestos a sacrificar a su perro por los besos de una mujer fatal o a matar a la novia de su padre para que no le eche de casa. En estas historias cortas es, además, donde Mezzo da lo mejor de sí con un dibujo en blanco y negro denso y conciso, que asume influencias tan variadas como las de Charles Burns (“Black Hole”), Frank Miller (“Sin City”) o José Múñoz (“Alack Sinner”) en la concepción de unos personajes tan deformes y monstruosos en apariencia como puede llegar a serlo su conducta. Entre estas historias cortas se encuentran las mejores de todo el libro y en las que se exploran mejor todas las posibilidades que proporciona el cómic. Me refiero a historias como “Jimmy”, en la que un periodista va interrogando a diversas personas que conocieron al difunto Jimmy para, a través de las versiones distorsionadas de cada uno de los testigos, ofrecer al lector un retrato tridimensional del personaje y las circunstancias de su muerte, ó la mejor para mi gusto “Miss Bow “, en la que desde una ingeniosa composición narrativa los autores consiguen que la historia se desarrolle desde tres puntos diferentes hasta el clímax final.
Las otras dos historias largas, “Killers” y “Mickey, Mickey”, son historias de género más que correctas
Killers” tiene claros tintes tarantinianos, una historia sobre asesinos a sueldo que deben realizar un trabajo aparentemente sencillo pero que, como no podía ser de otro modo, se acaba complicando. La fuerza de la historia radica en los diálogos aparentemente intrascendentes que marcan la narración y dosifican la tensión entre los dos ejecutores y un control excelente del ritmo narrativo y un clímax que supone la violenta realización del encargo para decrecer hacia un desenlace medido e ingenioso resuelto gráficamente de manera genial.
Y, por último, “Mickey, Mickey”, es la más floja de todas en mi opinión. Una historia sobre un atraco a un banco que sale mal. La composición y las perspectivas excesivamente forzadas para mantener la atención del lector se vuelven por momentos confusas y afectan a una historia que aunque nos han contado miles de veces, Mezzo&Pirus, intentan renovar dotándola de un punto de originalidad que aunque a mí personalmente no me acaba de convencer del todo resulta interesante y entretenida.
La edición de La Cúpula es más que correcta y el precio para los tiempos que corremos se me antoja asequible para cualquier bolsillo. Así que si son aficionados al género negro y les gusta viajar entre viñetas por el lado más sucio de la vida, no dejen pasar este cómic.

martes, 29 de enero de 2008

“Los Crímenes de Oxford” de Alex de la Iglesia.

El sábado tocó ración de cine así que tras el obligado atraco en taquilla (¡siete euros que cuesta ya la entrada!) nos decidimos por la última de Alex de la Iglesia, un director con cuyas películas anteriores cargadas de humor negro y originalidad siempre he conectado bien desde su famoso corto, “Mirindas Asesinas” y el borrón de “Acción Mutante” por medio. Sin embargo, “Los Crímenes de Oxford” no ha estado a la altura de las expectativas creadas.
Martin (Elijah Wood), es un joven matemático norteamericano que llega a Oxford para convencer al excéntrico y genial Arthur Sheldon (John Hurt) para que dirija su tesis a lo que este no parece muy dispuesto. Sin embargo, el descubrimiento por ambos de la anciana patrona de Martin y antigua amiga de Sheldon asesinada, unirá sus destinos en una investigación para intentar encontrar a su asesino. Un asesino en serie que a través de una serie matemática avisa de sus futuros crímenes los cuáles si no fuese por esos avisos pasarían desapercibidos. Sheldon y Martin se alían en una carrera contra el tiempo para desentrañar la serie del asesino, entender sus motivaciones y evitar más muertes en una investigación en la que casi todos los personajes son sospechosos.
La película de Alex de la Iglesia, basada en una novela del argentino Guillermo Martínez, tiene un arranque interesante que atrapa al espectador: una conferencia de Sheldon/Hurt en la que defiende las tesis de Wittgenstein: la filosofía está superada y no se puede alcanzar la Verdad ni siquiera por medios matemáticos, premisa que sustentará todo la trama posterior. La dupla protagonista, Hurt/Wood, queda definida y John Hurt, en un papel hecho a su medida, lanza el lazo para atrapar al espectador. Sin embargo, a pesar de ese buen arranque la película se pierde en una investigación carente de intensidad y emoción. Alex de la Iglesia juega a ser Hitchcock y olvida la primera lección: para crear suspense lo primero que hay que lograr es captar la atención del espectador y mantenerle engañado sin que se dé cuenta del engaño. Sin embargo, los cebos del guión de Alex de la Iglesia resultan demasiado burdos en una trama excesivamente previsible, con unos sospechosos demasiado falsos y evidentes, sin que logren engañar a nadie e intuyéndose demasiado pronto quién es el asesino, aunque no se conozcan sus motivaciones hasta prácticamente el final de la historia. La película traquetea irregular y desvaída hasta su predecible final en un cara a cara entre profesor y alumno en el que Hurt le da una última lección al advenedizo Wood y confirma la premisa inicial: no se puede alcanzar la Verdad ni por medios matemáticos.
La película cuenta con un excelente reparto del que Alex de la Iglesia debería haber sacado mejor partido en el que sobresale un John Hurt (“El Hombre Elefante”, Alien, el octavo pasajero”, “El Expreso de Medianoche”) siempre solvente, a gusto en el papel que le toca interpretar, y un Elijah Wood (“El Señor de los Anillos”, “Sin City”)que a mí personalmente me pone de los nervios (me pasa lo mismo con el alter ego de "Spiderman", Tobey Maguire ) dando la sensación durante toda la historia de ser un huérfano sin nadie que lo quiera (aunque su personaje en la película liga con la mirada: chica que ve, chica que seduce el bueno de Martin con su caída de ojos y su camiseta sudada),incapaz de dar la réplica a Hurt en un duelo interpretativo del que sale bastante mal parado. Probablemente, la película habría ganado en interés con una mayor aportación de la carnal Leonor Watling (“Hable con ella”) y, sobre todo, de la perturbadora Julie Cox, quien en sus escasas apariciones es la única capaz de incorporar un elemento inquietante en el ramplón y llano guión perpetrado por de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarria. Ambas hacen lo que pueden con unos personajes parcial y escasamente desarrollados.
Un pésimo desarrollo de los secundarios que en definitiva es la que lastra completamente una historia de suspense sin suspense y desvirtúa el buen trabajo que de la Iglesia realiza como realizador, dando como resultado una película irregular, deshilvanada y plana ideal para ver un sábado por la tarde tumbado en el sofá pero que no justifica gastarse siete euros en ella.
Ustedes mismos.

lunes, 28 de enero de 2008

Angoulême, mon amour.



Un año más en esa pequeña ciudad francesa ha tenido lugar el que todos consideran el mejor festival que se celebra en Europa en esto de los cómics y un año más me he quedado con las ganas de ir. Cuando era más joven, mis limitaciones económicas y lingüísticas lo hacían imposible y hoy por hoy mis condicionamientos familiares (aunque no pierdo la esperanza de convencer a mi media naranja, que a fin de cuentas es un festival en la belle France) y laborales lo siguen haciendo igual de complicado.
De los premiados no puedo entrar en muchas valoraciones porque debo confesar que desconozco la mayoría de las obras pero hay algunas que ya han sido publicadas en España como “RG” ó “Metralla”, que me llaman tanto que más pronto que tarde las verán comentados por aquí (¿“RG” se ha agotado en Madrid?. No lo encuentro en ninguna parte) También espero que de la selección oficial veamos publicados pronto en España algunos títulos con una pinta estupenda (“Crónicas Birmanas” de Guy Deslile y “Par les chemins noir” de David B. por ejemplo) aparte de los ganadores, obviamente, que doy por hecho aparecerán pronto. El Gran Premio de la Villa a Dupuy&Berberian sí que puedo opinar, premio merecidísimo y lo que extraña es que no lo hayan recibido antes siendo autores franceses.

Si quieren ver la lista completa de los Premiados pinchen aquí y si quieren darse un paseo por el Festival para ver lo que se han perdido háganlo aquí.

domingo, 27 de enero de 2008

“La Esppaña de Rajoy” y “La Eszpaña de Zapartero”, ese no es el camino




Como un capitulo más de la precampaña electoral que vivimos, han aparecido publicadas la semana pasada estas dos “joyitas” de la editorial catalana Grup 62, firmadas por plumas tan insignes como César Vidal y Enric Sopena, respectivamente.
Adelanto que no las he leído y ni pienso leerlas, porque no soporto a los autores ni sus "opiniones" en sus ámbitos habituales (televisión, radio, prensa) así que dudo mucho que pudiera asumir esta incursión alevosa en el mundo del cómic, ámbito que prefiero mantener inmaculado de su presencia perniciosa, por lo que si quieren leer un comentario sobre las obras pueden hacerlo aquí.

