jueves, 29 de noviembre de 2007

Aniversarios y recuerdos







Me entero por aquí que dos de las librerías de cómics más veteranas de Madrid, Madrid Cómic y Arte 9, por no decir las que más, cumplen este año su veinticinco aniversario lo que me hace echar la vista atrás y darme cuenta de lo viejo que soy en esto de los cómics porque tengo recuerdos de esos primeros tiempos.
De “Arte 9”mis recuerdos se remontan a los domingos por la mañana en “El Rastro” donde ponían una tienda en medio del Campillo con todas las novedades que mes a mes publicaban por entonces las novedosas Zinco y Cómics Forum. En aquella época no me preocupaba ni a mí ni a casi nadie el tema del formato y con la paguilla que me daban mis padres todas las semanas me daba para hacerme con casi la mitad de las novedades interesantes y el resto se las compraba mi amiguete Andrés con lo que no había demasiado problema para estar al día aunque eso sí vivíamos como con dos años de retraso de las ediciones yanquis pero no nos importaba y éramos felices. Pasados unos años, y preludiando la decadencia del Rastro “Arte 9” abandonó su puestecillo y se dedicó al franquiciado puro y duro y a diversificar con los juegos de rol y sobremesa. Con diferentes nombres de la tienda original en Hermosilla se desparramaron por medio Barrio de Salamanca y llegaron hasta la céntrica y pintóresca C/ de la Cruz donde todavía residen.
Los recuerdos de “Madrid Cómics” son casi más legendarios porque se refieren a cuando estaban en los sótanos de la Gran Vía. "¿Y dónde estarán esos sótanos?" Porque a mí la Gran Vía me pillaba a mano para una escapadita a pie, que la paguilla no daba para transporte, y hacerme con los atrasados que se suponía no iba a encontrar en ningún otro lado, pero los dichosos sótanos no tenía ni idea de por dónde caían hasta que acompañado de un amigo por fin dimos con el sitio en la calle Silva pero al otro lado de la Gran Vía respecto de la actual tienda. La primera impresión, desilusión porque joven e ingenuo como era, pensaba que iba a encontrarme con los atrasados inencontrables y los legendarios tomitos Vértice intactos y a precio de ganga. Mucho de eso había efectivamente, pero a unos precios prohibitivos para mi magra economía así que me tuve que volver con las ganas intactas y la cartera también. Después, se trasladaron a la tienda actual en la C/ Silva y del cuerpo principal se escindió una tienda en la C/ Santa María de la Cabeza que me venía muy bien para pasar el tiempo en que me escaqueaba de alguna clase pero lamentablemente cerraron antes de poder establecer contacto con ese señor tan serio que la regentaba y me quedé con la duda de si había sido (o era) uno de los correeros de Forum.
La tienda de la C/ Silva la he ido visitando esporádicamente porque en la misma zona ya habían surgido otras librerías y otros libreros que, por qué no decirlo, me resultaban más simpáticos y enrollados.
Y el tiempo pasa, y aquí seguimos más o menos los mismos aunque todos más mayores que no más sabios, unos comprando y otros vendiendo, con otros gustos y otras inquietudes pero la ilusión intacta por esto de leer cómics. Ninguna de las dos es mi librería de preferencia ni de referencia pero es de justicia dedicarles una entrada nostálgica y no restarle méritos a unos negocio que cumplen el cuarto de siglo con lo mal que sabemos todos que está el mundo en general y el mundillo del Cómic en particular.
Muchas felicidades a ambas y a cumplir otros veinticinco años por lo menos y que todos lo veamos.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

“Ex Machina 5: Malos Humos” de Brian K. Vaughan y Tony Harris

Calentito todavía de la imprenta he leído el último recopilatorio de “Ex Machina” publicado por Norma Editorial que engloba los números 21 a 25 de la edición norteamericana, y calentito me tienen los señores de Norma. Les cuento.
Señores/as de Norma: no se puede editar un cómic tan mal rotulado y menos cuando lo que están publicando lo están editando en un formato ya de por sí caro y, por tanto se presupone, con unos mínimos de calidad exigibles. Generalmente, soy bastante comprensivo con estas cosas, aunque no debiera serlo, porque entiendo que una letra se le puede escapar a cualquiera aunque seas el corrector más avezado (¿tendrán corrector? Me parece que en este cómic no) pero cuando los errores son constantes cambiando el sentido completo de frases y bocadillos (“te” y “le” no es lo mismo) y caemos en errores ortográficos de bulto da un poco de vergüenza ajena (¿“sangre de orchata”? la de chufas es con h) y esto son sólo los errores más clamorosos que dañan la vista porque probablemente haya más. ¡Qué pena que algunas editoriales no cuiden más sus productos y bajo un bello envoltorio se falle en algo tan esencial!
Después del pataleo, vamos con la nueva entrega de las aventuras del Alcalde Hundred en la que es, probablemente, hasta la fecha la aproximación más realista que un cómic de superhéroes ha realizado a problemáticas reales porque lo que hace Vaughan en esta serie consiste en incorporar un elemento imaginativo, un alcalde con superpoderes que de hecho es el único superhéroe del mundo, a un entorno realista, el del Nueva York posterior al 11S y profundizar en el personaje a través de su comportamiento ante los problemas, paranoias y miedos de una sociedad, la norteamericana de las grandes urbes, para los que los superpoderes no sirven de gran cosa. En este arco argumental, el alcalde Hundred continúa digiriendo la muerte de su antigua becaria mientras se enfrenta a la presencia de un ladrón vestido de bombero en su ciudad que se dedica a robar y maltratar a sus víctimas, a las consecuencias que pueda tener para su popularidad sus opiniones sobre la marihuana y al misterio que representa la identidad de una mujer inmolada en su presencia, misterio que al resolverse le enfrentará una vez más a las consecuencias de sus actos pasados como superhéroe.
A pesar de la riqueza de ideas que en cada arco argumental derrocha Vaughan, nos encontramos ante un arco de transición tras los acontecimientos vividos en “En pie de guerra” y del que ya comenté aquí algo, en el que incorpora personajes que tendrán importancia en el futuro como January, la hermana de Journal, y recupera a algunos secundarios que ya aparecieron anteriormente. Sabiamente, Vaughan ha sabido rodear a su protagonista de personajes interesantes que le permiten profundizar en distintos aspectos de la sociedad yanqui y las intrigas de la política municipal. La historia principal es interesante y está resuelta con oficio, sus planteamientos en pro y contra de la legalización de la marihuana también, aunque hubiera sido un detalle por parte de Norma si aparte de los bocetos que incluye como extra se hubieran molestado en escribir un articulito o una introducción explicando detalles de la política municipal neoyorquina a los que hacen referencia los personajes como las leyes Rockefeller que deben ser de conocimiento para el común de los yanquis pero que al españolito medio le dejan con cara de tonto hasta que profundiza (o no) por otros medios. Vaughan cada vez maneja mejor los “flashbacks” jugando con la narración y las tramas paralelas a través de los cuatro números de “Malos Humos” demostrando una vez más que es un guionista con muchas cosas que contar y una forma original de hacerlo. Especialmente destacable resulta el número que completa el tomo titulado “En Solitario”, centrado en el personaje de Bradbury, en el que profundiza en su pasado y caracteriza perfectamente sus motivaciones para ser el guardaespaldas del alcalde Mitchell.
El hiperrealista dibujo de Tony Harris sigue sin convencerme del todo. Me parece correcto pero excesivamente frío y falto de movimiento, quizás por el abuso de modelos humanos y planos y encuadres cinematográficos. Todo hay que decirlo, el color de JD Mettler tampoco le ayuda demasiado.
En definitiva, una trama interesante que atraerá al lector no habitual de superhéroes pero decepcionará a los adictos a la testosterona y la acción pura y dura, y una colección en la que Vaughan debe enseñar dentro de poco el as que espero guarde bajo la manga porque él puede dar todavía más de sí. El tiempo lo dirá.
Más “Ex Machina” en “El lector impaciente” aquí,

martes, 27 de noviembre de 2007

Premios Expocómic 2007

Ya tenemos ganadores de la X Edición del Expocómic y que, aparte de poder consultar en su web, dejo un poquito más abajo enumerados. Queda claro que hacer cualquier tipo de pronóstico en una votación popular es un tiro al aire y que en este tipo de votaciones para mí tiene casi más valor la nominación que la lotería del ganador pero me siento un poco como la pitonisa Lola tras haber acertado sólo uno de lo que yo vaticiné por aquí. En fin, no serían mis premiados, pero eso no quiere decir que no se lo merezcan los ganadores.
Felicidades a todos, aunque me alegro especialmente por la editorial Aleta que mete dos obras entre las premiadas frente al reparto de las editoriales más grandes y Ed Brubaker que, sin duda, destila maestría en todas sus obras, y a seguir intentándolo en próximas ediciones al resto, ediciones en las que espero que haya algún tipo de filtro en las nominaciones para impedir que sean nominados siempre los mismos.

