miércoles, 30 de mayo de 2007

“Thorgal: El sacrificio”, de Rosinski y Van Hamme.



Norma Editorial nos ofrece el último álbum (hasta el momento) de la serie “Thorgal”, uno de los grandes éxitos del cómic europeo con 29 álbumes a sus espaldas y que desde hace algún tiempo parecía haber perdido el rumbo.
En “El sacrificio”, asistimos a una aventura protagonizada al alimón entre Thorgal y su hijo mayor Jolán en lo que parece un pase de testigo en toda regla si se hacen realidad los rumores que apuntan a que este ha sido el último álbum de la serie guionizado por Van Hamme y a partir del próximo será sustituido por Yvés Sente centrándose la serie en Jolán.
En este álbum, nos encontramos a un Thorgal agonizante debido al veneno ingerido en aventuras anteriores (“El bárbaro”) Aaricia pide ayuda a Frigg y esta les envía a Vigrid, un dios menor aparecido ya en otras entregas, quien les entrega las lágrimas de Tjahzi que le permiten recuperarse durante dos días y viajar al Entremundo para que Manthor el hijo de Frigg, lo cure completamente. Tras un breve encuentro con la Guardiana de las Llaves, Thorgal y Jolán llegan al Entremundo donde Manthor cura a Thorgal a cambio de la promesa de Jolán de entregarle su vida. Mientras, Aaricia ha viajado junto al resto de sus hijos a su tierra natal donde son recibidos por Gunnar, el rey vikingo, y, cuando la familia se reúne de nuevo, Jolán debe hacer frente a las consecuencias de su promesa.
En “El sacrificio” asistimos al enésimo cambio de rumbo de la colección en lo que parece la despedida de un agotado Van Hamme (“Largo Winch” “XIII”) y la preparación de la incorporación de Sente. La historia que nos cuenta Van Hamme transcurre con más pena que gloria de la misma manera que la colección desde hace ya demasiados álbumes y dejando patente que la veta que tan buenas historias nos ofreció se encuentra agotada. “El Sacrificio” es un álbum deslavazado y resuelto apresuradamente pasando la despedida de Thorgal prácticamente desapercibida, un episodio más de la serie al que Van Hamme le resta toda trascendencia dejando incluso abierta la duda sobre si realmente estamos asistiendo a la despedida definitiva de tan emblemático personaje.
“El sacrificio” tampoco pasará a la historia por el dibujo de Rosinski (“La venganza del conde Skarbek”) quien parece utilizar el álbum para experimentar con la acuarela y deriva hacia un impresionismo que si bien en otras obras como “La venganza del conde Skarbek” resulta impactante y acertado en “Thorgal” rechina.
Esperemos que Senté sea capaz de devolver esta serie al lugar que por su importancia en la historia del cómic debe ocupar o por lo menos le proporcione un final más digno del que nos ha ofrecido Van Hamme.