Sin embargo la publicación de dos obras de este tipo me provoca varias reflexiones: primero, que es saludable para el Cómic que se publiquen obras de este tipo para su incorporación como medio transmisor de ideas y generador de debate a la par que cualquier otro, (algo que cualquier aficionado y visitante habitual a la blogosfera tiene bastante asumido. Y, como muestra, un botón) pero la mayor parte de la sociedad no; segundo: que cualquier obra requiere de unos autores que conozcan el medio en que se desenvuelven para que aunque sus contenidos puedan gustar más o menos tenga un mínimo de calidad, y no, como es el caso, de “vedettes” mediáticas ni mercenarias más preocupadas en que su nombre figure bien grande en portada (¿el dibujante no cuenta o es que prefiere no figurar al lado de estos dos? ; tercero, que las ventas que puedan tener estas obras, que imagino serán importantes, no van a ayudar a atraer nuevos lectores ni a mejorar la imagen del Cómic por la mayoría de la sociedad que lo desconoce, porque, intuyo, que estos cómics están dirigidos a un público no interesado precisamente por el Cómic sino por las opiniones y valoraciones que puedan hacer estos iluminados y por la presencia de los dos principales candidatos como protagonistas, con lo que su interés terminará en el momento en que finalice la lectura de la obra.

En definitiva, que si queremos reivindicar el Cómic frente al resto de la Sociedad, obras oportunistas como estas no creo que sean el camino, independientemente de la proyección mediática que puedan tener.

viernes, 25 de enero de 2008

“Juegos de Manos” de Jason Lutes


Leer la primera novela gráfica de Jason Lutes, publicada en España por La Cúpula, es una buena manera de aproximarse a uno de los narradores gráficos más interesantes que hoy en día pululan por el cómic independiente americano y que, en el momento de su publicación, hace ya unos añitos, fue todo un descubrimiento para mí, no tanto por lo arriesgado de sus propuestas ni la espectacularidad de sus recursos, sino por la capacidad del autor de contar una historia original de un modo en que resulta imposible pensar tras su lectura que pudiera contarse de otra forma mejor.
Lutes planteó la historia como una encrucijada en la que convergen cinco personajes desesperanzados y abocados de manera directa a la depresión o el suicidio, cinco personajes en caída libre y con un futuro bastante negro que sólo en el mutuo apoyo parecen encontrar un resquicio para intentar salir adelante aunque tras su separación ninguno quede indemne ni sus heridas cicatrizadas. Los protagonistas son: Ernie, un joven mago deprimido por el recuerdo de la muerte de su hermano; Al un mago anciano escapado del hospicio con graves y progresivos problemas de memoria; Esther, la ex de Ernie, peleada con el mundo y consigo misma; Nathan, un timador sin suerte que espera dar un buen timo para dejar de vivir en el coche que comparte con su hija, Claire, quién perderá la inocencia infantil antes de tiempo. Lutes escribe un relato en la que la realidad les abofeteaeá cruelmente demostrando que ni la magia ni los finales felices existen y la ilusión sólo es un engaño.
Lutes, que, a pesar de su origen norteamericano reconoce como principales influencias a autores europeos como Hergé (ojo, al homenaje en el personaje del buhonero de la tienda de empeños) y Giardino ("Rapsodia Húngara"), hace un excelente ejercicio de planificación construyendo un cómic de corte existencialista, sobrio y contenido en la que todos sus elementos convergen para atrapar al lector desde las primeras páginas y no soltarle hasta el final, manteniéndole atrapado, tanto por el carácter coral de la obra, que permite elegir con que personaje identificarse como por la extraña fascinación que ejercen las desgracias de los protagonistas en el lector, al tiempo que se explora el lado más oscuro de la sociedad americana - tema explotado hasta la saciedad por el cine y la literatura-, dejando patente las posibilidades del Cómic como medio para hilvanar historias densas y complejas que puedan conectar con un lector adulto. Esta obsesión de Lutes por dignificar el medio y explorar al máximo sus capacidades narrativas contando historias interesantes, sin caer en el ombliguismo ni la excentricidad, sigue apreciándose en sus proyectos posteriores: la ambiciosa y excelente trilogía sobre la República de Weimar, “Berlín”, de la que Astiberri ha publicado la primera parte y anuncia la segunda para este año, y “Houdini, el Rey de las Esposas” junto al dibujante Nick Berttozzi ("El Salón"), de la que ya comenté algo por aquí.
Si todavía no han descubierto que la magia no existe y son sólo juego de manos, lean esta novela. Y si no conocen la obra de Jason Lutes no deberían dejar pasar más tiempo.

jueves, 24 de enero de 2008

Interzona, una buena iniciativa


Acabo de terminar de leer a ratos muertos el número cero de la nueva revista “Interzona”, un proyecto que quiere ser anual surgido de las IV Jornadas de Cómic de San Sebastián y su Semana de Cine Fantástico y de Terror. Una revista que reúne a lo mejorcito de las últimas generaciones de dibujantes y “divulgadores” que han surgido últimamente y están dando a conocer su obra a través de fanzines, revistas y, sobre todo, Internet, junto a otros nombres contrastados del mundillo. Tipos como Paco Alcázar, el Sr. Ausente, Chema Garcia, Jorge de Cascante, Félix Díaz, Elpablo, Mauro Entrialgo, Carlos Hart, Kano, Miguel Ángel Martín, Henán Migota, Miguel Núñez, Jorge Parras, Pepo Pérez , Sergi Puerta, David Rubin, Santiago Sequeiros, John Tones o Carlos Vermut, con Borja Crespo y Rubén Lardín de coordinadores.
La revista está excelentemente editada y presentada (con algún error en la rotulación de alguna historia a mejorar en próximas entregas), los textos sin ser rigurosos en algunos casos están bien escritos, son frescos y originales y se notan las ganas de hacerlo bien. En el apartado gráfico dejando aparte la impactante galería de ilustraciones dedicada a Hideshi Hino (“El Niño Gusano”) destacan – como en casi todas las publicaciones en las que colaboran – las historias de Carlos Vermut y David Rubín, mientras que la de Chema Garcia si bien es impactante y llena de fuerza queda coja a nivel narrativo.
El precio resulta bastante ajustado teniendo en cuenta la periodicidad anual.

Un proyecto a seguir e imitar.

Más información aquí.

Oportunidad



Veo anunciado por aquí que probablemente para el año que viene tengamos película de “Las extraordinarias aventuras de Adèle Blanc-Sec” en el cine dirigida por Luc Besson (“El Quinto Elemento”), un director al que le doy un voto de confianza. Otros, en cambio, están pelín asustados… Sin embargo, con lo que me quedo de todo esto es con la gran oportunidad con la que cuenta Norma de apuntarse un tanto y publicar completa una de las mejores series de mi nunca suficientemente admirado Jacques Tardi. Por favor, que alguien recupere esta serie YA.

¿Qué no conocen la serie? Pinchen aquí o aquí.

miércoles, 23 de enero de 2008

El 11-M en cómic: ¡Qué miedo!

Parece que Panini se va a apuntar un buen tanto con el nuevo cómic sobre el fatídico”11-M” que están preparando Antoni Guiral, Pepe Gálvez y Jesús Redondo dado el pequeño aluvión de noticias que está generando en la prensa escrita como se puede apreciar aquí o aquí. Hoy mismo “ABC” en su versión escrita informaba sobre el respaldo de la Judicatura al proyecto, con las reservas lógicas al tratarse de un procedimiento abierto todavía, del que no existe sentencia firme y todavía deben resolverse varios recursos pendientes.
Panini no ha inventado la pólvora y su propuesta no es original. Sigue de manera obvia la estela del “Informe 11-S” y su fin es atraer al cómic a un potencial lector que no encuentra en sus temáticas, probablemente por desconocimiento, interés pero sí por la actualidad. Una fórmula que ha tenido éxito fuera de nuestras fronteras y dentro de ellas con el cómic sobre la selección de baloncesto campeona del mundo que batió records de venta, "Big in Japan".
Espero que los autores den en el clavo y sepan hacer una obra a la altura de las circunstancias, cosa que preveo no será nada fácil dadas las suspicacias, resquemores y manipulaciones que se han producido en torno a estos hechos y el poco tiempo transcurrido. Me parece una enorme responsabilidad, sobre todo, evidentemente, con las víctimas, pero también con todos los que creemos que una obra de este tipo puede marcar un antes y un después sobre la percepción que pueda tener el españolito medio acerca de las potencialidades del Cómic como medio. Una responsabilidad quizás excesiva.
Probablemente sea demasiado pronto para una obra de estas características pero hay que alabar el atrevimiento de Panini de afrontar este reto. Ojalá salga bien…

Heath Ledger (1979-2008)

Ya les imagino a todos enterados de la muerte del rubio de “Brokeback Mountain” a una edad a la que a uno si es actor yanqui, guapo y salvaje le convierten en un pis pas en mito. Tengo que reconocer que la tan aclamada “Brokeback Mountain” de Ang Lee no la he visto por no haberme recuperado todavía del coñazo que perpetró Lee en“Hulk”. Sin embargo, tenía muchas ganas de ver su interpretación de Joker en “The Dark Night” con esa imagen tan oscura, tan siniestra que se desprende de las fotos y que tanto recuerda al Cuervo de ese otro muerto antes de tiempo, Brandon Lee. Supongo que algún siniestro productor (más siniestro y más cruel que el Joker seguramente) estará flotándose las manos pensando en la publicidad que le va a suponer a la película pero yo no puedo dejar de darle vueltas a que los mejores papeles de Ledger estaban por llegar y nos vamos a quedar con las ganas. Una lástima.