Mejor obra española: "Waldemar Daninsky", de Paul Naschy y Javier Trujillo, editado por Aleta Ediciones.
Mejor Guionista nacional: Jordi Bayarri (Entre Tinieblas 4,editado por Aleta Ediciones).
Mejor Dibujante nacional: Carlos Pacheco (Superman/ Batman; Superman, editado por Planeta).
Mejor obra extranjera: "Capitan America", de Ed Brubaker, Steve Epting y Mike Perkins; editado por Panini Comics.
Mejor Guionista Internacional: Ed Brubaker (Capitán America, Daredevil, Patrulla X, Sleeper 2ª temporada, Catwoman; editado por Panini Comics, Planeta y Norma Editorial).
Dibujante Internacional: Alan Davis (4 Fantásticos El Fin, editado por Panini Comics).
Autor revelación: David Aja (Civil War: Frontline, Lobezno Giant Size, Daredevil, editado por Panini Comics).
Mejor Fanzine: OjoDePez Fanzine.
Mejor web: universomarvel.com

“20th Century Boys” de Naoki Urasawa y el enigma sin fin (1)

Leído el último tomo de “20th Century Boys” se confirma que Naoki Urasawa es un excelente guionista a la hora de mantener la tensión, la acción y retratar personajes a lo largo de meses y meses pero, llegado el momento de finalizar la historia, es incapaz de hacerlo de una manera acorde a la calidad de las tramas que desarrolla. Ya le pasó con su anterior gran éxito publicado en España, “Monster” (de la que ya hablaré otro día más detalladamente), donde el absorbente enfrentamiento entre Johan y el doctor Tenna se resolvió de una manera decepcionante para una gran parte de los seguidores de la colección y ha vuelto a repetir si cabe con todavía peor fortuna con la serie que hoy nos ocupa. El final de “20th Century Boys” resulta todavía más precipitado y lamentable con el agravante que “20th Century Boys” había perdido el rumbo hacía tiempo y sólo la habilidad del autor para sostener tramas entretenidas justificaba la obra. En este sentido, Urasawa me recuerda mucho, y salvando las distancias, a Chris Claremont, el gran revitalizador de la Patrulla X (X-Men, para los modernos y cinéfilos), un guionista capaz de desarrollar extraordinarias tramas y personajes pero que dejaba abiertas más incógnitas de las que resolvía en un constante salto adelante que al cabo de los años –bastantes- acabó pasando factura a la serie y le costó, aparte de por otros motivos, el puesto. Pero vamos por partes.
“20th Century Boys” nos narra a lo largo de 22 volúmenes publicados por Planeta las peripecias de Kenji , sus amigos y familiares a lo largo de varios períodos de su vida. Desde su infancia, en la que, junto con otros niños influidos por el manga, los anime y las películas de monstruos del momento, inventaron como un juego un plan detallado para destruir Tokyo, hacerse con el poder en Japón y, en último extremo, destruir el mundo, hasta, pasado el tiempo, y ya adultos, cada uno con su vida y problemas, cuando los viejos amigos se reúnen de nuevo al comprobar Kenji que los puntos de su plan infantil se están cumpliendo sin errores y que es posible que Amigo, el líder de una secta de creciente influencia, sea uno de sus antiguos compañeros de juegos y, lo que es peor, que esté haciendo realidad punto por punto cada etapa que planificaron hacia la destrucción del mundo en el año 2000.
Partiendo de este planteamiento, Urasawa crea un manga realmente entretenido y adictivo durante sus primeros tomos en los que asistimos a la incapacidad de Kenji para frenar los planes de Amigo. A partir del momento, en que el protagonismo de la serie pasa a Kanna, la sobrina de Kenji, en una sociedad futura marcada por la incapacidad de Kenji para evitar los planes de Amigo, Urosawa se dedica con habilidad a repetir las mismas pautas y trucos que van quedando cada vez más en evidencia conforme avanza la serie. Sin embargo, la gran decepción de la serie está en su final, con un enfrentamiento entre Amigo y un reaparecido Kenji falto de dramatismo, simplón y confuso, cerrando las tramas abiertas de cualquier manera y dejando un regusto amargo al lector que ha seguido fielmente la serie a lo largo de 22 volúmenes y una errática periodicidad en sus últimos tomos que, todo hay que decirlo, para nada ayuda a su seguimiento. Y, es una verdadera pena, porque Urasawa empezó muy bien esta serie con una trama incluso más elaborada y ambiciosa que la recomendabilísima “Monster” con una historia paralela a lo largo de dos períodos temporales muy bien solucionada y desarrollada a través de constantes “flashbacks” que recordaba –quizás en exceso- al “It” de Stephen King con referencias constantes a la cultura popular (música, rock and roll, anime, manga) de moda en el Japón de finales de los sesenta y la década de los setenta en el que el mismo Urosawa creció que sirven de pistas, algunas verdaderas otras falsas, a la historia. Sin embargo, Urasawa da en los últimos tomos de la serie la sensación de estar sobrepasado y cansado de la obra-monstruo que ha creado y lo finiquita por la vía rápida, dejando en evidencia una vez más su capacidad para terminar bien lo que tan bien empezó.
Esperemos que con su próxima obra de próxima, aunque varias veces aplazada, publicación en España, “Pluto”, logre dar con la tecla. Yo no pienso averiguarlo.

jueves, 22 de noviembre de 2007

“Murena” de Jean Dufaux y Philipe Delaby

Hoy vamos con una de romanos: “Murena”, la serie de Jean Dufaux (“Rapaces”, “Giacomo C”,” Djinn”, “Dixie Road”) y Philippe Delaby (“Moriganes”) de la que Planeta lleva publicados cinco álbumes, aunque ya anuncia por aquí el sexto para el próximo mes, con lo que alcanzaríamos la edición francesa.
“Murena” hasta el momento se ha dividido en dos ciclos, el Ciclo de la Madre y el Ciclo de la Esposa, del que se ha publicado completo en España el primero, que engloba los primeros cuatro volúmenes de la serie y el primer tomo del segundo.
La serie realiza un acercamiento novelado a la Roma de los cesares en la última época del emperador Claudio y el reinado de Nerón asistiendo de primera mano a todo tipo de intrigas palaciegas y amorosas en las que se entrecruzan los principales personajes de la serie, algunos de ellos históricos como Séneca, Mesalina o Popea y otros hábilmente caracterizados como el protagonista que da nombre el título (aunque realmente se trate de una serie bastante coral) , obsesionado durante el primer ciclo en vengar la muerte de su madre y en lo que llevamos del segundo abiertamente enfrentado con el temible Nerón. Precisamente, uno de los principales valores de la obra es el esfuerzo realizado por los autores en alejarse de la imagen preconcebida acerca de Nerón como un desequilibrado caprichoso y procurar hacer un acercamiento sensato y, en la medida de lo posible, documentado a su persona y las razones que motivaron su locura. Asimismo, otro de los principales atractivos de la serie radica en su preocupación en mostrar distintos elementos de la sociedad la vida romana sin despreciar por ello la intriga y la acción para mantener enganchado a cualquier lector.
Las referencias y fuentes de los autores para desarrollar la serie son variadas desde historiadores clásicos y modernos hasta novelas como “Quo vadis?” de Henryk Sienkiewicz o “Yo, Claudio” o “Claudio el dios y su esposa Mesalina” de Robert Graves, cuyas similitudes con la trama planteada por Dufaux son notables. Buena parte del mérito de la serie se centra en el trabajo de un extraordinario Delaby quién sabe dotar de verosimilitud y credibilidad la historia con un detallismo que hace una delicia demorarse en cada una de las viñetas sin que por ello la narración avance ágilmente bien secundado en el primer ciclo por la colorista Dina Kathelyn quién sabe complementar perfectamente los lápices de Delaby y cuya ausencia se nota demasiado en “La diosa negra”, el primer álbum del segundo ciclo, en el que su sustituto, Jérémy Petiqueux no está a la altura.
Si quieren hacerse con una obra europea entretenida y didáctica a buen precio no lo duden. Ya están tardando.

