viernes, 4 de mayo de 2007

“American Virgin: Cabeza” de Steven T. Seagle y Becky Cloonan.



Vamos hoy con uno de esos cómics que levantan gran expectación por lo atractivo que resulta su planteamiento y lo bien que habla todo el mundo de ellos y que una vez leído no sabes si realmente te decepciona por lo alto de las expectativas generadas o porque realmente el tebeo no da para más. Vamos allá…
El primer arco argumental de “American Virgin”, “Cabeza”, sirve para presentarnos al protagonista de la colección Adam Chamberlain, un joven predicador y escritor de 21 años líder del movimiento por la virginidad en Norteamérica y perteneciente a una influyente familia de telepredicadores y políticos conocida como “los Kennedy de la Biblia”. Adam, por lo demás es un chico bastante normal, que intenta sobrellevar los agobios que le ocasionan sus desequilibrios hormonales junto a la presencia de su odiosa madre entre sermones y firmas de libros, esperando el momento cercano en que su novia Cassie, vuelva de África donde trabaja en los Cuerpos de Paz para poder casarse y perder tan incómoda situación con la única mujer con la que ha prometido que consumará el matrimonio. Sin embargo, su destino se tuerce cuando escucha en las noticias que Cassie ha muerto en África y junto a su hermana, la rebelde Cindy, y el mercenario Mel viaja a África para hacerse cargo del cuerpo de Cassie y encontrar a sus asesinos para vengarse, poniendo en tela de juicio, de este modo, todas sus creencias.
Más o menos este es el resumen del primer arco argumental de “American Virgin” que entretiene pero que deja bastantes interrogantes abiertos acerca de la capacidad de Seagle (“Sandman Mistery Theatre”) para desarrollar todo el potencial del personaje. En estos episodios Seagle se ha centrado en el personaje de Adam mostrando situaciones realmente divertidas referentes a las dificultades que tiene para mantener su promesa de virginidad cuando se enfrenta a una revista porno, a un grupo de chicas africanas rodeándole o la despedida de solteros de su primo, pero más allá de éstas bromas fáciles habrá que ver si será capaz de desarrollar todas las posibilidades de humor negro y crítica social que encierran el resto de los personajes que le rodean y su capacidad para afrontar la nueva situación que deja abierta al final del último episodio.
Sin embargo, es en el aspecto gráfico donde la serie me provoca más interrogantes. El estilo de Becky Cloonan (“Demo”) por lo visto hasta ahora no acaba de convencerme. Cloonan tiene una estética bastante cercana al manga que le resta expresividad a los personajes y reduce las posibilidades de la colección a la hora de transmitir la tensión sexual constante que padece el pobre Adam.
En definitiva, “American Virgin”, se encuentra en ese punto en el que o mejora o se quedará simplemente en una buena idea mal desarrollada. Habrá que seguir atentamente lo que nos ofrecen Seagle y Cloonan en los próximos episodios.