Aquí un enlace con la filmografía de Ledger como pueden ver había un poco de todo.
D.E.P.

Cómics de género, por favor…




Tengo la impresión desde hace tiempo que el cómic de género –cualquier género, elijan el que menos les guste- está desprestigiado frente al eco que reciben las obras de autores, si se quiere más personales, si se quiere más “artistas”, si se quiere más “de autor” (elijan la que quieran porque, independientemente, de la coletilla que incorpore ya saben a qué tipo de cómic me refiero) a los que se pretende de algún modo ensalzar contraponiéndolos con el honrado y mediocre cómic de género. Me da la impresión leyendo algunas opiniones que para ensalzar a unos hay que desprestigiar necesariamente a los otros y me temo que hay algo tremendamente equivocado en ese planteamiento. Probablemente, el género que resulta más desprestigiado desde esos posicionamientos sea el único que el Cómic puede considerar como propio y ha exportado a otros medios como el cine, el superheroico, que, si bien, es cierto parece destinado a una lenta agonía no creo que ello sea debido a la falta de posibilidades del mismo sino más bien a las imposiciones editoriales que frenan desde hace décadas su evolución supeditadas a criterios exclusivamente económicos.
El cómic de género es el tebeo popular, el tebeo que vende, más allá del éxito puntual que pueda tener una obra en concreto. Al negar el cómic de género se niega el cómic popular frente a una concepción elitista de la historieta y de la cultura, que impedirá en último término que el cómic salga nunca de un gueto cultural todavía no tan lejano. Al negar el cómic de género se niega a tipos como Segar, Raymond o Barry, a Kurtzman, a Kirby, a Eisner, Moore ó Miller, tipos que desde un planteamiento abiertamente populista y “de género” hicieron que este medio se desarrollase y sus enseñanzas pudieran ser aprovechadas posteriormente en obras más inclasificables (me niego a no considerar personal las obras de cualquiera de estos monstruos) por otros autores. La esperanza actual que supone el manga no deja de explotar hasta la saciedad un concepto que no hace más que renovar la relación esencial entre cómic/cómics de género y cómic popular coexistiendo con otro tipo de obras más arriesgadas o experimentales. Pero que nadie se engañe, sin las unas no pueden darse las otras y pretender considerar superados los géneros es obviar la historia misma del cómic. Y sin historia no hay ni presente ni futuro.

martes, 22 de enero de 2008

“Expiación: más allá de la pasión” de John Wright


Bajo tan barroco título se nos ofrece la última apuesta del director de “Orgullo y Prejuicio”, John Wright, para convertirse en la gran triunfadora de los Óscar de este año. Y, probablemente, se lleve una buena recua de estatuillas, pues se trata de un dramón de elevado presupuesto muy del gusto de los señores académicos pero que a mí me ha resultado brillante por momentos, los menos, e irregular y aburrida, los más.
“Expiación” está basada en una novela del inglés Ian Mc Ewan, que confieso no haber leído, y cuenta la historia de cómo la pequeña Brione Tallis, una niña ñoña y soñadora de la alta sociedad británica por una concatenación de confusiones y malentendidos destroza la vida de tres personas: la de su bella y sofisticada hermana Cecilia; la de Robbie, el amante de esta e hijo de la dama de llaves de la fastuosa familia Tallis, y la suya propia. Su error llevará a Robbie a la cárcel y, más tarde, a enrolarse en el ejército para participar en la II Guerra Mundial y la desastrosa retirada de las tropas inglesas de Dunkerque. Brione dedicará el resto de su vida y su obra como escritora a intentar expiar la culpa que la consumió por el error que cometió.
Wright plantea una gran superproducción como si de un ejercicio de estilo se tratara, estructurando la historia que de manera que va ganando en intensidad conforme avanza pero que ,en demasiados momentos del primer tercio de la historia, se pierde en un ensimismamiento de gran belleza visual pero que enerva a cualquiera que espere que la historia que le están contando avance.
La película me recuerda -y no me pregunte por qué- “Las Horas” de Stephen Daldry con la que comparte el gusto por mezclar realidad y ficción pero que mientras ésta última diferencia en cada momento al espectador de una manera clara en qué estadio está viviendo, la película de Wright no desvela y alcanza su plenitud hasta el final de la misma con la lacónica, intensa y magistral intervención de Vanessa Redgrave como una anciana Brione que da la puntilla dramática y aclara el destino de Cecilia y Robbie en un contraste magnífico respecto al discurso general de la historia. La película adolece por momentos de una falta de ritmo alarmante perdida en el efectismo visual, el virtuosismo técnico y la amplitud de medios con los que cuenta el director, que se hace palpable sobre todo durante su primer tercio, desarrollado en la mansión de los Tallis. La lentitud con las que - imagino - Wright pretende transmitir la pereza y bochorno de un día caluroso en la campiña inglesa resulta demasiado cansina al dedicarle el detallista director excesivo tiempo. Esta parte de la historia salvando las abisales distancias recuerda al gran Ingmar Bergman de películas como “Fresas Salvajes” o “Fanny y Alexander” pero lo que en este último resulta intenso en Wright es aburrido. La puesta en escena excesivamente teatral y amanerada también tienen ecos de Bergman – sólo ecos lejanos - aunque el trabajo de todo el reparto resulta excelente dada la dificultad de hacer creíbles personajes tan complejos, destacando, aparte de la mencionada Redgrave las actuaciones de Keira Knightley, mucho más guapa interpretando a Cecilia que de pirata, y la jovencita Brione interpretada por Saoirse Roman. Mejora la cosa conforme avanza con las escenas de la retirada de Dunkerque con un excelente plano secuencia de la playa sobresaliente y que, para mí, por sí solo merece pagar la entrada pero para más de uno la soporífera primera parte habrá herido de muerte la historia quitándole cualquier mérito posterior. Lo que nadie podrá negar es la excelente ambientación de la historia y el magnífico trabajo de fotografía realizado por Seamus Mc Garvey, que logran imágenes de una gran belleza aunque luego puestas en movimiento y en el contexto de la historia (que de eso trata el cine) no acaben de funcionar todo lo bien que deberían o la más que correcta banda sonora de Dario Marianelli.
Si les gustan los amores imposibles y disfrutar de las potencialidades de los movimientos de cámara no dejen de ver esta bonita película con demasiada nata para tan poco pastel.