TITULOS PUBLICADOS

- “El púrpura y el oro
- “Arena y sangre
- “La mejor de las madres
- “Los que van a morir…”
- “La diosa negra

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Fernando Fernán Gómez (1921-2007)


A Fernando Fernán Gómez le recordarán lamentablemente los más jóvenes únicamente como el viejo cascarrabias que salía despotricando durante una temporada interminable en todas las televisiones contra un pobre admirador que quería saludarle. Sin embargo, bajo esa pose hosca y antipática de su ancianidad se escondía un estupendo actor de esos que ya casi no quedan, de los que nacían en cualquier parte en medio de una gira interminable y mamaban teatro y carretera. Un actor que con su inteligencia desbordó géneros para convertirse en un artista total: escritor, dramaturgo, director de teatro y cine. Encontró curiosamente en el cine una libertad interpretativa que le faltó sobre las tablas. Pero donde más destacó, aunque destacara para bien o para mal en todo lo que hacía, Fernán Gómez fue como dramaturgo y actor, actor y…¿cascarrabias?


D.E.P.

“Ladrones de tinta” de Alfonso Mateo Sagasta



A la vuelta de unas vacaciones en Lanzarote, como consecuencia de mi voracidad lectora, me encontré en la sala de espera del aeropuerto sin nada que leer a la espera de un avión que se retrasaba. Entre los libros que poblaban el estante del kiosco del aeropuerto llamó mi atención esta novela de título sugerente y autor para mí desconocido. Me dejé llevar por el título y la sobrecubierta y a partir de ese momento Alfonso Mateo Sagasta (“El Gabinete de las Maravillas”, “El olor de las especias”) se ha convertido en uno de mis novelistas españoles preferidos, al tiempo que transformó la demora del avión en un agradable pasatiempo por el que le estaré eternamente agradecido.
Mateo-Sagasta en esta novela realiza un relato a la vez culto y entretenido en el que nos traslada con naturalidad y rigor al Madrid del siglo de Oro en el que los grandes nombres clásicos de nuestra literatura convivían en amor y compañía con vividores, pícaros, nobles y políticos, al tiempo que escribían un día sí y otro también obras inmortales. La historia se inicia diez años después de la publicación por el impresor Francisco Robles de la primera parte del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha. En este lapso de tiempo, el éxito de la obra ha sido enorme y se espera con expectación que Cervantes publique la anunciada segunda parte, sin embargo, Robles ve mermar sus sueños de riqueza ante la publicación de la apócrifa segunda parte de la obra por un tal Alonso Fernández de Avellaneda. Rabioso, le encarga la investigación de la identidad del tal Avellaneda a Isidoro Montemayor, un pícaro aficionado a la literatura y las cantinas que trabaja en su imprenta y aspira a la hidalguía. Pronto Montemayor averiguará que Avellaneda no existe e iniciará una peligrosa investigación que le llevará desde los palacios señoriales a los tugurios de mala muerte y los círculos literarios para averiguar quién tiene tanto interés en difamar a Cervantes y tacharle de cornudo y homosexual, acusaciones que le pueden llevar a la hoguera.
Mateo-Sagasta consiguió en esta novela un desacostumbrado equilibrio entre géneros conjugando una estructura clásica de novela negra detectivesca ambientada con escrupulosidad y rigor en un siglo de oro perfectamente ambientado (no en vano el autor es Licenciado en Geografía e Historia). La novela avanza vertiginosa desde la ágil narración de un Isidoro Montemayor que implica desde la primera persona al lector en una investigación inteligente, culta y entretenida. Sin embargo, la investigación no es más que una excusa de Mateo-Sagasta para sumergirnos a través de unos secundarios estupendamente construidos mezclando aproximaciones a autores reales escrupulosamente caracterizados con otros ficticios que hace participes de subtramas cómicas como la que protagoniza el antihéroe Montemayor en su huida de su amada. Todo ello da un componente de verosimilitud imprescindible en una novela histórica que en muchas ocasiones se hecha en falta en novelas similares. Es de agradecer la existencia de un grupo de autores dispuestos a reivindicar y literaturizar nuestra historia, tan rica como la que más, con calidad y esmero, ante la avalancha de autores anglosajones dispuestos a escribir e imponerse en las listas de los más vendidos con novelas como poco sonrojantes.
“Ladrones de tinta” ha ganado varios premios, entre ellos el Ciudad de Zaragoza de Novela Histórica y la primera Edición del Premio Espartaco de Novela Histórica que otorga la Semana Negra de Gijón (ojo, que este último también lo ha ganado este año por “El Gabinete de las Maravillas” de las que les escribiré próximamente). Si tienen ocasión háganse con esta novela que hay ediciones de bolsillo muy aparentes y descubran a un autor que merece realmente la pena. Ya me contarán.

martes, 20 de noviembre de 2007

“Las Olivas Negras 2: Adán Harishon” de Guilbert y Sfar


Se hacía de rogar Ediciones Kraken a la hora de publicar la segunda entrega de “Las Olivas Negras” que tan buen sabor de boca me dejó tras su primera entrega, tal y como les comenté por aquí. Sin embargo, la espera ha valido la pena pues esta segunda entrega titulada “Adam Harishon” mantiene el nivel y llega incluso a superar a su antecesora.
En este segundo álbum, se retoma la acción en el punto en el que se dejó en el anterior album y se centra en la relación entre el pequeño Gamaliel y el zelote Josué, quienes parten del campamento zelote para rescatar al padre del niño prisionero en Jerusalén por los romanos. A través de la travesía del desierto Gamaniel y Josué llegan a un oasis en el que conocen a un nuevo grupo de judíos dedicados a la vida contemplativa liderados por el profeta Yeshayahu, mientras son buscados por Élie para evitar una desgracia. Previamente, Gamaliel en sus aventuras en el desierto ha conocido a un extraño ermitaño que vive con la única compañía de unas serpientes y dice ser Adam Harishon, el primer hombre creado por Dios según la tradición hebraica, el cuál salva a uno de los desertores galos de la picadura de una serpiente y establece una extraña relación con el niño.
En este segundo volumen de “Las olivas negras” se confirma el excelente trabajo que el dúo Sfar ("La Mazmorra", "El gato del rabino") - Guilbert ("La guerra de Alan","El Fotografo")es capaz de realizar en esta historia rica y compleja, llena de matices y significados desde una aparente simplicidad narrativa y compositiva. Partiendo del infantil e inocente punto de vista de Gamaniel, Sfar analiza los cimientos y características de la fe hebraica a través del carácter y personalidad de los distintos personajes con los que se va cruzando el joven Gamaniel en la búsqueda de su padre. Así, contraponiendo a la firmeza y ternura de la figura paterna en la enseñanza de su fe que conocimos en el anterior volumen, se nos presenta en este al zelote Josué, un hombre acomplejado y cobarde que encuentra en su religión la justificación para enfrentarse a los invasores de su país, y al cínico e hipócrita profeta Yeshayahu, dispuesto a tergiversar las enseñanzas de la Torá en su propio beneficio y a prestar su ayuda a Eliá a cambio de oro. Ambos personajes están pensados para provocar la antipatía del lector por un Sfar que ofrece a lo largo del vagabundeo de su protagonista tantas preguntas como respuestas en una historia de corte histórico pero cuyas conclusiones podrían ser perfectamente extrapolables a nuestra época. Es sorprendente la capacidad que desarrolla este autor para incorporar ideas tan complejas en un relato aparentemente muy sencillo sin resultar en ningún momento farragoso ni aburrido para cualquier lector, que sin entrar en simbologías ni complejidades puede disfrutar simplemente de las aventuras del niño que busca a su padre. Toda esta riqueza argumental Sfar no la hubiera podido desarrollar sin la gran labor que desarrolla en esta historia un Enmanuel Guilbert capaz de dar forma a toda la estructura ideada por Sfar a través de una clasica composición de seis viñetas por página aparentemente muy sencilla pero tremendamente eficaz. Guilbert juega permanentemente a lo largo de las viñetas con diferentes planos para narrar una secuencia continuada con lo que ayuda a caracterizar y posicionar a cada uno de los personajes jugando con primeros planos y planos intermedios para establecer el marco adecuado en el que incorporar con naturalidad los ajustados y pensados diálogos de Sfar. Al mismo tiempo, muestra un total dominio del medio para romper la linealidad del relato y mostrarnos otras situaciones sin que ello resulte violento ni merme la calidad de la lectura. También hay que destacar el uso del color que realiza Walter en esta obra dotándola a través de unos colores planos de toda la sobriedad que necesita y sabiendo mostrar las diferentes ambientaciones que el paisaje, importante elemento de la historia, requiere. Los amarillos de Walter queman como el desierto de día y sus violetas reflejan el frío de las noches del desierto. Un excelente trabajo.
Sin más, os recomiendo esta serie cuyos albumes hasta ahora son una pequeña maravilla y uno de los mejores cómics europeos publicados en lo que llevamos de año y de la que todavía nos faltan por disfrutar dos volúmenes más. Quizás el único pero que se pueda poner es la edición de Kraken usa de un papel excesivamente fino, que hace que las páginas se transparenten al trasluz. Esperemos que en próximos álbunes la editorial sea capaz de solucionarlo.

lunes, 19 de noviembre de 2007

Max, ganador del Primer Premio Nacional de Cómic

Me entero por aquí que Max ha ganado el Premio Nacional de Cómic 2006, otorgado por el Ministerio de Cultura, por “Bardín el superrealista”, lo cuál es de justicia con tal que se conozca un poco de la biografía e inquietudes de este autor.
Al mismo tiempo me parece doblemente reseñable el hecho que se trate de un premio no endogámico dado por el círculo estrecho de los meros aficionados al amparo de un Festival o de un grupo de artistas con mejores intenciones que medios, sino un premio otorgado por primera vez por el Estado y que “normaliza” el Cómic equiparándolo con otras actividades culturales que desde hace tiempo cuentan con el prestigio que da siempre el respaldo institucional y por ende de los medios de comunicación masivos. Este es un paso más, pero es un paso muy importante.
Los miembros del Jurado han elegido entre cualquiera de los cómics publicados durante 2006 en España en cualquiera de sus lenguas oficiales y, en principio, no creo que haya desconfianzas en cuanto a la elección del ganador por parte de nadie. De “Bardín el Superrealista” nada puedo comentar porque no lo he leído aunque admito que leyendo cosas como esta –“obra gráficamente deslumbrante, con un guión original, y llena de referencias literarias, filosóficas y cinematográficas”- va a resultar difícil resistirse. (Ya les contaré si acaso mis impresiones).


¡Felicidades MAX!

“Batman Arkham: Joker” de varios autores.

Planeta de Agostini inicía con este álbum una recopilación en doce volúmenes de algunas de las “mejores historias” del hombre murciélago. Cada uno de los volúmenes está dedicado a un enemigo diferente. El primero, como no podía ser de otra manera, se centra en la gran némesis de Batman, el Joker.
Esta recopilación no es la mejor que se podría haber hecho de los emocionantes enfrentamientos entre el Joker y Batman pero sí es una recopilación correcta, que muestra su evolución a lo largo de los casi setenta años de historia del Detective. Faltan muchas de las mejores historias que han enfrentado a estas dos caras de la misma moneda (a propósito Dos caras ya han anunciado en la web que es la siguiente entrega) y son susceptibles por fama y autores de ser publicadas en otros formatos, como por ejemplo, “La Broma Asesina” que ya ha sido anunciada en formato Absolute, pero ninguna de las cinco que se reúnen en este tomo desmerece ni por calidad ni por autores. Así, tenemos historias indispensables como la primera aparición del Joker o el origen de Capucha Roja firmada por autores clásicos del personaje como sus creadores Bob Kane y el guionista Bill Finger, una magistral historia setentera como “Atroz cumpleaños querido Joker” firmada por Len Wein y Walt Simonson , e historias más cercanas en el tiempo como “El Abogado del Diablo” de Chuck Dixon y Graham Nolan o el “remake” , inédito en castellano, del origen del Joker titulado “El hombre que ríe” narrado por Ed Brubaker y Doug Mahnke. En principio, la mayoría de las historias son bien conocidas por los lectores veteranos de Batman pues el material más clásico ya ha sido objeto de otras ediciones en castellano por Zinco en la excelente recopilación "Las Mejores Historias de El Joker Jamás Contadas" (si no la tienen búsquenla porque tiene material excelente, aunque supongo que estará difícil), y “El Abogado del Diablo” también fue publicada por Zinco en su momento pero los nuevos aficionados a Batman no pueden dejar la oportunidad de hacerse con las historias clásicas del personaje a muy buen precio, sobre todo esa primera aparición del Joker estupendamente narrada por el nunca suficientemente reconocido Bill Finger o disfrutar del dibujo de Sheldon Moldoff y el guión de George Roussos en la historia sobre Capucha Roja. También es destacable la historia “setentera” narrada por Wein y un jovencito Simonson que a falta de otros nombres que hicieron grande al personaje en esta época (Carmine Infantino, Marshall Rogers, o Neal Adams) está muy apañada y recoge la esencia del personaje en aquella época. “El abogado del diablo” es una muy correcta historia de los ochenta en la que Dixon sabe jugar bien con la tensión de la historia para mantener el interés del lector en una trama a la que quizás le sobren algunas páginas. Y probablemente el plato fuerte para la mayoría sea “El hombre que rie” en la que Brubaker hace su particular aproximación al origen del Joker dotándole de un aura mucho más siniestra, psicótica y realista adaptándolo al gusto del lector actual e incorporándolo perfectamente en la cronología posterior a “Año Uno” de Frank Miller.
En definitiva, una antología bastante correcta que agradará a todos los seguidores del Hombre Murciélago y que obligará a hacerse con ella a los coleccionistas veteranos aun cuando ya dispongan de la mayor parte del material, , ya que siempre habrá una historia inédita (¡ Qué malos son los editores de Planeta!).

viernes, 16 de noviembre de 2007

Mortadelo y Filemon, 50 aniversario



Pues hoy vamos de celebración de aniversarios. En concreto y por más que le pese alguno ha llegado al medio siglo el cómic por antonomasia español del siglo XX, el más leído y el más recordado, no ya por las “rara avis” fanáticas que devoramos papel con dibujitos sino por los españolitos nacidos y criados en la segunda mitad del siglo pasado. Se trata, ya lo habrán imaginado, de “Mortadelo y Filemón”, las más famosas criaturas de ese stajonavista del cómic que es Francisco Ibáñez. Desde 1957 y a lo largo de diferentes etapas, estos dos trasuntos ridículos, surrealistas, chapuceros y entrañables de Sherlock Holmes y Watson han ido apareciendo en aventuras serializadas en diferentes revistas como “Pulgarcito” y “Mortadelo” o en álbumes en la añorada colección Olé o en las recopilaciones de “Super Humor”. Desde sus primeras apariciones los personajes han ido evolucionando a lo largo de los años para adaptarse tanto estéticamente como en contenidos a la realidad del momento. Sin embargo y, a pesar de esta prolífica carrera, para mí su mejor época fue durante las décadas de los sesenta y setenta donde el Ibáñez más imaginativo y surrealista, sin dejar de tomar referencias de los clásicos europeos, sobre todo a Franquin, supo dotar de su identidad definitiva a los personajes, abandonando su propia agencia de detectives para ingresar en la T.I.A, e incorporar a un plantel de secundarios que enseguida contaron con el respaldo de los lectores como el profesor Bacterio, el Super Vicente o la secretaría Ofelia. De esta época son mis álbumes favoritos “Chapeau El esmirriau”, “La máquina del Cambiazo” y “Argentina 78”.
Coincidiendo y aprovechando el aniversario Ediciones B ha sacado un libro conmemorativo en el que se comentan las diferentes etapas de la serie prologado por Alex de la Iglesia, aunque mi consejo es que la mejor celebración consiste en volver a leer vuestros álbumes clásicos. A propósito, ¿cuál es vuestro favorito?

jueves, 15 de noviembre de 2007

Nominaciones Premios Expocómic o el día de la marmota aplicado al Cómic.