lunes, 21 de enero de 2008

“Arrugas” de Paco Roca


A finales del año pasado salió casi desapercibida en el torbellino de novedades esta pequeña joya que Paco Roca (“El Faro”, “Hijos de la Alambra”) nos ofrece de la mano de la editorial Astiberri y que, sin duda, hay que incluir en cualquier listado de los mejores del año (en mi listado ocupa el segundo lugar, ya saben cuál es el primero).
A través de la historia de Emilio, un director de banca jubilado, Roca nos sumerge en la perplejidad del que ve cómo el tiempo va dictando inexorablemente sentencia, primero con el ingreso en una residencia y la traición de los hijos; más tarde, con la conmoción de entender que la conciencia, la identidad que nos define, desaparecen poco a poco víctimas de una batalla perdida de antemano frente a una enfermedad tan cruel como el Alzheimer. El autor construye una historia cercana, en el que todos reconoceremos en las anécdotas de Antonia, Anselmo, Ernesto, Miguel o el resto de los compañeros de residencia de Emilio las de un padre o un abuelo, provocando al tiempo la amargura y la sonrisa de lo cercano y cotidiano en un álbum cuyo contenido llega a lo más hondo y no puede dejar a nadie indiferente.
Tras el trasfondo de la aventura, vivencias y amistad de los protagonistas hay una realidad que nos afecta a todos, aunque la sociedad y algunos crédulos pretendan negar la evidencia: el tiempo pasa para todos y los achaques, la decrepitud y, en definitiva, la temida vejez está a la vuelta de la esquina y nada podemos hacer para evitarlo. Pero, aunque este mensaje subyace a lo largo de toda la historia, Roca prefiere centrarse en el día a día de los ancianos de la residencia, sus alegrías y sus penas, miedos y heroicidades diarias dosificando las dosis de sentimentalismo para no caer en lo melodramático y restar credibilidad a la historia que nos cuenta, ni opinar sobre los hechos que narra, dejando que la historia hable por sí misma y cada lector saque sus propias conclusiones. Si en “El Faro”, los personajes resultaban demasiado rígidos en el marco de una historia excesivamente previsible, en “Arrugas” no repite errores y sabe insuflar a todos los personajes que pueblan sus páginas de una reconocible humanidad que es muy infrecuente encontrar hoy en día en un cómic y debe servir para confirmar al autor en un puesto muy alto dentro de los historietistas nacionales. Dotado de un gran talento narrativo, Roca expone una amplitud de recursos sorprendente y lleva al máximo las posibilidades del medio para acercarnos a la realidad de una enfermedad, el Alzheimer, que, como bien describe, va minando las capacidades de los enfermos hasta convertirles en meras carcasas de las personas que las ocuparon. Con habilidad Roca incorpora a la narración pequeños retazos de la juventud y la niñez de los ancianos para mostrarnos quizás el cómo fueron o cómo se imaginan que fueron una vez. El dibujo es fluido y detallista, los diálogos medidos y creíbles, y se percibe mucho del cariño y cuidado que el artista ha debido poner en la obra. Todo confluye en el resultado final: un cómic redondo y conmovedor, que no deben dejar de leer ni recomendar a todos aquellos que conozcan. Si en mi mano estuviese sería lectura obligatoria en todos los colegios. Porque insisto, no lo olvidemos, dentro de más o menos años, nosotros podemos ser cualquiera de los personajes de Roca.
Si quieren visitar la página del artista y ver algo de su próxima obra pinchen aquí.

sábado, 19 de enero de 2008

Bobby Fischer (1943-2008)

Con un par de días de retraso, me he enterado de la muerte en Reyjkavik de Bobby Fischer, el campeón mundial norteamericano de ajedrez que terminó con el predominio de los rusos en un juego/deporte que hasta su aparición dominaban de manera apabullante.
Fischer, de no haber existido en vida estoy seguro que habría triunfado como protagonista de alguna novela de espías a lo John Le Carre si hubiera existido un escritor con la suficiente imaginación como para construir un personaje tan poliédrico, extravagante y genial. Desde Brooklyn a Reyjkavic para destronar al por entonces intratable campeón ruso Spassky en un torneo a 21 partidas. Convertido en personaje mediático e instrumento propagandístico de la Guerra Fría, Bobby, que había sido un chico problemático en su niñez, digirió mal (¿o bien?)ser el centro de atención y desapareció de la vida pública hasta 1992 donde regresó para vencer a Spassky y ganarse el buen dinero de la bolsa, aunque ello supusiera ser considerado traidor por el gobierno de los EEUU, olvidadizo con los servicios prestados por su otrora héroe. Con la aparición de Internet, las leyendas sobre Bobby crecieron apareciendo en foros de vez en cuando noticias sobre su aparición en tal o cuál sitio para jugar partidas “online” pero realmente desde su desgraciado arresto en Japón y su frustrada extradicción a EEUU, frustrada por el gobierno islandés, Fischer llevó una vida tranquila y anónima en Islandia.


D.E.P.

viernes, 18 de enero de 2008

“La piedra negra y otros relatos de horror sobrenatural” de Robert E. Howard.


No he podido evitar sentir un poco de nostalgia al volver a leer de nuevo “La Piedra Negra” un relato que leí por primera vez en mi ya lejana adolescencia en la recopilación que hizo Alianza Editorial de “Los Mitos de Tchulhu”. Ya en ese temprano moment intuí que Howard era mucho más que el creador literario del Conan marveliano que devoraba en los cómics Forum. Si simplemente por esa creación Robert E. Howard ya se merecería un buen terruño en la tierra prometida de la Fantasía Heroica, los más de doscientos relatos que publicó a lo largo de su corta vida le convierten en uno de los autores que más han influido en todos los que vendrían después, rebasando incluso su obra en variedad, estilo y sentido, en mi opinión, a la de su gran amigo, H.P Lovecraft.
Los nueve relatos incluidos en esta recopilación que ofrece Valdemar son una buena prueba del talento de Howard para construir historias llenas de personajes sólidos, ambientes exóticos y civilizaciones perdidas; desde el desierto misterioso, la brumosa Britania, o las extensas llanuras norteamericanas el contacto con lo sobrenatural y lo extraordinario no medra a los protagonistas arquetípicos de Howard, aventureros duros, hechos a sí mismos y dispuestos a hacer frente a cualquier espanto que se les ponga por delante.
El estilo pulp de Robert E. Howard es una mixtura de Arthur Machen, Jack London y Edgard Allan Poe, autores cuya sombra se aprecia en más de uno de los relatos que forman la antología pero que no merman la originalidad de los planteamientos de Howard sino que los enriquecen gracias a la mezcla exacta que logra Howard de elementos fantasmagóricos, románticos y aventureros de los que los anteriores son precursores y pioneros. Probablemente, los mejores cuentos de la recopilación sean “La piedra negra” que da título a la recopilación y de clara vocación macheniana, “El corazón del viejo Garfield” con más de una semejanza con “El corazón delator” de Poe, y, sobre todo, “Los gusanos de la tierra”, en el que aparece uno de sus grandes personajes, el último rey picto Bran Mak Morn.
.La estupenda edición de Valdemar dentro de la colección “El Club Diógenes” (Si algun aficionado a estos géneros todavía no conoce esta colección está en pecado mortal) a un precio muy ajustado resulta una oportunidad que no debe dejar pasar ni el fanático de la fantasía acerimo ni ningún lector que no quiera dejar de pasar un rato entretenido, sobrecogiéndose en los mundos imaginados por Howard, un autor a reivindicar por ser mucho más que el creador de Conan.

jueves, 17 de enero de 2008

Las Novedades que vienen…


Acabamos de terminar con el maremagnum de novedades y las editoriales empiezan a filtrar ya los platos fuertes que preparan para el próximo Salón de Barcelona sin respiro para que el sufrido aficionado pueda recuperar mínimamente su mermada bolsa.
De lo filtrado y anunciado yo destacaría las siguientes:

Norma prepara “Percevan” de Léturgey y Luguy. Una serie de magia y brujería de la que ya publicó hace años Grijalbo diez álbumes y que en Francia lleva trece y dos integrales. Aunque Norma no adelanta mucho más esperemos que opte por la publicación de los integrales de la serie.

Y por “La BD” también me entero de la publicación por parte de Planeta de un “western” que reúne a dos de los gandes del cómic europeo: Greg y Hermann. Estoy hablando, claro, de “Comanche”, que en España ya ha visto publicados algunos álbumes y cuya semblanza realiza mucho mejor que yo Rafa Marin en “Crisei”. De momento, Planeta publicará el primer integral de la colección a un precio bastante ajustado (25 euros).

Parece que este año las grandes van a apostar por la recuperación de clásicos europeos algo lógico teniendo en cuenta que mantener el ritmo de novedades y las demandas de títulos con gancho para los lectores españoles cada vez les debe resultar más complicado (aunque el mercado francés es una fuente inagotable). Lo importante es que en el mercado haya variedad para que el lector pueda elegir y que estas ediciones novedosas duren lo suficiente en las librerías para permitirle espaciar las compras, algo que de momento parece una quimera.

De todos modos, a quién no le vaya el europeo la nueva editorial Apa-apa anuncia una selección de independiente yanqui de lo más apañada (¡Qué se prepare La Cúpula que parece que ya tiene competencia directa!).

De todos modos, ya saben, que el Cómic sigue en crisis, ¿eh? Que nadie se equivoque.

miércoles, 16 de enero de 2008

A seguir…

Tenía un par de enlaces que añadir ahí al lado, en los favoritos de la derecha. Los llevaba siguiendo desde hace algún tiempo y todavía no figuraban glosados:

Por un lado, “Historias de un Marvelita”, un blog que al parecer conocía todo el mundo menos yo y donde el amigo Ternin opina sobre todo lo opinable, y lo que es más importante, genera opinión. Si no lo había incorporado antes es porque no tenía muy claro con esto de la depresión generalizada que hay si se iba o se quedaba pero, al parecer, es más bien lo segundo. Me alegro.