Nueva hornada de premios recién salidita del horno. Esta vez las del Expocómic de Madrid que – parece mentira, que viejo soy ya – llegan a su décima edición.
Si quieren consultar la lista completa de nominados y votar pueden hacerlo aquí aunque les adelanto que, aunque hay un poquito de todo y para todos los gustos, el Jurado y/o la organización deberían evitar mencionar a los mismos autores más de dos años seguidos o al menos no incluir a un autor ganador el año anterior porque al final se tiene la sensación que sólo hay cinco autores en el mundo o que vivimos las mismas nominaciones año tras año. Por lo menos, este año no figuran “20th Century Boys” y Urasawa. Algo es algo.
Yo les dejo aquí mis apuestas aunque, por supuesto, no acertaré ninguno:
Mejor obra española : “El vecino 2
Mejor guionista nacional: Santiago Garcia por ser consecuente aunque Raúle también se lo merecería por “Jack Maynard”.
Mejor dibujante nacional: Carlos Pacheco. Hay que repartir que Ferry ya ha ganado alguna vez aunque el trabajo de Pedro Camello en "Treyes 3" no está nada mal.
Mejor obra extranjera: “Fabulas: tierras natales” que el giro en qué desvelan quién es el Adversario es de lo mejorcito de lo publicado en esta colección y ya le toca un premio a esta serie.
Mejor guionista internacional: Aquí tenemos otra vez a un par de los de siempre (Kirkman y Brubaker) que ya han ganado alguna vez algún premio así que mi voto va en esta ocasión para Willingham por seguir siendo consecuentes aunque también me gusta mucho el Vaughan de “Ex Machina” .
Mejor dibujante internacional: pues para Rosinski que en la segunda parte del conde Skarbek dibuja un álbum precioso aunque se publicara en 2006, pequeño detalle que se le ha escapado a la organización. Phillips o Buckingham también serían merecedores del premio.
Mejor Autor Revelación: En esta ocasión y por desconocimiento propio me inclino por la israelí Rutu Mordan y su “Metralla” que es la única que he leído y cuya obra me gustó (Pronto escribiré algo al respecto).
Mejor Fanzine: No leo fanzines, lo siento. Así que premio desierto.
Mejor Web: Aunque son todas muy interesantes, me inclino por Entre Comics por varias razones. Se curran mucho las entrevistas, me gustan sus críticas y Mar es buena amiga de este humilde blog (Besitos, Mar).

Y hasta aquí hemos llegado, si quieren ver como año tras año se repiten varios de los autores y de los ganadores sólo tienen que pinchar aquí, aquí, aquí o aquí.
Esperemos que para otros años haya más variedad aunque es lógico que en unos premios dados por votación popular los autores deban ser necesariamente eso, populares.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Blues por Fontdevila y Guillermo (y por los demás, también)


Imagino que ya se habrán enterado de la gran noticia del día de ayer (y no, no me refiero a la separación “temporal” de Elena de Borbón y Jaime Marichalar, que a mí me la trae al pairo) sino al anuncio del fallo del juez de la Audiencia Nacional, José María Vázquez Honrubia en el que condena a Manel Fontdevila y Guillermo Torres, los dibujantes de “El Jueves”, a pagar 3000 euros cada uno por la famosa portada de la discordia de la que ya hemos venido hablando aquí y aquí. Por ahí, ya ha salido quién está dispuesto a hacer una colecta para pagar la multa (esto me ha recordado a la Lola Flores cuando salía pidiendo un duro a todos los españoles para pagar su fraude con Hacienda) y los autores aparte de mostrar su cabreo (no me extraña) y desacuerdo con la sentencia por aquí ya anuncian su intención de recurrir.
Que la sentencia es injusta es de sentido común y que los argumentos en los que aparentemente se basa el juez son poco consistentes también. “Ciudadanos españoles medios”, que yo sepa, somos todos hasta que por alguna circunstancia – la que sea- dejamos de serlo e imagino que la mayoría de los “ciudadanos medios” habrán pasado del tema porque otros problemas “medios” (pagar una hipoteca, encontrar trabajo, etc.) tendrán y los que pudieran sentirse ofendidos por la portada no compraron la revista y punto porque yo desde mi concepción tan abstracta como la del juez presupongo que los “ciudadanos medios” tienen suficiente madurez para saber comprar aquello que les gusta y dejar en el kiosco lo que no les gusta. Que un dibujo representando a una pareja practicando sexo en una revista de humor gráfico sea objetivamente injurioso me sorprende a estas alturas de la fiesta porque no hay distracción “media” más agradable que practicar sexo y que la Fiscalía se ocupe de tutelar y fiscalizar el “orden social” de esta manera y no persiguiendo con igual saña comportamientos delictivos más graves a mí como “ciudadanos medio” me sonroja.
La portada de “El Jueves” era tan atentatoria como muchas de las que la revista ha venido publicando en los últimos veinticinco años y que no habían escandalizado a nadie ni creado “alarma social” ninguna, y son mucho menos injuriosas, en mi opinión, que las opiniones y comentarios que se vierten diariamente en múltiples programas televisivos (a ver cómo se portan ahora con el “notición” del divorcio). Sin embargo, puesta en marcha la máquina judicial por exceso de celo o por algún interés más oscuro que se nos escape, estaba claro que el Juez iba a fallar de esta manera: un pescozón rebajando la petición inicial de la Fiscalía que no dolerá (aunque sea donde más duela realmente) a los autores más allá de su amor propio y saber que han sido tratados con un rasero diferente que a otros, porque imagino que a “El Jueves” no le costará nada asumir el coste de ambas multas dado que gracias a toda la polémica generada han conseguido mejorar sus ventas y volver al candelero de la opinión pública como no lo hacía desde la Transición.
Más grave me parece para el resto de los “ciudadanos medios” se penalice de esta manera la libertad de expresión de un medio que, en definitiva, es un derecho inalienable y que realmente la Judicatura debería garantizar. Pero, ya se sabe, vivimos tiempos oscuros…

martes, 13 de noviembre de 2007

“666” de Ylana


Tras el buen sabor que nos dejó la anterior obra de Yllana e Imprebis en la que homenajeaban y parodiaban a los geniales Monty Python y de la que ya comenté algo por aquí, la semana pasada aprovechamos el festivo para volver de nuevo al teatro Alfil para ver esta vez un montaje de la compañía Ylana en solitario: “666”.
En “666”, nos encontramos ante cuatro terribles presos que llegan al corredor de la muerte, tipos duros que no tienen nada que perder y que deben adaptarse a convivir entre ellos y con sus guardianes, mientras esperan sus surrealistas y chapuceras ejecuciones mientras sueñan con la libertad, arrasar con todo bicho viviente o pasar un ratito con una mujer, para terminar donde terminan todos los malos de corazón: en el Infierno con los demonios.
Partiendo de este argumento, Fidel Fernández, Joseph O’Curneen, Juan Francisco Ramos y Raúl Cano que dan vida durante la hora y media que dura el montaje a todos los personajes, crean un espectáculo cómico gestual y mímico de primera en la que todo está perfectamente calculado para provocar la carcajada del espectador a través del humor más irreverente, chabacano y divertido que puedan imaginar con el que logran la implicación activa del espectador a través de las bromas y amenazas de los terribles reclusos usando únicamente sus cuerpos y la onomatopeya como canal de comunicación con el espectador. La comicidad de unos actores especialmente dotados para el esfuerzo que supone hacer reír al espectador durante todo el tiempo que dura la obra, sin un segundo de descanso, hace de esta un espectáculo tan entretenido como adictivo dejando al público con ganas de presenciar más gamberradas sobre el escenario.
“666” es una de las producciones de Ylana más veteranas y ha sido representada por todo el mundo logrando varios premios y menciones. Les aconsejo que si van a ver el montaje y no quieren que les hagan participes del mismo no se sienten en las primeras filas ya que pueden acabar como mínimo, a remojo.

lunes, 12 de noviembre de 2007

“Promesas del Este” de David Cronenberg

Antes de ver una película de David Cronenberg intento asegurarme mucho de lo que voy a ver. Me explico: para mí Cronenberg es la irregularidad hecha director de cine. Nunca sabes lo que te vas a encontrar cuando compras una entrada para ver una de sus películas. Algunas son tan curiosas e interesantes como “Crash” o “La Mosca”, otras el mayor truño que ha dañado mis retinas en una sala y todavía aparece en mis peores pesadillas como es “Existenz”. Vamos, lo que finamente se califica como un “director capaz de lo mejor o lo peor” pero llevado hasta sus últimas consecuencias. Por eso, cuando se estrenó esta película, tenía sentimientos contradictorios: por un lado todo lo que leía o escuchaba me atraía – soy un fanático de las películas de “gangsters” y me las trago casi todas por tópicas que sean- y por otro, estaba el factor Cronenberg que aconsejaba esperar a las ofertas de la Fnac o el Vips. La curiosidad pudo más y con más miedo que vergüenza fui a verla. Por suerte, tocaba la de arena (o la de cal, que nunca me queda claro cuál es la buena).
“Promesas del Este” es una película absorbente, que engancha de principio a fin, en la que partiendo de un hecho banal como es el diario de una moribunda, Cronenberg hace confluir dos mundos, dos existencias paralelas, en el contexto de los emigrantes rusos en Londres, con maestría y lo que en la mayor parte de sus películas falta: contención. Anna (Naomi Watts) una joven enfermera atiende a una adolescente embarazada. La chica muere al dar a luz a una niña y entre sus pertenencias lo único que encuentra que pueda aclarar algo de su pasado es un diario escrito en ruso. A través de la lectura del diario reconstruirá la historia de la muchacha y entablará contacto con la peligrosa mafia rusa del West End, los Bori Zakone y su jefe, Semyon (Armin Muehler-Stahl) quien estará dispuesto a hacer lo que sea para evitar que descubra el secreto que guardan sus páginas, contando únicamente con la ayuda de Nikolay (Viggo Mortensen), un ambiguo y misterioso chofer de la organización mafiosa dispuesto a hacer lo que sea para escalar dentro de la misma ayudado por el loco hijo borracho de Senyon, Kirill (Vincent Cassel).
Con estos mimbres, Cronenberg hace una de las mejores películas del año, manteniendo en vilo al espectador desde el principio de la misma, ayudado por un magnífico guión de Steven Knight en el que todos los personajes aparecen perfectamente caracterizados lo que se refleja en el trabajo de un reparto que clava cada uno de los personajes, destacando, aparte de los protagonistas -Mortensen con estos papeles logrará hacernos olvidar que un día hizo de Aragorn y Naomi Watts construye una Anna llena de matices que conmueve a la vez que enamora-, unos excelentes Vincent Cassel y Armin Muehler Stahl en sus papeles de mafiosos, a través de unas imágenes tan potentes como precisas. Porque a Cronenberg, al que en la mayoría de sus películas dentro del género fantástico y de terror, se le podría acusar de un excesivo gusto por la casquería y la sangre en “Promesas del Este” parece haber aprendido cómo estremecer a los espectadores a través de la verosimilitud, con unas escenas de acción realistas y contundentes. La historia es equilibrada y las motivaciones de cada uno de los personajes se van descubriendo al espectador conforme avanza la cinta pudiéndosele únicamente achacar un final excesivamente condescendiente con sus protagonistas. Sin embargo, las piezas encajan perfectamente y el espectador sale del cine con la seguridad de haber asistido a una sesión de cine del de antes, del que engancha y sobrecoge, y una película de mafia a la altura de los grandes títulos del género.
Si hubiera justicia el Oscar a la Mejor Película Extranjera para mí ya tendría dueño. Ahora véanla ustedes y me cuentan que les parece.

sábado, 10 de noviembre de 2007

Norman Mailer (1923-2007)

A los 84 años y tras unos días ingresado por problemas respiratorios nos ha dejado uno de los últimos escritores concienciados y comprometidos, sobre todo consigo mismo y su leyenda, de Estados Unidos, un tipo de literatura que hoy no se estila pero que para algunos resulta imprescindible, y que a través de sus novelas, biografías y artículos supo dejar testimonio de buena parte de los acontecimientos vividos en su país – y por consiguiente en el mundo – durante el pasado siglo. La lectura en su momento de “Los desnudos y los muertos” en la que a través de sus experiencias en la II Guerra Mundial inauguró una forma de narrar y contar la guerra ha sido posteriormente imitada hasta la saciedad tanto en la literatura como en el cine me impactó en su momento. Después siguieron los Pulitzer, y otras novelas que debo recuperar si algún día encuentro tiempo para ello como “Los ejércitos de la noche” o “La canción del verdugo”, así como en una vida personal intensa que le llevó a casarse seis veces y presentar su candidatura a la alcaldía de Nueva York.

D.E.P.

viernes, 9 de noviembre de 2007

“Y, el último hombre: Dragones en el kimono” de Brian K. Vaughan y Pia Guerra.



Nuevo recopilatorio de la estupenda “Y, el último hombre” publicado por Planeta y que recoge los números 43 al 48 de la colección yanqui en el que Brian K. Vaughan (“Ex Machina”) va preparando progresiva y metódicamente el desenlace de la serie, anunciado para el número 60 que se publicará en Enero en los EEUU, profundizando a través de episodios autoconclusivos en el pasado y la personalidad de algunos de los principales secundarios como la Doctora Mann o la despiadada teniente general israelí Alter mientras que en el arco principal que da título al tomo Yorick acompañado de 355 continua su estancia en un Japón transtornado por la ausencia de hombres y se enfrentan, ayudadas por la ambigua You, a las nuevas yakuzas femeninas capitaneadas por una popstar medio loca para recuperar a Ampersand, mientras que en el resto del mundo los hechos se precipitan al poder convertirse Yorick en el desencadenante de una nueva Guerra Mundial
La nueva entrega de Vaughan nos ofrece los mismos ingredientes que el resto de la serie: una curiosa, entretenida e inteligente revisión del clásico de la ciencia ficción de supervivientes en un mundo arrasado que popularizara el estupendo “Soy leyenda” de Richard Matheson y que, curiosamente, está teniendo un revival en el mundillo del cómic (también del cine, que acabo de ver el anuncio de un “remake” de “El último hombre en la Tierra” protagonizado por Denzel Washington) con “Los muertos vivientes” de Robert Kirkman, de la que ya hemos hablado aquí -sí, es una serie de zombies, pero las referencias de Kirkman van más allá de los zombies – e “Y, el último hombre”, que hoy nos ocupa. Llevamos algún tiempo disfrutando de las mejores historias de Vaughan en esta colección en la que situando al inocente Yorick en diferentes lugares del mundo en su búsqueda de su amada Beth, Vaughan va dejando perlitas sobre diferentes temas a través de unos diálogos inteligentes que no caen en la pretensiosidad a pesar de sus constantes referencias y unos personajes llenos de matices que ganan en complejidad conforme avanza la colección, algo que Vaughan se preocupa sabiamente de recordar al lector para dejar constancia de cómo el paso del tiempo y los acontecimientos afectan a los personajes (se supone que han transcurrido cuatro años desde el inicio de la serie). Si no fuese por la habilidad de Vaughan en el tratamiento de personajes probablemente nos encontraríamos con una estructura de guiones excesivamente monótona ya que Vaughan lleva cuarenta y ocho números haciendo más o menos lo mismo siguiendo esquemas que se iniciaron en los “western” y encontró en las teleseries y las “road movie” su nicho natural.
En el aspecto gráfico, Pia Guerra da su mejor nivel en este recopilatorio demostrando que por fin le ha cogido el tranquillo a la serie y los personajes con un dibujo realista aunque en mi opinión excesivamente frío y neutro e incluso Goran Sudzuka, que está cortado por el mismo patrón que la Guerra, parece más suelto.
Si quieren leer algo más que una historia de tipos en calzoncillos pegándose unos a otros háganse con esta colección que les gustará.
Para leer algo más sobre “Y: el último hombre” en El lector impaciente… pinchad aquí

jueves, 8 de noviembre de 2007

Carlos Giménez y “Las otras víctimas de la dictadura”.


Elena Vergara me informa amablemente sobre la celebración los próximos días 16 y 17 de Noviembre de 2007 de las Primeras Jornadas sobre las “otras” víctimas de la dictadura organizadas por el Foro por la Memoria de la Comunidad de Madrid en las que se hablará y rendirá homenaje a todos aquellos que sufrieron la represión de los vencedores haciendo especial mención a las mujeres cuyos derechos se vieron limitados, los hijos de republicanos muertos encarcelados entregados a familias o a hospicios y homosexuales y transexuales marginados y perseguidos, En las Jornadas participa el sin par Carlos Giménez quién vivió en carne propia tan oscuros días y lo supo plasmar como nadie en su obra.

Les dejo un enlace con el programa de las Jornadas por si les interesa:

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Paul Norris (1914-2007)

A través de “C de Arte” me entero de la muerte de Paul Norris, prolífico dibujante de series como “Brick Bradford”, “Agente X-9”, “Jungle Jim“, “Magnus, robot fighter”, “Tarzán de los Monos” o “Flash Gordon” pero que quizás sea más recordable por ser cocreador junto a Mort Weisinger de "Aquaman." Trabajó sobre todo para DC, KFS y Western.


D.E.P.

“Los innombrables 2: Aventura en Amarillo” de Yann & Conrad.