Por otro, el blog de Manel Fontdevila en Público, una visita obligada para ver como este hombre diariamente es capaz con el filo de su lápiz de cortar como con un cuchillo alguna de las hipocresías de nuestra sociedad.

Que los disfruten…

“JSA 1” de Geoff Johns y Dale Eaglesham ¡Qué gran número 1!

Pues sí, señores (y señoras), me ha gustado mucho este primer número de la remozada Sociedad de Justicia de América (¿costaría mucho darle la vuelta a la J y la S del título y castellanizarlo?) tras las Crisis Infinitas, Cincuentaydoses y demás saraos montados en el Universo DC en los últimos tiempos, de hecho, creo que es el mejor inicio/relanzamiento de colección que recuerdo -y eso que ya llevo unos cuantos a mis espaldas- basado en argumentos de contenidos más allá de los marketings baratitos.
Geoff Johns ("Nuevos Titanes"), un guionista de larga trayectoria en DC, que conoce su oficio perfectamente, y con las manos libres, aparentemente, para hacer lo que quiera con unos personajes de segunda fila que nunca han tenido excesivo éxito ni han gozado de grandes ventas pero que conoce bien al haber trabajado con ellos anteriormente es el que lleva las riendas de este proyecto que ha nacido con muy buena pinta.
Un primer número suele ajustarse a una fórmula trillada hasta la saciedad: unos personajes desconocidos (o conocidos) son presentados por separado mientras se gesta una amenaza más o menos terrible. Los tipos se unen para acabar con la amenaza y como se caen bien y la cosa cuaja continuarán unidos mientras que las ventas acompañen. Johns sin traicionar este esquema lo revitaliza en la nueva SJA.
Un primer número debe atrapar a nuevos lectores con personajes frescos y accesibles que no obliguen al lector nuevo a conocer hasta el más ínfimo detalle de la vida del personaje ni dejen al lector veterano con la sensación que conoce más de los personajes que el propio guionista. Esto también lo consigue Johns en este número finiquitando concisamente los orígenes del grupo (que no debemos olvidar es el más veterano de DC) y centrándose en abrir varias tramas interesantes con las que atrapar al lector. Usando hábilmente su talento para escribir diálogos creíbles y precisos y manejar las relaciones interpersonales de los personajes caracteriza perfectamente a los personajes con los que va a trabajar en unas pocas frases (ojo, que esto otros no lo consiguen ni en toda una colección) al tiempo que dota a la historia principal de un ritmo ágil, dosificando perfectamente la información y administrando pequeñas sorpresas para que el lector se mantenga atrapado en la lectura. Johns sabe cuando tiene que escribir y cuando debe dejar que la narración fluya a través de las viñetas dejando que Dale Eaglesham (“Villanos Unidos”) se luzca en su tratamiento de los personajes y diseñando las escenas de acción justas sin abusar en demasía de recursos como las “splash page”.
En definitiva, un primer número de la colección para ilusionar, que deja el listón muy alto para las próximas entregas que esperemos estén a la altura. Ya lo iremos viendo…

martes, 15 de enero de 2008

¡¡ La blogosfera comiquera se hunde!! Ya será menos…





Se percibe en el ambiente cierto pesimismo en el mundillo tebeil en parte debido al poco seguimiento que han tenido las votaciones de tebelogs de este año como se señala en este blog, en parte por el cierre del "DDT" de Álvaro Pons y el anuncio de Pepo Pérez de semiretirada de “Con C de Arte”. Todo ello ha provocado que los más apocalípticos agoreros interpreten todo ello como señales inequívocas del principio del fin de la blogosfera. No creo que la cosa sea para tanto, amigos, o, al menos, todas estas noticias requieren una cierta matización.
Es cierto que la desaparición del DDT es un golpe importante ya que desde la plataforma de “El País” se podía llegar a un público lector desconocedor del mundo del cómic (“proselitismo”, que le llama Pons) pero, por otro lado, en los últimos años las noticias y referencias en casi todos los medios ajenos al cómic han crecido de una manera tan importante que esperemos que esta vez sí ello signifique la consolidación, que no equiparación todavía, del cómic entre el resto de las “artes”. Asimismo, parece que el cierre del “DDT” supone la potenciación de nuevo por parte de Álvaro de “La Cárcel de Papel” que, para muchos entre los que me incluyo, es el Blog de referencia obligada y que debido a sus múltiples compromisos el alcaide tenía un poco abandonado.
Que Pepo Pérez deje de postear en “Con C de Arte” habitualmente, no significa un adiós sino que demuestra la potencialidad y buena salud del medio. Pepo lo deja porque no tiene tiempo para compaginar el posteo diario en el blog con sus proyectos profesionales ni para dibujar, ergo si tiene proyectos que dibujar y publicaciones en las que colaborar las cosas no le deben ir mal por lo que no hay que preocuparse al respecto. Además, Pepo explica que lo que deja es el seguimiento de las noticias y enlaces de prensa, algo que se puede encontrar hoy por hoy en muchos otros blogs, y no renuncia a comentar con su siempre argumentada opinión aquello que le apetezca (que es, en definitiva, lo que nos interesa a casi todos).
Por otro lado, se comenta que Tebelogs está en decadencia y la comunidad de blogs que se creó a su alrededor está muerta debido a la escasez de votantes en la última votación de los diez mejores del año. Humm… Me temo que para que haya una comunidad primero debe existir una identidad de comunidad y creo que eso no ha existido nunca. En un principio, la gente se agregó a Tebelogs como un medio para dar a conocer sus blogs dedicados fundamentalmente al cómic, conseguir más visitas y retroalimentarse y aprender al mismo tiempo con los contenidos ajenos. Creo que esos objetivos los ha cumplido y los cumple perfectamente. Pero, ¿ha habido alguna iniciativa para realizar proyectos comunes entre los blogueros de Tebelogs? Creo que más bien no y los que han podido existir han sido a nivel “amiguetes” (lo cuál me parece muy bien, ojo, porque en Tebelogs que yo sepa no hay ningún “profesional”). Tebelogs está consolidado y el que desaparezcan bitácoras veteranas (y, sobre todo, de contenidos de calidad, que creo que esl el verdadero temor) no debe asustar a nadie porque la renovación es ley de vida y al tiempo que estas desaparecen surgen webs nuevas (el número de bitácoras asociadas a tebelogs es estable y crece regularmente llegando hoy por hoy a los casi ¡4oo blogs!) para sustituirlas.Creo que lo que hay que plantearse realmente es saber elegir a qué blogs son a los que hay que acudir y los contenidos de los mismos porque variedad hay de sobra (y esto, es lo realmente importante) pero eso ya depende del gusto de cada cuál que es libre y soberano.
No nos engañemos, estamos en uno de los mejores momentos (por no decir el mejor) del Cómic en España y la tebeosfera es un instrumento fundamental de ello informando, publicitando, debatiendo y opinando. Y que dure, señores (y señoras).


“La Conjura de los Necios” de John Kennedy Toole



Hoy toca comentar uno de esos libros que logran agradar por igual tanto a la crítica más sesuda e intelectual como al público menos exigente que sólo busca con la lectura evadirse un rato. Estoy hablando, claro, de “La Conjura de los Necios", la primera y única obra de John Kennedy Toole (luego fue publicada la obra juvenil “La Biblia de Neón” aprovechando el tirón de la primera), un escritor que no vio publicada su obra en vidal lo que le llevó a la depresión y el suicidio y que debió ser (casi) tan inadaptado como su trasunto protagonista el único y genuino Ignatius J. Reilly.
A lo largo de las páginas de esta original novela con un estilo mordaz, irónico y bufo el autor nos va narrando la vida y milagros de su trasunto el gran Ignatius, a quién se podría considerar el friqui inadaptado por antonomasia que vive aislado junto a su estrafalaria madre en un suburbio de Orleáns soñando con la vuelta a los valores medievales y su reconocimiento como escritor cuando logre publicar la gran obra que prepara en sus cuadernos escolares Gran Jefe y prepara campañas de agitación social con los que sorprender y emular a su “amiga” Myrna Minkoff. Cuando Ignatius debe salir al mundo a buscar trabajo, tarea innoble donde las haya para una persona de su talento, con la que hacer frente a la deuda contraída por su madre tras un accidente de coche iniciará una trayectoria profesional surrealista y rocambolesca que le llevará a desempeñar los más diversos oficios desde vendedor de salchichas ambulantes hasta administrativo en Levy Pants. Y todo ello, sin descuidar nunca el cuidado de su querida válvula…
“La Conjura de los Necios” que fue premiada con el Premio Pulitzer nos muestra una visión ácida y descarnada de la sociedad norteamericana de mediados de los sesenta a través de los ojos de un individuo marginal e inadaptado que no deja de ser un producto más del mismo sistema al que de una manera ingenua y “romántica” pretende oponerse. Resulta imposible no sentir simpatía por un tipo tan despreciable como se nos pinta al egocéntrico y egoísta Ignatius, verdadero motor de la novela, quién a través de sus paseos por Nueva Orleáns y sus peripecias profesionales entabla conocimiento con toda una serie de personajes tan deformados y cómicos como él mismo. Probablemente, es ese punto de reconocimiento en el lector el que hace la novela tan absorbente porque los problemas de Ignatius no dejan de ser los problemas habituales a los que, hoy en día, debe enfrentarse cualquiera. Kennedy Toole desde su formación clásica actualiza géneros medievales como la sátira o la picaresca siendo más fácil encontrar en esta novela inclasificable y personal referencias a autores clásicos como Swift o Cervantes. En definitiva, una novela cargada de humor, sátira y mala leche que nadie debe dejar pasar porque a nadie dejará indiferente.
Ah, y no olviden esa gran verdad, "cuando en el mundo aparece un verdadero genio puede reconocerse porque todos los necios se alían contra él".

lunes, 14 de enero de 2008

Pitufo aniversario

Pitufando por la Red me entero que hoy es el aniversario de estos entrañables duendecillos azules creación del belga Peyo hace ya sus buenos cincuenta años. A mí estos personajillos siempre me han caído graciosos todos tan clónicos entre sí, regidos por un por el Gran Pitufo (lo de Papa Pitufo no me convence) y con un equilibrio demográfico entre sexos pésimo. Mis álbumes favoritos “Los pitufos negros” y “La pitufina”, aunque por lo que recuerdo en general todos eran bastante entretenidos. ¿Y los vuestros? Aquí un video para nostálgicos.

¡ Qué lo pitufen bien!

“La Mala Gente: una historia de militantes” de Etienne Davodeau


Tras unos días de asueto para desconectar de los últimos coletazos de los fastos navideños y afrontar con energía un fin de semana cargado de celebraciones familiares vuelvo a la carga con mi última lectura, el multipremiado álbum de Etienne Davodeau, “La Mala Gente”.
“La mala gente” es un álbum a priori muy interesante, que sorprende por su estructura y atrae por su contenido realista. Lo que aparentemente Davodeau plantea de inicio como un reportaje a dos sindicalistas, Marie-Jo y Maurice, de la región de Mauges, una de las zonas más conservadoras y católicas de Francia, sobre su actividad sindical desde la posguerra mundial hasta la llegada de Miterrand al Elíseo, adquiere un giro inesperado cuando descubrimos que los protagonistas son los padres del mismo Davodeau que lejos de ser un narrador ajeno a los hechos se muestra como un personaje más de la historia mostrando como la actividad de sus padres influyó en su infancia y adolescencia, solapando así los hechos históricos con su vida familiar y la gestación del cómic.
Quizás vaya contra la crítica más sesuda que elogió hasta la saciedad esta obra de Ponent Mon pero a mí no me ha acabado de convencer del todo El álbum está bien estructurado introduciendo en los momentos justos las aportaciones personales del autor y sus padres para minorar la aridez de la historia centrada en la actividad sindical de los padres de Davodeau. Sin embargo, el intento de Davodeau de ser objetivo y frío le resta dramatismo a una historia que lo requiere para epatar a un lector ajeno a los acontecimientos que trata lo que convierte la obra por momentos en una historia bastante aburrida. En este sentido, Davodeau debería haber estudiado mejor la obra de Joe Sacco (“Diario de un derrotista”, “Gorazde, zona protegida”) o el “Maus” de Art Spiegelman que se me antojan los referentes más claros del tipo de álbum que se había planteado el autor. El ritmo pausado que es algo premeditadamente buscado por Davodeau para intentar transmitir en sus páginas el carácter moderado y militante de los protagonistas le resta fuerza a la historia que tampoco acaba de funcionar como relato intimista quedando en una peligrosa tierra de nadie que puede provocar más de un bostezo.
En el aspecto gráfico, Davodeau es un autor eficaz con un estilo que tiene claras reminiscencias de algunos grandes de la BD más social como Baru (“La autopista del Sol”) y, sobre todo, Tardi, autores de cuya obra la de Davodeau se me antoja complementaria para conocer la historia de Francia durante la última mitad del siglo anterior.
En definitiva, una obra que sin dejar de ser interesante se me antoja excesivamente premiada si analizamos fríamente sus méritos. Interesante únicamente para los apasionados de la historia o la política pero quién busque una lectura ágil y entretenida que se abstenga porque en “La mala Gente” no encontrará ni una cosa ni la otra.

miércoles, 9 de enero de 2008

“Corsarios de Levante” de Arturo Pérez-Reverte.





Tenía pendiente la última novela que Pérez Reverte ha dedicado a su gran personaje el capitán Alatriste. Y no por falta de curiosidad, ya que esta novela publicada tras un lapso de tiempo importante respecto a las cinco anteriores y con todo el revuelo mediático que supuso el estreno de la película por medio despertaba mis recelos acerca del giro que iba a dar a la saga Pérez Reverte. Una vez leída sólo puedo decir que si lo llego a saber me la leo antes.
Pérez-Reverte escapa de las intrigas palaciegas del Madrid de los Austrias dejando aparcados a los grandes villanos de la serie para embarcar al Capitán e Iñigo a bordo de La Mulata una de las galeras que se dedicaba a guerrear y saquear a todo lo ancho del Mediterráneo contra turcos, moriscos y berberiscos. De este modo, nuestros protagonistas visitan las principales posesiones españolas en el Mediterráneo haciendo escalas en Nápoles y Orán, mostrando las difíciles situaciones de vida en aquellos lugares, donde los españoles se encontraban prácticamente abandonados a su suerte. Los encuentros bélicos y las escaramuzas son frecuentes describiendo desde las “cabalgadas” que protagonizaban los orantinos entre las tribús bereberes y árabes en busca de botín y alimentos hasta las expediciones protagonizadas por las naves españolas y sus aliados en su semidesconocida labor corsaria. Precisamente, el plato fuerte de la novela es la batalla naval de Cabo Negro en la que se ven envueltos nuestros amigos entre tres galeras cristianas y ocho turcas.
Pérez-Reverte en esta novela realiza una aproximación eficaz a uno de los aspectos menos conocidos por el gran público de la España de Felipe IV como es su papel de freno en el Mediterráneo a la expansión del imperio otomano. Podrá gustar más o menos el estilo de Pérez-Reverte pero no se puede negar que ha llenado un hueco importante dentro de la novela histórica española que adolecía de este tipo de novelas de aventuras históricas que parecían coto privado de autores anglosajones como Patrick O´Brian dispuestos a dejarnos como los villanos de la historia. Pérez-Reverte es escrupuloso en el manejo de la documentación y la recreación del siglo de oro español mezclando hábilmente elementos tradicionales del mejor folletín y la novela de capa y espada a lo Dumas para crear unas historias ágiles, llenas de aventuras y acción, que entretienen y enganchan por igual a pequeños y grandes. La novela, por otro lado, siendo perfectamente disfrutable como obra independiente gana dentro del marco de la serie presentando a nuevos aliados como el moro Gurriato y aportando información sobre personajes ya clásicos, como Quevedo, Angélica de Alquezar y Gualterio Malatesta, que como némesis del capitán no podía morir tan ignominiosamente en “El caballero del jubón amarillo”.
Esperemos seguir disfrutando de las aventuras del capitán e Iñigo en el futuro porque la buena literatura de evasión nunca está de más.