Leído “Avenura en Amarillo”, la segunda entrega de “Los innombrables” que Dibukks acaba de sacar casi por sorpresa tras un par de abortados anuncios anteriores, la sensación que queda es agridulce ya que nos encontramos ante un cómic bastante correcto dentro del género de aventuras pero que llega a España demasiado tarde para entender el carácter rupturista que tuvo en su momento allá por los años ochenta (¡sólo llega con veintitantos años de retraso!).
En este álbum podemos ver en práctica dos grandes talentos del cómic europeo que renovaron el panorama de la BD aportando temáticas más adultas. Por un lado, el guionista Yann un guionista todoterreno capaz de realizar obras tan diferentes dejando muestras de su indudable calidad en obras tan distintas como el primer volumen de “Sambre” en colaboración con Yslaire del que ya hablamos aquí, o “El cometa de Cártago” para “Freddy Lombard” junto a Chaland del que también dijimos algo aquí. Por otro, Conrad, un dibujante excepcional que supo modernizar los principios de la escuela franco-belga desde un aparente clasicismo narrativo. Probablemente, lo más destacable del cómic que nos ocupa sea el interés del equipo artístico de siendo fieles al género de aventuras tratar desde un humor negro y ácido temáticas adultas. Todos estos elementos, que influyeron de manera notable en el cómic europeo a posteriori abriendo la puerta a nuevas temáticas y actitudes, aparecen en “Aventura en Amarillo” por primera vez de una manera clara.
Hasta aquí la historia del cómic, a partir de ahora el cómic en sí. En este álbum los tres amigos Innombrables que dan título a la saga prosiguen sus aventuras en un Hong Kong amenazado ante el avance de los chinos comunistas de Mao y repleto de intrigas y espías. Mac y sus cólegas, ajenos a estos líos mantienen un discreto y fructífero negocio de contrabando de perros y misioneras con el que pretenden financiar la compra de un burdel en el que trabaja la dulce Junco Florido. Sin embargo, en su camino se cruza Alix, la tigresa blanca, una espía comunista que pretende huir del nacionalista general Lichi y de Sybil, la hija de uno de los principales magnates europeos de Hong Kong, con la que Mac tiene un pequeño escarceo amoroso. La huida de Alix y la muerte de Junco por Lichi provocan que Mac y sus amigos empiecen a tomarse la situación como como algo personal. Hasta aquí a grades rasgos la historia. Un argumento inconcluso que supongo tendrá su continuación en el siguiente tomo de la serie pero que deja al lector completamente a medias. Yann va incorporando tramas y subargumentos en un complicado juego que exige bastante del lector y del dibujante para encontrase finalmente con la decepción de encontrarse con una historia a medias. Por otro lado buena parte de los gags que Yann imprime a la serie han perdido parte de su efecto cómico con el paso del tiempo o quizás sea yo el que no conecte con ellos. Más interesante me ha parecido que es la soterrada critica al colonialismo tras la segunda guerra mundial o incorporar el sexo explícito en las historias. Otra cosa es el dibujo de Conrad quién hace una tarea extraordinaria en un álbum vistoso y excelentemente dibujado que es una delicia de contemplar haciendo un uso excelente de elementos tales como la onomatopeya, el color y el trazo para jugar con ambientaciones y situaciones. Sin embargo, no me queda claro lo que es original y lo que es incorporado dada la costumbre de este autor por retocar los albumes con posterioridad lo que ha llevado a que se hayan publicado de este mismo álbum varias ediciones en Francia a lo largo del tiempo.
En definitiva, un álbum para los amantes de la aventura gamberra y desenfadada que dejará al lector a medias por lo que recomiendo esperar a la publicación del tercer tomo de la serie. Cuando lea el final, quizás pueda valorar mejor si la serie es tan buena como se presupone o el tiempo ha jugado en su contra. Ya les contaré en su momento.

martes, 6 de noviembre de 2007

“Olvida los tambores” de Ana Diosdado.



El sábado tocó visita al teatro para ver el nuevo montaje de “Olvida los tambores”, la primera obra de Ana Diosdado que se estrenó por primera vez hace ya la friolera de treinta y siete años y que vuelve a las carteleras en el teatro La Latina de Madrid en un nuevo montaje de con un grupo de actores jóvenes y mediáticos tras su participación en un montón de series televisivas. Iba yo con la mosca detrás de la oreja ya que, aunque tengo un buen recuerdo de las series televisivas en que guionizó la Diosdado, la temática de la obra en la que se reflejan buena parte de las dudas, miedos e ilusiones de la sociedad y juventud de la época y la presencia de algunos actores de calidad dudosa me hacía desconfiar.
Vista la obra, hay más luces que sombras porque aunque haya partes que han envejecido mal con un personaje, Nacho, que por momentos resulta muy cargante con su comportamiento analítico y cargado de moralina aunque su presencia sea imprescindible al ser el que define y orienta el comportamiento del resto. Sin desvelar, demasiado del argumento adelantaré que Tony y Alicia son un joven matrimonio ajeno a convencionalismos que pretenden vivir según sus propios ideales. El día de su aniversario en el que, además, van a celebrar una cena de trabajo de la que depende el futuro laboral de Tony y Pepe, su mejor amigo, con Nacho, un maduro productor discográfico, llega Pili, la hermana de Alicia huyendo de un matrimonio aburrido y rutinario con Lorenzo, un joven arquitecto bobalicón y conservador que también acude al apartamento de Alicia para intentar convencer a su mujer que vuelva con él. Tras la cena, mediante el personaje de Nacho, Diosdado va desgranando las reacciones, sentimientos y secretos de cada uno de los personajes para precipitarlos en un final dramático que deja a los protagonistas en una dura encrucijada sobre cómo afrontar sus vidas en el futuro y asumir las cargas de la madurez.
La obra dividida en dos actos se vuelve más interesante conforme avanza la trama acelerándose a partir del segundo acto. La obra mantiene buena parte de su interés a pesar de los años transcurridos porque, en definitiva, trata sobre problemas humanos y las frustraciones de la juventud de hace treinta años y los roles de los personajes son muy similares a los que puedan encontrarse en la actualidad. Sin embargo, el montaje de Víctor Conde aunque bastante lúcido en cuanto a la ambientación de la época es quizás demasiado conservador sin aportar ningún punto de originalidad respecto al primer montaje de referencia. Respecto al trabajo de los actores, hay que romper una lanza a favor de estos jóvenes actores que provienen de un medio tan distinto como el televisivo y aquí demuestran, como poco, interés para ir más allá de la opción fácil de encasillarse en la serie ñoña de turno. La obra permite el lucimiento de todos los actores en una amplia variedad de registros, aunque al inicio a la pareja formada por la debutante en teatro Ana Polvorosa (es la hija de “Aida” pero denle una oportunidad que está bastante bien) y Antonio Hortelano (“Compañeros”)le falte complicidad para resultar creíble, carencia que se difumina conforme va apareciendo en escena el resto del reparto que con sus excelentes actuaciones arropan a la pareja de protagonistas, destacando si cabe a Leandro Rivera , que borda el papel de Pepe, el personaje sobre el que recae la compleja tarea de aliviar humorísticamente la tensión que acumula el resto y con el que Rivera se mete al público en el bolsillo. El resto del reparto lo completan la meidática Cármen Morales, bastante correcta en el papel de Pili aunque un poco limitada en cuanto a su “vis dramática”, un notable Guillermo Ortega en el papel de Lorenzo y un gran Antonio Albella como Nacho que ha pasado de hacer el loco con los abanicos de Locomia a convertirse en un excelente actor.
Ya saben, si les apetece pásense por el teatro La Latina y me cuentan que les ha parecido la obra que hasta Febrero que está en cartel tienen tiempo.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Visiones de París