Más obras de Pérez-Reverte en El lector impaciente aquí.

martes, 8 de enero de 2008

“Thorgal: Yo, Jolan” de Sente y Rosinski




Mucha prisa se ha dado Norma en publicar la última entrega de la serie Thorgal quizás para aprovechar la expectativa creada por el cambio de guionista tras la marcha de Van Hamme ("Thorgal", "XIII"), quizás para que no pase desapercibido entre la cantidad de novedades navideñas. Y, es que el primer álbum de Yves Sente (“Blake y Mortimer”, “La venganza del conde Skarbek”) se confirma más como la continuación de la vulgaridad instalada desde hace ya demasiado tiempo en esta serie que como una bocanada de aire fresco que sirva para revitalizarla.
Lo que parecía un cambio de rumbo con un nuevo planteamiento por parte del nuevo guionista en la que todo el protagonismo iba a recaer en el hijo de Thorgal, Jolan, aparentemente queda aparcado porque si bien es cierto que el protagonismo aventurero del álbum recae sobre éste, los principales personajes de la serie como Thorgal y Aaricia mantienen su cuota de protagonismo. En este álbum, Jolan junto a otros cuatro candidatos debe pasar una serie de pruebas impuestas por el semidiós Manthor , el amo de Otromundo, para comprobar cuál de ellos es el elegido para su mandato. Mientras, en la Tierra, Aaricia, preocupada por su hijo, acude a la bruja Mahara para recabar información sobre Manthor y sus intenciones. Sus revelaciones pueden poner en peligro la vida de todos sus hijos.
Bien podría repetir lo que ya escribí aquí respecto al anterior álbum de la serie. Quizás sea demasiado pronto para entrar a valorar el trabajo de Sente pero este parece apostar por el continuismo y dar únicamente preponderancia a los elementos de fantasía. Aunque Jolan pueda considerarse el protagonista del nuevo álbum la importancia del resto de los personajes de la serie continua siendo importante por lo que no esperen una ruptura radical respecto a la última etapa. El álbum es irregular y deslavazado con un guión un tanto confuso (¿Si las pruebas de Manthor son para elegir a su discípulo cómo es que al final se queda con todos los candidatos?) y da la sensación que Sente no se ha hecho todavía con los personajes. Las tramas que deben resolverse en los próximos álbumes parecen interesantes pero las dudas sobre la capacidad de este guionista para revitalizar la serie persisten. Y es que llegados a este punto habría que plantearse si no le merece la pena a Le Lombard dar un final digno a una colección tan emblemática del cómic europeo y no intentar alargarla repitiendo tramas y situaciones hasta la saciedad.
El dibujo de Rosinsky ("La venganza del conde Skarbek", "La balada de las landas perdidas") y su uso de la acuarela sigo pensando que no es apropiado a una obra de estas características con un impresionismo pictórico en ocasiones recargado y confuso. Rosinsky dibuja con el piloto automático personajes y situaciones que conoce hasta la saciedad pero no parece implicado en una obra de la que da la sensación estar aburrido desde hace tiempo..
Un álbum para completistas de “Thorgal”.

lunes, 7 de enero de 2008

Curiosidad Culpable

Siempre he sido un niño afortunado. Uno de esos niños del lado luminoso del mundo al que nunca le han faltado juguetes, libros ni educación aparte del cariño de familiares y amigos. De hecho, y cruzo los dedos, soy un adulto afortunado que todavía en Reyes recibe regalos y cariño. Por eso, uno no puede dejar de sentirse culpable –e impaciente- cuando lee quién ha ganado el Nadal y lee el título de la obra, y siente que algo se le mueve por dentro -¿culpa, anhelo?- y piensa que tiene que hacerse con esa novela más pronto que tarde. Brrrr…

Esto de ser lector impaciente es algo patológico….

¡Felicidades para Casavella!

Más información sobre el nuevo Nadal y la obra aquí.

viernes, 4 de enero de 2008

“La Noche del Oráculo” de Paul Auster



Como al turrón vuelvo a leer una novela de Paul Auster por Navidad aprovechando que en mis trayectos en transporte público puedo, tras dura lucha, sentarme con más frecuencia que en otras fechas.
Auster es uno de esos novelistas de estilo definido y obsesiones recurrentes que no suele engañar ni decepcionar y puedes suponer bastante bien lo que te puedes esperar encontrar en sus novelas. Cuando menos una narración fluida en el que el gusto por hilvanar unas historias con otras y embelesar al lector con personajes atractivos que se mueven entre la realidad y la fantasía literaria, cuando más novelas que perduran en el recuerdo de manera imborrable en los que los interesantes juegos de identidad se graban en la mente de una manera personalísima. En el caso de “La noche del Oráculo” nos encontramos en el primer caso. Una novela menor en la producción de Auster que sin dejar de ser entretenida no se puede equiparar a las mejores obras del autor de New Jersey como “Trilogía de Nueva York” o “El libro de las ilusiones”.
En “La noche del oráculo”, Auster es trasunto una vez más de un escritor minoritario, Sidney Orr, convaleciente de una grave enfermedad que le ha dejado bastante tocado mental y físicamente. Orr encuentra en “El Palacio de Papel”, la papelería del Señor Chang un cuaderno portugués azul que despierta de nuevo su interés por la escritura. En él, Orr, desarrolla una historia basada en un personaje secundario de Chandler, Flitcraft, historia que le absorbe y le mantiene en buena medida alejado de una realidad amenazante marcada por sus problemas económicos y sentimentales.
“La noche del Oráculo” es un canto al poder terapéutico de la escritura como medio y remedio de la cotidianeidad. Orr a través de la escritura de su cuaderno azul va curando sus cicatrices físicas y emocionales en un viaje del que disfrutará todo lector. Orr/Auster a través de sus paseos por Nueva York, sus encuentros con distintos personajes y sus creaciones literarias va pergeñando diferentes historias atractivas y adictivas hasta el punto que la realidad y la fantasía se mezclan en la mente del autor convertido en un Alonso Quijano por arte de Auster. Sin embargo, en esta novela el autor peca de cierta precipitación a la hora de finiquitar la historia. Da la sensación que llega un punto en que se aburre de sus criaturas y decide terminar la obra con un final aseado con honra pero sin gloria. De este modo la novela queda desmadejada y abierta dejando que sea el propio lector quien rellene los huecos dejados por el autor (ninguna de las historias planteadas por Auster en esta novela se puede considerar “acabada” en lo que quizás no sea otra cosa que una metáfora de la propia vida).
Ya saben, si les agobia la rutina y los problemas cotidianos busquen salida en la literatura. “La noche del oráculo” es una buena opción.
Otros libros de Paul Auster en El lector impaciente aquí.

jueves, 3 de enero de 2008

Will Eisner, en el recuerdo

El día que se cumplen tres años de su muerte es de mención obligada la figura de Will Eisner, un hombre que redefinió el cómic dos veces (como mínimo) y quizás quién probablemente más ha influido en el noble arte de contar cualquier cosa juntando dibujitos y letras, arte secuencial, lo llamaba.
Eisner es el nexo de la modernidad con el clasicismo a través de su gran obra “The Spirit”, un compendio de recursos inabarcable que debería ser de obligado estudio por cualquiera que quiera dedicarse a la historieta. Una obra que casi setenta años después de su primera publicación mantiene todo su vigor y frescura. Sin embargo, Eisner fue capaz en 1978 una vez más de ayudar a la revitalización del Cómic de una de sus periódicas crisis con “Contrato con Dios”, la primera “novela gráfica” del mercado. Eisner creó así una etiqueta con la que logró que mucha gente que hasta ese momento había despreciado el cómic considerándolo un medio menor para niños empezara a vislumbrar su enorme potencialidad que como medio narrativo para contar historias, cualquier tipo de historias, ofrecía. El resto es historia.

Va por usted, maestro.

“American Gangster” de Ridley Scott


Acababa de escribir una reseña estupenda en la que me despachaba bien a gusto sobre el último proyecto del amigo Ridley Scott, pero, un error informático, (a mí nunca se me escapa el dedo), ha mandado al limbo mis pataleos. Vamos, a ver que sale ahora.
En todos los campos artísticos hay autores cuya mera firma nubla la percepción crítica de los aficionados dispuestos a concederles un crédito que en ocasiones resulta desde hace tiempo inmerecido. Uno de los casos más evidentes es el de Ridley Scott, autor de un puñado de películas excelentes pero que desde hace varios años vive acomodado en la autocomplacencia condescendiente y “American Gangster”, su último proyecto, no deja de ser buena demostración más de ello.
Es más fácil resumir “American Gangster” por lo que no es que por lo que es: no es “El Padrino” ni “Uno de los nuestros”, tampoco es “Serpico” ni “Scarface”, por no ser no es ni “Heat” , aunque de todas estas películas y sus directores bebe y “homenajea” el amigo Ridley en una película que avanza por sendas excesivamente reconocibles a la manera que hiciese en su momento con “Gladiator”, una actualización del cine “de romanos” que en ningún caso superó con su falsa épica los excelentes precedentes que emuló. Ridley, empeñado desde hace años en hacer películas insulsas, carentes de alma y estilo en “American Gangster” nos ofrece a través de una narración paralela el ascenso y declive de Frank Lucas, el hampón de Harlem que durante finales de los sesenta y principios de los setenta controló el mercado de la heroína en Nueva York, y de Richie Roberts, el policía que lo acosó y detuvo, un tipo tan insobornable e implacable en su trabajo como lamentable y desestructurado en su vida familiar. Ridley en su línea de los últimos años de ofrecer productos comerciales atractivos pero carentes de cualquier riesgo e implicación creativa propone una película errática, aburrida por momentos y con poco sentido del ritmo narrativo, del que debería pedir alguna clase particular a su hermano Tony. Si acaso cabe destacar de la cinta el papel de un Denzel Washington siempre solvente que, sin llegar a la altura de sus mejores actuaciones, apura su oportunidad de interpretar un “gangster” y dota de credibilidad a un personaje lastrado por las inconsistencias del guión. No se puede decir lo mismo de un Russell Crowe, que hace lo que puede con un personaje manido al que su interpretación no aporta nada, quedando ninguneado tanto en las secuencias que “comparte” con Washington, que para ser el supuesto clímax de la cinta resultan desvaídas y sosas (Ridley, castigado a ver “Heat” diez veces de nuevo) como con las que comparte con Josh Brolin ("Mimic") que se lo come con patatas en su excelente interpretación del corrupto Truppo. Probablemente, es el trabajo interpretativo y la recreación del Harlem setentero el que salva una cinta de otro modo perfectamente olvidable y en la que Ridley agota un poco más el incomprensible crédito del que sigue gozando todavía.
En definitiva, una película que aporta poca cosa al subgénero gangsteril y que resulta perfectamente olvidable. Y si no cuando la vean me lo cuentan.

miércoles, 2 de enero de 2008

“Civil War” de Steve McNiven y Mark Millar

Entre empachos de polvorones y resacas de chupitos de baileys he sacado algo de tiempo para leer algunos cómics. Entre ellos, destaca la última gran macrosaga marvelita, la Civil War, y, oigan, que quieren que les diga…Me ha gustado más de lo que imaginaba.
Sí, acostumbrado desde hace muchos años a la larga tradición de bodrios que la casa de las Ideas suele intentar endosarnos como "el Cómic definitivo que moverá los cimientos del Universo Marvel" y aquello de “ya nada volverá a ser lo mismo” para vendernos una serie limitada de escasa coherencia y que obliga a comprar un montón de "crossovers" para enterarte de algo volviendo a los pocos meses a lo de siempre, estas Civil War al menos parten de un planteamiento y unas ideas interesantes contadas con una mínima coherencia a lo largo de los siete números que conforman la serie de una manera entretenida y hasta cierto punto lógica.
A causa de un desastre con cientos de víctimas provocado por la negligencia de un joven grupo de superhéroes, el gobierno norteamericano decide aprobar por fin la Ley para el Registro de Superhéroes que obligará a todos ellos a desvelar sus identidades secretas y trabajar bajo la dirección de SHIELD si no quieren ser considerados tan criminales como aquellos a los que combaten. Esta Ley provocará una disensión dentro de los superhéroes que se dividirán en dos grupos, uno liderado por el Capitán América y el Halcón, que considera la Ley una medida que atenta contra la libertad individual y otro encabezado por Iron Man y Reed Richards, que están de acuerdo con los argumentos del gobierno y consideran que es un paso inevitable en la evolución de la clase superheroica. Las situaciones se irán distanciando hasta el punto de llegar al enfrentamiento entre una facción y otra con alguna muerte de por medio y diversos héroes cambiarán de bando conforme vaya avanzando la serie.
En realidad lo que nos plantea Mark Millar (“The Ultimates”) no son ideas excesivamente originales. Los planteamientos de intervenciones gubernamentales sobre la acción de los superhéroes son ideas sobreexplotadas por guionistas de series como “Capitán America”, “Los Vengadores” o “La Patrulla X” a lo largo de los años. Sin embargo, sí que resulta novedosa la forma en que Millar incorpora estas situaciones al contexto actual de la sociedad norteamericana actualizando el mensaje en función a un pseudorealismo de moda actualmente en el género y ofreciendo argumentos coherentes de boca de los líderes de uno y otro bando en lo que probablemente sea el punto fuerte de la serie y del guionista, más comedido en el tratamiento de las versiones “clásicas” de los héroes que las que él mismo propuso en “The Ultimates”. A lo largo de los siete episodios los acontecimientos se suceden sin descanso para el lector, encadenando intrigas con traiciones, revelaciones de identidades y las dosis justas de acción para mantener la atención del lector hasta llegar al climax final que conociendo a Millar no podía ser otro que una batalla a mamporros para finalizar la serie de una manera un tanto precipitada y carente de un elemento muy importante en este tipo de macroacontecimientos y que por desgracia con la modernización de los superhéroes cada vez más perdido que es la Épica.
Steve McNiven ("Nuevos Vengadores") realiza un buen trabajo en el apartado gráfico en el marco de lo que se supone que es un tebeo de superhéroes moderno. Grandes viñetas espectaculares y reducir los diálogos al mínimo, diálogos que se echan a faltar en ocasiones para desarrollar las diferentes posturas de los diferentes bandos. En fin, que visto lo que se hace por ahí, estas “Civil War” están la mar de entretenidas sin llegar a ser un cómic que “moverá los cimientos del Universo Marvel” ni bla bla bla…
Ustedes mismos.

martes, 1 de enero de 2008

“1408” de Mikael Hafstrom


Un relato de Stephen King ambientado en un hotel, tras la estupenda adaptación de “El Resplandor” que hiciera el maestro Kubrick hace ya muchos años, y la presencia de un dueto actoral de tanta solvencia como John Cusack y Samuel L. Jackson parecían suficientes argumentos para acercarnos al cine a ver la última película de Mikael Hafstrom. Sin embargo, el resultado es completamente decepcionante, una cinta más que añadir a la ya larga lista de malas adaptaciones del autor de Maine.
Y, sin embargo, la historia en un principio prometía. Mike Enslin (John Cusack) es un escritor escéptico y descreido que debido al trauma provocado por la muerte de su hija dejó Nueva York, a su mujer y la Literatura seria para deambular por Estados Unidos ganándose la vida escribiendo libros sobre lugares encantados y hoteles con fantasmas de la manera infecta que lo haría un Iker Jiménez cualquiera. Sin embargo, su suerte empieza a cambiar cuando recibe en su buzón una misteriosa postal del Hotel Dolphin de Nueva York en la que le advierten para que no se hospede en la habitación 1408. Obviamente, con eso no logran otra cosa que animar a nuestro descreído escritor a ir a Nueva York y lograr, gracias a una argucia legal y tras un enfrentamiento que es lo mejor de la película con el gerente del Hotel, el sr. Olin (Samuel L. Jackson) hospedarse en la habitación de marras. Más o menos, todo eso ocurre durante la primera media hora de la película quedando el resto de los 108 minutos de la misma para mostrarnos lo mal que lo pasa el amigo Cusack en una habitación que, esta vez sí, está encantada.
Cuando sales de ver esta película no puedes dejar de pensar lo que habría hecho un director con más talento o simplemente más oficio que Hafstrom (“El Fantasma del lago”, “Evil”) con estos ingredientes. Probablemente si Hafstrom hubiera sabido darle un carácter más psicológico a la historia, dosificar los tiempos y aprovechar el enorme talento de los dos grandes actores con que contaba estaríamos hablando de otra cosa. Sin embargo el amigo opta por la precipitación y el embarullamiento, despreciando el enorme potencial del enfrentamiento Cusack-Jackson. Ansioso por asustarnos en el interior de la Habitación y hacérselo pasar mal al pobre de John Cusack con toda clase de calamidades truculentas, los guionistas obvian puntos fuertes de la historia (¿se puede desaprovechar más un personaje tan interesante como el interpretado por Samuel L. Jackson?) ¿Quién mandó la postal a Cusack?) y se ceban en el efectismo barato de la sucesión de sustos y efectos especiales faltos de originalidad que Hafstrom se dedica a desaprovechar mientras el espectador no puede evitar la sensación de “déjà vu”. Sólo la labor del naufrago Cusack en esta cinta hace soportable el desvarío de la última hora de película, un actor de enorme talento que en un constante monólogo sabe con su interpretación mantener el tipo e interesar al espectador en lo que está viendo más allá de las lagunas argumentales que el guión de Karaszewski, Alexander y Greenberg dejan sin resolver. No sé si es que el presupuesto se lo gastaron enteramente en inundaciones e incendios pero resulta un pecado no darle más espacio en la historia a un actor como Samuel L. Jackson que en los diez minutos que comparte con Cusack logra dar un empaque a la película desaprovechado posteriormente.
Una película completamente prescindible. Yo que ustedes ni me molestaba …