Con mucho retraso, les dejo algunas impresiones sobre mi reciente semana de vacaciones en la Ciudad de las Luces, como algunos de ustedes hábilmente adivinaron aquí.
Como tampoco quiero caer en la glosa fácil de los lugares comunes e imprescindibles de inevitable visita y que se disfrutan más conforme mejor acompañados vayan, les hablaré sobre aquellas pequeñas cosas que llamaron más mi atención y puedan resultarles útiles si alguna vez van por allí.
Lo primero de todo, las distancias. Efectivamente, amigos, París es una ciudad grande, excesivamente grande para mi gusto y en la que todo quedaría bastante lejos si no fuese por la estupenda red de metro de la que disponen nuestros vecinos (aunque el metro es antiguo no está demasiado sucio y es muy rápido) salvo... cuando deciden ponerse en huelga, en cuyo caso los parisinos se hacen con una buena bicicleta, patín o patinete y deambulan de aquí para allá sorteando el tráfico automovilístico que colapsa sus enormes avenidas mientras los pobres turistas juramos en arameo conforme se nos van hinchando los pies y desgastando las suelas de los zapatos. Admiración y un poco de envidia me provoca el tema este de la huelga, supuestamente sólo de transporte pero que en la práctica logró movilizar buena parte del sector público durante un día entero y parte del otro provocando, entre otras cosas,que los museos permanecieran cerrados todo un día cuando por las Españas no somos capaces de ponernos de acuerdo en la más mínima reclamación o defensa de nuestros derechos laborales.
Varios mitos se me cayeron en este viaje, que es lo que tiene conocer los sitios por uno mismo: por un lado, el del carácter altivo de los franceses y, por otro, que Francia es un paraíso para los aficionados al cómic en el que casi, casi los cómics buenos, bonitos y baratos llueven del Cielo como si fuese el maná o las treinta vírgenes prometidas que me esperan en el Paraíso (chicas, lo siento no sé lo que os toca a vosotras en el Paraíso, según el Corán).
Los franceses que tratamos fueron, en todo caso, bastante amables, intentando solventar nuestra confusión de turistas desamparados y haciendo acopio de paciencia para entender mis explicaciones en un limitadísimo francés. El inglés no recomiendo usarlo salvo como último recurso y si no tienen ni idea de otros idiomas hagan acopio de mímica y al toro con el español que al final les entienden.
Respecto a los cómics el sabor fue agridulce. Dado el respeto con el que el país vecino suele tratar a los autores y las cifras superventas que alcanzan algunos álbumes pensaba que iba a encontrar con cierta facilidad librerías especializadas en las que saciar el afán consumista del mayor de mis vicios con alguno de los títulos con los que por aquí me suelen poner los dientes largos, sin embargo no encontramos ninguna y en los centros comerciales a los que acudí (Galerias Laffayette) la sección dedicada al cómic era en cuanto tamaño similar a la del Fnac de Callao por poner un ejemplo, con un material muy comercial y unos precios bastante similares a los españoles (poco más baratos por lo general). Más suerte tuve en una cadena de librerías llamada Gilbert&Joseph donde si encontré bastantes más títulos y en la que aparte de material nuevo venden material de segunda mano a buen precio (tampoco esperen encontrar gangas no crean). Aquí me hice con los dos primeros álbumes de “Philemon” de Fred, una obra que desde leí glosada aquí había despertado mi curiosidad y mucho me temo que tardaremos en ver publicada en España salvo que se confirme la compra de Norma por Dargaud y esta editorial cuán Pepe Botella nos traiga la luz de la Ilustración (comiquera) ;-D . No, en serio… Evidentemente en Francia encontrarán mucha BD con ediciones integrales cuidadas de sus clásicos a un precio razonable junto a otros integrales cuyos precios no difieren mucho de los que se publican por aquí, y se consume bastante manga pero por lo que vi no hay tanto material norteamericano como aquí.
En definitiva, que me he quedado con morriña de conocer mejor París y, sobre todo, de más vacaciones. Se han quedado algunos sitios imprescindibles que visitar (el museo Dorsay, maldita huelga, y los cementerios de la ciudad) así que tendré que volver prontito. Ya les contaré en su momento.

viernes, 2 de noviembre de 2007

Invasión de Oliver Hirschbiegel


Cuando tienes un día festivo en medio de la semana y no gozas de la posibilidad de hacer puente, a última hora de la tarde te dejas llevar por la melancolía y la tristeza de lo que te espera el día siguiente en la oficina mientras otros mortales, (que encima son tus compañeros) más afortunados, están disfrutando de su merecido descanso.
Así que para luchar contra este sentimiento no se nos ocurrió nada mejor que hacer una visita al cine más cercano para ver alguna de las películas que todavía tenemos pendiente. Y, por unas cosas y otras y usando la archiconocida técnica del descarte nos metimos a ver “Invasión” de Oliver Hirschbiegel, director alemán de cierto prestigio en Europa por “El Hundimiento” y “El Experimento”en su primera incursión holliwoodiense, cuyo apellido rima con el del no suficientemente reconocido Don Siegel, y quizás por ello le encargaron el proyecto de cuya película “La invasión de los ladrones de cuerpos” esta es un "remake", que no molesta pero del todo prescindible.
La archiconocida trama basada en la novela de Jack Finney Los ladrones de cuerpos” y llevada al cine, aparte de por Siegel, por Phillip Kaufmann y Abel Ferrara (esta versión de Ferrara no la he visto, miedo me da), y en la que muchos vieron -vimos- en su momento críticas soterradas al macartismo y al comunismo, nos sitúa en una Tierra invadida progresivamente por una serie de esporas espaciales inteligentes que toman como huéspedes a los seres humanos a quienes roban los recuerdos y anulan su personalidad cuyos planes debe estropear el avispado protagonista de turno. En esta ocasión ese papel recae en la estupenda Nicole Kidman, quien interpreta en esta película a una abnegada madre (sí, se trata de película con niño repelente así que cuidadito que yo no lo sabía) moderna que debe hacer frente al cuidado de su pequeñín, al tiempo que lo compagina con su estresante vida laboral como psiquiatra y una relación de “nos gustamos pero nada más” con el nuevo James Bond, Daniel Craig. A partir de este punto, la película avanza sin pena ni gloria con un ritmo acelerado y que, en ocasiones, peca de confuso con el que Hirschbiegel, supongo, pretende contagiarnos los nervios y temores de la bella Nicole. Como ya he comentado, lo más salvable de la película es la excelente labor de la Kidman, probablemente la penúltima actriz “glamourosa” que queda y que aparte de guapa es buena actriz, y que en esta película a su medida asume con naturalidad el peso de la historia resultando bastante creíble.
En definitiva, que si pensaban ir a ver esta película mejor se pasan por el videoclub (o como se llamen ahora) y se cogen la excelente “La invasión de los ladrones de cuerpos” o la más terrorífica “La invasión de los ultracuerpos”, que les va a salir más a cuento, salvo, claro está, que sean fanáticos de Kidman o de Craig, o de ambos, en cuyo caso les encantará.

jueves, 1 de noviembre de 2007

“Castle Waiting 2” de Linda Medley



Tenía pendiente encima de la mesa desde hacia algunos meses este segundo tomo del “Castle Waiting” de Linda Medley para la que no encontraba tiempo. Tras su lectura, me arrepiento no haberlo leído antes porque esta segunda entrega es incluso mejor que la anterior.
Linda Medley en este segundo tomo se nos descubre como una fina fabulista que utilizando modelos y esquemas de los cuentos populares nos ofrece historias cargadas de humanidad y aparente inocencia para acercarse a problemas contemporáneos y actuales tan profundos como el tratamiento de la sexualidad en la iglesia o la belleza más allá del físico a través de una lectura asequible para niños de tres a noventa y nueve años. Si en el anterior tomo, aparte de la presentación de los personajes se mostraba el Castillo de la Bella Durmiente como el refugio de sus entrañables personajes en este segundo se centra en narrarnos la historia de la Hermana Paz,. Este planteamiento permite a Medley sin abandonar el tono desenfadado y amable del anterior tomo abordar temáticas más ambiciosas y profundas a través del origen de la Hermana Paz, una mujer barbuda socarrona e independiente que abandonando el circo donde trabaja se incorpora a la orden de las Solicitas, formada en su totalidad por mujeres barbudas dispuestas a hacer el Bien sin importarles los medios.
Es notable la gran evolución que demuestra Medley como narradora en este segundo tomo en el que a través de una prolongada elipsis que se retoma en cada uno de los capítulos que conforman el tomo nos cuenta la historia de la Hermana Paz dejando al resto de los habitantes de “Castle Waiting” como meros oyentes de la historia. Para mí esta manera de narrar un cuento dentro de otro cuento junto con la exquisita sensibilidad con que Medley recrea su mundo imaginario es el gran activo de esta serie en la que la importancia de lo femenino es fundamental. Esta preponderancia en recrear un mundo marcadamente femenino a la hora de pergeñar una historia repleta de valores y que deja al lector una enorme sonrisa en la boca sorprende dentro de lo que es el mercado norteamericano tan sobrado de historias “mainstream” marcadas por el mismo patrón sobrado de testosterona.
“Castle Waiting” es uno de esos cómics que por su originalidad y sensibilidad debería haber tenido un mayor eco en el mercado español donde me da la impresión que está pasando bastante desapercibido. Espero que el boca a oreja funcione y sigamos disfrutando de nuevas aventuras de los habitantes del castillo de Cenicienta.
Si queréis leer algo sobre la primera entrega de "Castle Waiting" en El Lector Impaciente... pinchad aquí.